jueves, 21 de abril de 2016

Versos peregrinos... sin son ni tòn.

La palabra peregrino viene del latín peregrinus, extranjero... viajar por el extranjero a un santuario (p.e.: peregrinos a La Meca) quería hacer esta salvedad ya que Farwel, solo los llamó 'peregrinos' a sus versos por un eufemismo poético, aunque no se si ya han peregrinado. En éste atípico jueves, nuevos versos 'sin son ni tòn'...

VIII.

Anoche, en el sueño perdido
por pensar en ti, me encontró
la madrugada despierto y...
me acordé de la gitana que al
mirarme la mano me dijo que
sería "feliz" y lo soy cuando
cada vez que no puedo dormir
en mi almohada cuento con
tu visita amada...


                       IX.

Cuando pienso en ti me angustio,
pues no te encuentro en mis archivos.
Hasta el recuerdo se cayó, y se calló
enmudeciendo puesto que en mi
memoria no encuentro las huellas
que tu dejaste por el camino viejo.
X.

Todo el mañana está envuelto
en mágicas incertidumbres
de incógnitos anhelos...
Los de ayer envueltos en miedos
idos y disueltos en perdidos sueños,
excusas seniles de querer volver
pero solo hay un ¡siempre ahora!
y nada más...


                      XI.

En esa orilla inasible del ocaso,
horizonte que se pierde en ese
infinito constante de horas olvidadas,
encuentro tu vibrante dimensión de
crepúsculos de enigmático color,
sombra lúcida que se esconde en
extrañas fábulas de frías lontananzas,
paisajes grises de fronteras difuminadas
donde oscila el misterio de tu vida...
por favor, ¡deja de huir ya...!



XII.

Y te llevaré a ese hermoso lugar en
donde mi locura tiene la forma de tu cuerpo
y mi lucidez el color de tus ojos verdes.
No hacerlo sería una cordura inaceptable
y entonces te perdería... dame tu mano
y saltaré al vacío ¡nada más! consciente
de nuestra bella y extraña existencia.
Si estás conmigo ¿què más puede importar?


                        
                     XIII.

Era una mujer hirientemente hermosa...
El siendo y sintiéndose un hombre hostil,
mediocre, que por muchos años fue todo
lo que pudo ser... ahora era él y todo lo
que quería; Ella era su hermosa mujer...


Un muy fuerte abrazo peregrino...

Hortensio.



domingo, 17 de abril de 2016

La mirada...

                                                                                                                            A mi amigo, Germán Aguirre Licht.


En éste Plácido domingo, comencemos por el final, esto es haciendo clic sobre el hermoso Adagio de Albinoni, interpretado por la filarmónica de Berlín, bajo la dirección del maestro Herbert von Karajan, el "dios de la batuta" y después si empezar a leer la entrada propuesta y dispuesta.

                                                                                                         

                                                                                         
 
                                                                                                                                          El silencio puede ser una caricia, 
       el encierro siempre será refugio.
                                                Farwel.

Y me encontré con la misteriosa mirada de aquel hombre, perdida en una ausencia de inmensa lejanía que causaba 'terror' revuelto con un inmenso vacío inescrutable. Y le dije tocándole el hombro, ¡Que miras...! no se inmutó, no contestó. En verdad ¿Qué miraba...? si al frente solo estaban los cristales mojados de la ventana, con sus culebrillas cristalinas rodando por ellos, fruto de la pertinaz llovizna que caía en el declive de aquella tarde gris.

Cuanto daría por mirar a través de esos ojos tristemente ausentes y conocer la historia que lo llevó a ese estado de inanidad; ¿por qué angustias estaría pasando...? ¿Qué dolores estaría escondiendo? Así había durado horas y horas hasta que los enfermeros del nosocomio lo retiraron del asiento frente a la ventana y él estaba allí pero, ¿su mirada donde...?  

Era un viejo bueno...

Esas son las tristes imágenes que uno ve a diario cuando se es psiquiatra... no saber nada de nada y lo peor, no poder ayudar ¿Quién conoce el misterio de la mente "enferma" de esa criatura evolucionada que es el hombre, cuando no se quiere abrir al diálogo? ¡Qué dolorosa impotencia! Cuando se puso de pie, un pequeño papel arrugado por la presión de la mano, cayó al piso... lo recogí, en una hermosa caligrafía se podía leer: "Faltas tú... todo lo demás sobra en la vida".

Al leer su historia clínica se hizo una imagen de su personalidad y anotó: "Era un viejo bueno que tenía la maña de acariciar su tristeza, de abonar sus melancolías, de mimar sus nostalgias, de amar el dolor, por qué cuando ese dolor se vuelve costumbre, ya no duele; como no podía localizar el dolor, desistió, porque no lo podía palpar como las tinieblas, y aunque no le dolía en ninguna parte, le dolía todo."

"Nunca encontró alivio a sus tensiones. Enervamiento de lo cotidiano. Era un predestinado de las penas, que se exaltaba ante la belleza de un atardecer y se deprimía con la penumbra de la noche, porque no aprendió nunca a vadear su ansiedad, entonces acepto su vida con indiferencia y con cinismo, pero con serenidad y un bien llevado renunciamiento... se nos ha ido para siempre.

Hasta aquí el concepto médico o ¿poético...?

Un nostálgico abrazo.





¡Qué hermosura...!

Hortensio.

 

domingo, 10 de abril de 2016

Los vicios del viejo...

La aceptación pasiva  del envejecimiento acelera el ocaso...
empeñarse en conservar la juventud hace más duro el calvario.
Canal Ramìrez.


Los jóvenes detestan la vejez
pero todos quieren llegar a viejos.
Cicerón.


Los antiguos griegos lo decían:
para ser viejo y sabio, hay que
ser primero joven y estúpido.
H.Farwel.


El viejo es, siempre, el futuro de todo joven...
Con esta nueva entrada, una serie de conceptos y criterios que recojo del libro del padre de mis 'compañeros de armas' y bachillerato Leonardo y Gonzalo Canal, ese gran y buen hombre que fue Gonzalo Canal Ramirez, y su imprenta 'Antares' a quien tuve el inmenso honor de conocer. Él tenía muy claro que "Envejecer no es deteriorarse" y en éste Plácido domingo, quiero compartir con Ustedes, la transcripción de estos fantásticos pensamientos, desde luego, muy lúcidos y personales sobre lo que es la llamada - eufemísticamente - "tercera edad" o edad provecta o simplemente vejez y que nos puede en algo interesar sobre todo a nosotros los que ya estamos pisando el sendero de la senescencia, hoy vamos a ver... Los vicios.

"Cuando (al viejo) sus costumbres y hábitos lo determinan hasta la enajenación de la voluntad, se convierten en vicios para alienarlo. Los vicios son moralmente peyorativos, y frecuentemente destructivos, no razonables, como el de quien esputa constantemente para evitar el cáncer de garganta. El viejo vicioso de ordinario acelera su muerte. Pero no es el caso aquí, de los vicios, salvo el vicio del tabaco y del alcohol,..."

"De ordinario el viejo frente a sus costumbres, hábito o vicios perjudiciales, adquiere también el de defenderlo, oí  uno que a las estadísticas concretas de rutinas causadas por el tabaco y el alcohol, respondía: "fìjese, en la última guerra mundial: ni Hitler, ni Hiroito, ni Mussolini fumaban. En cambio, Roosevelt, Stalin y Churchill si fumaban"... El engaño a sí mismo, tan frecuente en el hombre, cobra fuerza en la vejez. Vigìlice. Engañarse a sí mismo es maltratarse y usted debe tratarse bien, corrigiendo sus hábitos de maltrato, así sea el de dormir con la ventana cerrada. Empiece por, abrir un resquicio, luego aumèntelo como a una fisura, después un pequeño espacio por donde le quepa un dedo, más  tarde haga pasar toda la mano, y terminarà de par en par. Y se dará cuenta de cómo se duerme mejor. Todo es posible gradualmente."

"Es verdad, hasta cierto punto, que cada uno es lo que le ha sucedido. Es decir, nuestra historia nos marca con sus huellas, a veces imborrables como cicatrices. Los años vividos son nuestra historia, ahí están con sus consecuencia. No los podemos cambiar, pero sí modificar su influencia sobre nosotros, y, si corregimos hábitos y costumbres, podremos gobernar nuestro presente. No podemos borrar de un plumazo la influencia de nuestro pasado. Pero podemos remodelarla lentamente, hasta extinguirla, si es del caso. Si ella fuera determinante, no existiría la libertad."

"El viejo suele encasillarse en su tabla de valores, por no aceptar otros nuevos, privàndose a sí de alargar sus conocimientos. Aquel viejo que se negaba a ir a otras montañas "porque ya he conocido el Everest". Los puritanos de la música clásica de la época dorada, rechazaban cualquier otra "porque no es música" Al respecto Alexander von Karajan, ante la televisión francesa -entre cuyos espectadores se cuentan muchos de estos puritanos- dirigió el mismo con la orquesta sinfónica de Berlìn, un vals de Strauss y una tarantela napolitana para demostrar cómo el primer director europeo con una de las primeras orquestas del mundo, encontraban música válida también en algunas de las composiciones no juzgada  por los puritanos como buena música. La escala de valores es casi infinita, no se excluya usted usted de ella, aferrándose solamente a los conocidos: es imposibilitarse para el descubrimiento de otros, cerrarse en un pobre círculo, cuando el viejo debe estar abierto... Sus hábitos no siempre son los mejores. Los vicios de la inteligencia son tan nocivos como los de la voluntad."         
Cansado de luchar y buscando el sendero
del volver cuando ya no hay ganas de vivir...

Bueno, ya lo oyeron... todo se agrava cuando de la costumbre se pasa al hábito, del hábito a la manía y de ésta al vicio; tratemos de dejar nuestros vicios, porque son vicios al fin y al cabo, aunque sean deliciosos, en mi caso nunca fui amigo de los vicios secos (léase cigarrillos), más bien siempre húmedos (léase 'cervecita'); ahora si dejarlos causan mayor daño al cuerpo y a su salud, (por aquello de la descompensación) trata como dice Canal, 'si no los podemos dejar por lo menos sí podemos tratar de modificarlos', es decir bajarle a la intensidad, nuestro mayor enemigo es sin dudarlo el EXCESO... y recuerden siempre lo que decía Teresa, la mística de Àvila: "Todo en exceso es malo, hasta la virtud".

Un abrazo lejano de excesos...

Hortensio.

Post scriptum: La clave está en no hacerse de costumbres que a la larga esclavizan, porque de tanto reiterarse en el mismo acto terminan por enajenar la voluntad o caer en la pesada rutina, factor de tedio y aburrimiento, aun en los pequeños problemas.

Para problemas de hoy no hay soluciones de ayer.






domingo, 3 de abril de 2016

El 'suspiro' de San José y el 'estornudo' del Espíritu Santo.

Te diré algo sobre Dios:
es el peor casero del mundo.
Al Pacino.

Amar no es solamente querer,
es sobre todo comprender.
Francois Sagan

Casi todos los seres humanos tenemos nuestras reliquias y amuletos personales (fetiches) que guardamos con cierta devoción pues podríamos decir que tienen cierta fuerza y nos protegen y ayudan... con ellas en nuestras manos, hablamos y pedimos favores -por lo general- sobre las tres eternas gracias: salud, dinero y amor (creencias animistas); esto tiene un origen que se pierde en la oscuridad del pasado humano: ¡la magia! que ha evolucionado hasta nuestros días ya entrados en la primera mitad del siglo XXI, en donde el dios es la imparable progresión de la tecnología...

En este muy Placido domingo, primero de la primavera, le estoy dedicando esta entrada a mi hermanito menor Juan Pablo Cepero Màrquez, de quien respeto profundamente sus creencias religiosas, además que no creo que ésta simpática narración haga mella en su curtida armadura de cruzado compañero de Elena en Jerusalèn buscando las reliquias de Jesús...

Y las religiones fueron campos abonados para la práctica de esa veneración boba y fraudulenta de alimentar la fe de los ingenuos feligreses en busca de milagros a través de esas 'cosas', que no superan el más simple escrutinio científico y solo sirven a intereses espurios para sacar siempre provecho económico, obrando "milagros" y otros absurdos "favores". En la oscura edad media, se desató un tráfico y 'mercado negro' de reliquias de todo tipo - la mayoría falsificaciones- por ejemplo, se cuentan con 63 dedos de San Juan Bautista y otras más absurdas.

Un brujo o hechicero estudiando amuletos y pociones mágicas.

Había que poner un freno a estas idioteces, pero fue peor. Durante el Concilio de Trento, de 1545 y dentro de las jornadas del 4 de diciembre de 1563 los padres de la iglesia católica ordenaron la veneración de las santas reliquias "auténticas" cuando eran notariadas por la "Sacra Congregatio pro Sacramentis et Culto Divino" quien le asignaba un sello sobre el lacrado del relicario. Entonces podemos encontrar reliquias alrededor del mundo entero de todo tipo, color y pelambre, grandes y pequeñas, hasta gaseosas e invisibles, de absurdas características y ridículas, pero ahí están custodiadas y lo simpático... veneradas. 

Entonces quiero compartirles algunas de las más curiosas reliquias de la iglesia católica, que son sin dudarlo, las más abundantes, siguiendo el orden propuesto por mi fuente, el portal granmisterio.org: Con la aclaración que solo son las relacionadas con Dios, el Espíritu Santo y Jesús... nada de la de los santos, que son innumerables, veàmoslas:

Las túnicas o sudarios con las que envolvieron a Jesús en su tumba; está la de Turín, la túnica de Sangüesa y la de Oviedo... las más famosas.


La mano de María Magdalena, que se mantiene incorrupta, aún cálida y emite un suave y agradable perfume y fue protegida por los monjes ortodoxos del monasterio de griego de Iviron, durante el incendio de 1945, se cuenta que los dos monjes que la salvaron la tomaron en sus manos y cuando la acercaban al fuego milagrosamente, éste se retiraba hasta que se extinguió.

Los pañales del niño 'Dios', se veneran y conservan muy custodiados por los servitas de San Marcello, en Roma.

La única paja o heno del portal de Belén, es custodiada y venerada en Santa María la Mayor en Roma, se dice que era propiedad de los reyes católicos de España.

El cordón umbilical del niño Jesús, sí, del ombligo santo... se le rinde culto en la iglesia de Santa María de Popolo y desde luego, en Roma. Pero se tiene noticia y constancia de que hay otros dos ombligos, uno en San Martino y otro en Chalons.

Las gotas de leche de la Virgen María, se conservan en varios lugares a saber: en la catedral de Oviedo; otra está custodiada por los monjes agustinos de Santa María de Popolo, en Roma. Pero en Belén, se edificó un santuario sobre la roca que milagrosamente se tornó de color blanco tras recibir las gotas de la leche de María, mientras amamantaba al niño Jesús. Lactatio Bernardi, en medio de un trance místico, fue amamantado por La Virgen María, eso dijo él...

Los pelos de la cola del burro que llevó en sus lomos a Jesús, y aunque había dos uno desapareció y el otro se conserva en el Ministerio de Prehistoria Contemporáneo de Roma, en donde también se guarda otro del burro que llevó a María a Belén.-

Un brazo, el corazón, el hígado y la lengua de la Virgen María, se dice que después de haber vagado por mucho tiempo y lugares, acabaron en las habitaciones de San José de Calasanz, en San Pedro Pantaleone, en Roma. El caso se le convirtió en un problema a Pío XII, cuando por allá en 1950, después de haberse encerrado en su cuarto, tuvo la santa "revelación" de que María, la madre de Dios, había ascendido al cielo en cuerpo y alma (enterita)... por alguna falta de información, se le quedaron algunos pedazos aquí en la Tierra, bueno esa revelación, se volvió dogma de la iglesia y nadie lo puede discutir y punto... Pero tampoco fueron capaces -por miedo (temor reverencial)- de deshacerse de las reliquias.

El único huevo que puso el Espíritu Santo, cuando se convirtió en paloma, era propiedad del arzobispo Albrecht, de Mainz. Junto al huevo tenía también dos de las plumas de su cola. Quien diera un donativo "generoso" al visitar las reliquias, en forma inmediata sus pecados por graves que fueran, serían perdonados.
La pluma de Gabriel.

La pluma del arcángel Gabriel, que se le cayó mientras peleaba con Satanás, se veneraba en el Monasterio del Escorial... un día despareció y hoy en día sigue la investigación exhaustiva, para dar con su paradero. En varias iglesias de Italia y Alemania, se encuentran algunas plumas y pedazos de las túnicas de Miguel y Gabriel. Se guarda también la pluma con la que el apóstol Marcos, escribió su evangelio.

El santo prepucio: Como buen judío, Jesús a los ocho días fue circuncidado según la leyes de la Torah. En algún escrito apócrifo se cuenta que una de las esclavas de María guardó el santo prepucio del Salvador en un pequeño jarrón de nardos para conservarlo y se lo dio a guardar a su hijo que era perfumista y con el tiempo Juan el Bautista, se lo regaló a María Magdalena. Y la reliquia se perdió por siglos hasta que un ángel de lo entregó a San Gregorio Magno y éste a su vez se lo regaló a León III. En el saqueo a Roma por parte de las hordas de los Lansquenetes, se perdió de nuevo y es encontrado por unos monjes en un establo de la ciudad de Calcata (Italia) en donde permaneció hasta 1984 cuando de nuevo fue robado... creo que era su triste destino.

La mesa de la última cena; se venera y es guardada por los párrocos de la catedral de Sevilla, con un gran misterio y devoción... pero en otra iglesia de Roma también se asegura que la de ella es la original. Cabe la aclaración de que los judíos jamás usaron ninguna mesa para cenar, lo hacían en el piso, por ello la costumbre de lavarse los pies, y fue Leonardo, quien en su pintura de la "última cena" pintó la mesa alterando la historia y desde luego la costumbre.

La toalla con la que Jesús secó los pies de los apóstoles, después de lavarlos para pasar a comer en el suelo, ésta se encuentra en la catedral de Valencia, igualmente un plato que estuvo presente en èsta cena, se conserva en Génova. Y en el Sancta Sanctorum y en M.P.C. de Rla historoma se guardan increíblemente 13 lentejas y un pedazo de pan, que sobró de aquella cena.

El santo Grial... de Valencia. 

El santo grial o Cáliz de la última cena; La más conocida reliquia de éste cáliz se venera en la catedral de Valencia... otro se encuentran en "El santo Catino" en Génova; "Il Volto Santo" en Lucca, otro en un convento en Lyon y otro en la catedral de Reims.

La corona de espinas, que pusieron los soldados samaritanos al servicio de Roma y que se venera en la catedral de Nuestra Señora de París. Hay otras por ahí rodando por toda Europa.

La de Notre Dame

La sangre de Cristo; Se encuentra en la ciudad de Brujas, en Flandes y una noble hermandad se encarga de la custodia de la reliquia, se guarda en un frasco de cristal de roca que a su vez va dentro de un cilindro de vidrio. Fue José de Arimatea, quien tomó un pedazo de tela y la empapó con la sangre del torturado Jesús. En la basílica de San Juan de Letrán, se venera el agua y la sangre que manó del costado del Salvador.

Los pedazos de madera de la cruz y los santos clavos, son tantos que se dice que se puede construir un barco trirreme que los romanos usaban en la època del imperio.

Los dientes de leche del niño Jesús; 64 de ellos se encuentran diseminados por toda Europa, además varias son la punta de la lanza con la que Longinos atravesó el costado de Jesús.

La punta de la lanza de Longinos...
Los pelos de la barba de Belcebú, que trajo consigo Jesús cuando resucitó después de ganarle la batalla en el infierno y que se guarda y se exhibe en una iglesia de Francia.

Espero que se hayan gozado éste recorrido por éstas extrañas reliquias que son algunas de las que tienen permiso del Vaticano. Claro, el tema da para una segunda y tercera entrega...

Un sacro y venerado abrazo.

Hortensio.


Post scriptum: Casi se me olvidan las reliquias invisibles o "gaseosas"... La reliquia estrella, nada menos que los rayos de la estrella que guió a los reyes magos hasta el portal de Belén. Es misterio de estado como lograron guardar esos rayos en un recipiente, pero se encuentran almacenados en el Vaticano de Roma.

Los rayos de la estrella de Belén.

El suspiro de San José y oìgase bien: Un estornudo nada menos que del Espíritu Santo... En sendas botellas de vidrio se guardaron. No se sabe nada de cómo se guardó ese bendito 'aire' del Santo Espíritu, pero el suspiro de José, el putativo padre de Jesús se cuenta que lo emitió fruto del cansancio y quedó atrapado en la botella de la que acababa de beber. Un ángel las recogió y después las escondió durante siglos hasta que unos monjes que peregrinaban por Nazaret,  las encontraron fruto de un trance místico en la que el ángel les contó los detalles y el lugar en donde estaban escondidas... las llevaron a Francia, donde se veneraron por siglos... ante la importancia de las reliquias El Vaticano las tuvo que incautar, para evitar que algún ateo desadaptado las pudiese abrir y dejarlas escapar. Hoy en día están guardadas en la máxima seguridad del Sancta Sanctorum.

miércoles, 30 de marzo de 2016

El invisible...

Haiku Nº 49

Si duermo te sueño
éste es mi tormento
si despierto te busco.

              Haiku Nº 50

¿Còmo es que un largo suspiro
se puede caer en el vacío...?
¡porque pesa, porque pesa...!



El invisible...
Era un ser absurdo seducido de imposibles,
adorador de esencias marchitas, fétidas
trasnochadas y atormentadas
de esas que se niegan a morir en medio
de una niebla consumida de tiempo
y gastada por el soplo incesante del viento
que cercenò su vida con lacerante dolor
de inmerecidas ausencias y lejanìas.

Un ser vestido de mentiras y momentos
cambiados por ignorancias inertes de
esas que no lastiman por anodinas,
un ser que se lleno de arrugas por
las dudas que llenaron las certezas
conseguidas y que por siempre logro
su màs grande deseo... ¡ser invisible!

                                                    Farwel 1989


          Haiku Nº 51

Porque camino al revés
maldito infeliz...
¿me llamas loco?


Haiku Nº 52

Te bese cerrando mis ojos
Juro, toque el infinito...
al abrirlos caí a tierra.


            Haiku Nº 53

Quisiera ver en tus adentros
buscar la causa de tus silencios
¿renunciarías a vivir?


Luna sin tì...

¿Cómo pensar que un pez pueda sentir sed?
¿Se puede sentir el vacío al no tocar el sol?
¿Angustia de no poder saborear el viento?

¡No lo sè...!

 Al verte sentir el pecado, ese que no tiene tiempo
alocadas las horas me ven pasar sin tu presencia a 
mi lado evocando un amor que no se puede exigir.

Otro día, otro sol y de nuevo la noche de luna sin tì.

                                                                         Farwel 1989

Un abrazo seguro de tu regreso por estos lares...


Hortensio.

domingo, 27 de marzo de 2016

Un pequeño cuento escatológico.

Recogiendo un escrito del 'picaflor' Bada, decía a propósito del título de ésta entrada, que hay dos claras definiciones de la R.A de la L. de lo que significa la palabra escatología: Una, conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba; la otra constituye el tratado de las cosas excrementicias... En éste Plácido domingo, nos atañe ésta última, como una segunda parte de lo escrito por Farwel, en éste blog el 18 de noviembre de 2013 y que denominó, "La más 'bella' alabanza jamás contada".

En visiones de neurastenia: Wenceslao Fernández Flórez, el escritor y humorista gallego, nos trae un pequeño cuento escatológico que hoy quiero compartirlo y que decía: Un coronel del glorioso Ejército Nacional va caminando por una calle de una ciudad española cuando de repente siente unas irreprimibles ganas de dar del cuerpo (lindísima expresión, harto mejor que el simple cagar), pero en ese momento se encuentra ahí en la calle con la esposa de su superior inmediato, un general de quien depende su próximo ascenso. Y la buena señora lo arrastra con ella, porque quiere recabar la opinión de un hombre de buen gusto, como el coronel, acerca de sus compras. Y al coronel, pobre, no le queda otra sino aguantarse las ganas.

El cuento va ganando en intensidad y en angustia conforme la generala más y más compra y el coronel más y más ganas de dar del cuerpo. Y como aborrece hacerlo en un WC. público, apenas el pobre hombre se libera tras una agotadora sesión de shopping, sale corriendo para su casa, entra en ella y descubre que su esposa está en la cama haciendo el amor con otro hombre, y entonces grita algo sublime: "¡Esperad malvados!!", y se mete al baño. Sólo que cuando sale, aliviado por fin de su carga, claro está que su esposa y el otro han desaparecido.

Otro desgraciado que sucumbió a la más deliciosa llamada de la naturaleza...


Y así, la literatura escatológica es más bien rica en su producción desde el gran Quevedo, pasando por el Quijote y el "cagadòn" que se pegó Sancho y descrito magistralmente por Cervantes (léanse el capítulo XX de la primera parte) y "Escatología y civilización" escrita por el capitán J.Gregory Bourke, a finales del siglo XIX y que es avalada por Freud, en su prefacio y en donde el escritor deja en claro que en la naturaleza no existe el concepto de suciedad, sino como "cosa ubicada en un sitio equivocado"; seguido por "Historia de la mierda" escrita por el psicoanalista francés Dominique Laporte, en donde recopila textos jurídicos y leyes sobre la mierda y su importancia en el devenir capitalista, en el papel de la Iglesia y la sociedad; hasta la modernísima Kathleen Meyer con su obra "Cómo cagar en el monte".

El bestseller infantil "El topo que quería saber quien se había hecho aquello en su cabeza" en éste cuento infantil Werner Holzwarth y Wolf Erlbruch, cuentan la historia de un topo que al salir de su madriguera le cayó en la cabeza algo fétido "gordo y marrón" que se parecía a una salchicha, el topo comienza una exhaustiva investigación sobre la mierda de todos los animales en búsqueda del autor de semejante crimen (más de 50.000 ejemplares vendidos y éxito de la "sacrosanta" editorial Alfaguara de Madrid) y desde luego "Caca, una historia natural de lo innombrable" escrito por la zoóloga británica Neal Layton, y traducido a más de diez idiomas, en donde habla de la mierda en el reino animal como un "carné de identidad" un divertido acercamiento a su mundo desde sus excrementos; y otros: "La gran cagada" de Joe Lindsay; "A la salud por la cagada: refranero escatológico" estupendo texto que recopila refranes, escolios y sentencias del saber popular relativo a "aquello que evacuamos, desperdiciamos y abandonamos diariamente"; y "Adiós cacas, adiós" de Sergi Camara, la historia de Dani, un bebe que pasa a ser niño en una divertidísima historia en donde sus papás con paciencia y mucho amor le ayudan a renunciar a los pañales y a despedirse de la "señora caca"; y "¡Caca! ¡Puaj! ¡AHH!" de Gaby Goldsack, en donde de manera hilarante y muy amena, explica muchos datos interesantes sobre la mierda, como por ejemplo: para qué sirve o quien hace la caca más grande y un gran etc.

Como lo explicaba Farwel, en "La más 'bella' alabanza jamás contada" cagar es quizá la más grande satisfacción que un ser humano pueda tener y hacer (incluso mayor que el efímero orgasmo) en su diario acontecer y que por estúpidas razones sociales se ha convertido en un tabú ignorado y siempre repudiado, pese a su importantísima fisiología en la salud humana. Mierda, caca, heces, popó, excrementos y otros sinónimos, es una palabra 'malsonante' camuflada bajo el idiota velo de cientos de eufemismos y que la sociedad occidental quiso siempre ubicarla lejos de sus ojos por considerarla fétida, indigna y desagradable... y es consuetudinariamente ya aceptada como tal, ¡qué le vamos hacer!

Ahora éste pequeño dato curioso, que muchos viajeros e "intelectuales" desconocen.... :

La diosa Cloacina en todo su esplendor...
La famosa y bellìsima estatua que llamaron los arqueólogos la "Venus Cloacina", por haberse encontrado entre las inmundicias de la Cloaca Máxima, está ligada íntima y venéreamente a esa increíble obra de ingeniería sanitaria que se realizó a partir de un riachuelo que corría entre las colinas Palatina y Capitolina, y terminaba en el Tíber, en donde acababa todo aquello de lo que los ciudadanos de Roma querían olvidarse; Ròmulo, fundador de Roma, así la llamó, Cloacina, protectora de los retretes y letrinas, fue una de las primeras diosas latinas, "la purificadora de las inmundicias".
La Cloaca Máxima, hoy casi intacta y en pleno uso.
Bueno, por hoy un solo un abrazo...

Hortensio.

P.D.: Del laureado poeta alemán y dramaturgo Günter Eich, el 50Topos y el poemario Inventario, este poema... no se en qué estaría pensando el gran poeta de Brandeburgo...

Sobre fosas malolientes,
papel con sangre y orina,
entre moscas que refulgen, 
me acuclillo en la letrina.

Viendo una orilla boscosa,
huertas, varado un lechón.
En el fango putrefacto
cae a plomo un cagajón.

Resuenan en mis oídos
los versos de Hölderlin.
Se reflejan, nieve pura,
las nubes en este orín.











viernes, 25 de marzo de 2016

Éste ocaso lleva mi nombre.

Y estoy seguro que cuando escribí este poema debió ser un Plácido domingo de ese año de 1986, porque fui un "viejo joven" que siempre pensó - con mucha calma- desde su juventud, en la dicotomía de la vida y la muerte, en esa eterna preparación 'hecha de tiempo' que es el sendero que nos llevará sin regreso a la "la Gran Resignación"...


Éste ocaso lleva mi nombre. 

Mi ocaso...


Aunque sereno en mi atardecer,
sigo siendo un caminante solitario,
que descubre a cada paso una vida
inexpugnable y personal, fugaz e inasible,
mirando esas mis huellas que sorprenden
de soledad y nostalgia como aquellos
inmensos campos yermos sin labrar.
Es cuando siento y toco esa sensación
irremisible de pequeñez en instantes que
se desdibujan en el devenir de los días, 
sumergido y absorto en la contemplación 
de esa realidad de que no somos más que
náufragos hechos de tiempo, sin esperanza de
ser rescatados de ese piélago de sufrimientos
que nos enrostra el tirano en sus victorias.
Camino que me acerca paso a paso y poco
a poco a mi destino en la metamorfosis
constante que ha sido y será mi ciclo vital
que se desvanece al confrontar mi realidad...
'Tempus fugit' y yo con él en ese hermoso
paisaje decadente anclado en un pasado que
no dejo sino ecos de mis pisadas que ponen
en duda mi propia existencia... ¿he vivido?
Ofuscada incertidumbre que no me da refugio
en ese feo determinismo que me embarga y
acrecienta el sentimiento de ausencias y lejanías
de soledades y de vacíos, de añoranzas... e ingratitud
porque vivir es sufrir y sufrir es estar vivo.
Por eso al recoger mis pequeños instantes de
"felicidad", los atesoro como diamantes en mi
memoria que es aliento vital en éste ocaso
que lleva mi nombre.

                                                       Farwel 1986.


En 1989 un poema dislocado que habla de esos...

Instantes  perdidos
... como lechos secos.

Y los instantes perdidos son como lechos secos
de esos ríos que malgastaron sus aguas y solo dejaron
sus líneas desiertas, vacías y sin vida que no volverán
a surgir porque nadie llorará su ausencia.

Esos instantes perdidos que ya estaban heridos de muerte,
son como gritos en silencio, son como cuerpos que agotaron
su pasión, en días perdidos, en unos tristes pasos perdidos.

Y, esos instantes perdidos se fueron no porque no luchara
para que se quedaran, o porque no lo intenté o porque me rendí,
ellos se perdieron solo porque tu sigues estando lejos, ausente.

Y yo herido pienso en que me dejaste ir, como aquellos ríos 
que se fueron porque malgastaron sus aguas y solo dejaron
sus lechos secos en instantes perdidos que no volverán.

                                                                             Farwel 1989



Un abrazo en éste ocaso...

Hortensio.




domingo, 20 de marzo de 2016

"Por la evidencia".

En una bellísima carta (género epistolar) el biólogo experimental inglés, Richard Dawkins, le escribe a su hijita de tan solo 10 años -y como excusa- una carta, que es abierta al mundo, en cuyo texto enfrenta la creencia y la tradición, con el raciocinio y la lógica... es de tal claridad que en éste Plácido domingo, quise compartirla con mis ocasionales lectores, como una contribución a nuestra supervivencia en estos días tan agitados por los problemas que plantean todos los fundamentalismos de ésta sufrida "Aldea Global"; leanla despacio y asimilenla, vale la pena:

El biólogo...

Querida Juliet:

Ahora que has cumplido 10 años, quiero escribirte acerca de una cosa que para mí es muy importante. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sabemos las cosas que sabemos? ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que las estrellas que parecen pequeños alfilerazos en el cielo, son en realidad gigantescas bolas de fuego como el Sol, pero que están muy lejanas? ¿Y cómo sabemos que la Tierra es una bola más pequeña, que gira alrededor de esa estrella que es el Sol? La respuesta a esas preguntas es "por la evidencia". A veces, "evidencia" significa literalmente ver (u oír, palpar, oler) que una cosa sea cierta. Los astronautas se han alejado de la Tierra lo suficiente como para ver con sus propios ojos que es redonda. Otras veces, nuestros ojos necesitan ayuda. El "lucero del alba" parece un brillante centello en el cielo, pero con un telescopio podemos ver que se trata de una hermosa esfera: el planeta que llamamos Venus. Lo aprendemos viéndolo directamente (u oyéndolo, palpándolo, etc.) esto se llama "observación".

Muchas veces, la evidencia no solo es pura observación, pero siempre se basa en la observación. Cuando se ha cometido un asesinato, es corriente que nadie lo haya observado (excepto el asesino y la persona asesinada). Pero los investigadores pueden reunir otras muchas observaciones, que en un conjunto señalen a un sospechoso concreto. Si las huellas dactilares de una persona coinciden con las encontradas en el puñal, eso demuestra que dicha persona lo tacó. No demuestra que haya cometido el asesinato, pero además puede ayudar a demostrarlo si existen otras muchas evidencias que apunten a la misma persona. A veces, un detective se pone a pensar en un montón de observaciones y de repente se da cuenta que todas encajan en su sitio y cobran sentido si suponemos que fue Fulano el que cometió el asesinato.

Los científicos - especialistas en descubrir lo que es cierto en el mundo y el Universo- trabajan muchas veces como detectives. Hacen una suposición (ellos la llaman hipótesis) de lo que podría ser cierto y a continuación se dicen: si ésto fuera verdaderamente así, deberíamos observar tal y cual cosa. A esto se llama predicción. Por ejemplo, si el mundo fuera verdaderamente redondo, podríamos predecir que un viajero que avance siempre en la misma dirección acabará por llegar al mismo punto del que partió. Cuando el médico dice que tienes sarampión, no es que te haya mirado y haya visto sarampión. Su primera mirada le proporciona una hipótesis: podrías tener sarampión. Entonces va y se dice: "Si de verdad tiene el sarampión, debería ver..." y empieza a repasar toda su lista de predicciones, comprobándolas con los ojos (¿tienes manchas?), con las manos (¿tienes caliente la frente?), y con los oídos (te suena el pecho como suena cuando se tiene el sarampión?). Sólo entonces se decide a declarar "Diagnostico que la niña tiene sarampión". A veces, los médicos necesitan realizar otras pruebas, como análisis de sangre o rayos x, para complementar las observaciones hechas con sus ojos, manos y oídos.

La manera en que los científicos utilizan la evidencia para cosas del mundo es tan ingeniosa y complicada que no te la puedo explicar en una carta tan breve. Pero dejemos por ahora la evidencia, que es buena razón para creer en algo, porque quiero advertirte en contra de tres malas razones para creer cualquier cosa: se llaman "tradición", "autoridad",  "revelación".

Empecemos por la tradición. Hace unos meses estuve en televisión, charlando con unos 50 niños. Estos invitados habían sido educados en diferentes religiones: había cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, sijs... El presentador iba con el micrófono de niño en niño, preguntándoles lo que creían. Lo que los niños decían demuestra exactamente lo que yo entiendo por "tradición". Sus creencias no tenían nada que ver con la evidencia. Se limitaban a repetir las creencias de sus padres y de sus abuelos, que tampoco estaban basados en ninguna evidencia. Decían cosas como "los hindúes creemos en tal y cual cosa", "los musulmanes creemos en esto y lo otro" " los cristianos creemos otra cosa diferente".

Como es lógico, dado que cada uno creía cosas diferentes, era imposible que todos tuviesen la razón. Por lo visto, al hombre del micrófono esto le parecía muy bien, ni siquiera se animó a discutir sus diferencias. Pero no es ésto lo que interesa de momento. Lo que quiero es preguntar de dónde habían salido sus creencias. Habían salido de la tradición. La tradición es la transmitida de los padres a los hijos, y así sucesivamente. O mediante libros que siguen leyendo durante siglos. Muchas veces, las creencias tradicionales se originan casi de la nada: es posible que alguien las inventara en algún momento, como tuvo que ocurrir con las ideas de Thor y Zeus; pero cuando se han transmitido durante unos cuantos siglos, el hecho mismo de que sean muy antiguas las convierte en especiales. La gente cree ciertas cosas sólo porque mucha gente ha creído lo mismo durante siglos. Eso es la tradición.

El problema con la tradición es que, por muy antigua que sea una historia, es igual de cierta o de falsa que cuando se inventó la idea original. Si te inventas una historia que no es verdad, no se hará más verdadera porque se transmita durante siglos, por muchos siglos que sean.

En Inglaterra, gran parte de la población ha sido bautizada en la Iglesia Anglicana, que no es más que una de las muchas ramas de la religión cristiana. Existen otras ramas, como la ortodoxa rusa, la católica romana, y la metodista. Cada una cree cosas diferentes, y también existen varias clases distintas de judíos y de musulmanes. La gente que cree una cosa está dispuesta a hacer la guerra contra los que creen cosas ligeramente distintas, de manera que se podrá pensar que tienen muy buenas razones -evidencias- para creer lo que creen. Pero lo cierto es que sus diferentes creencias se deben únicamente a diferentes tradiciones.




Vamos a hablar de una tradición concreta. Los católicos creen que María, la madre de Jesús, era tan especial que no  murió como cualquier otra persona. Estás otras religiones no hablan mucho de María, ni la llaman "Reina del cielo", como hacen los católicos. La tradición que afirma que el cuerpo de María fue elevado al cielo no es muy antigua. La Biblia no dice nada de cómo o cuándo murió; de hecho, a la pobre mujer apenas se la menciona en la Biblia. Lo de que su cuerpo fue elevado a los cielos no se inventó hasta unos seis siglos después de Cristo. Al principio, no era más que un cuento inventado, como Blancanieves o cualquier otro. Pero con el paso de los siglos se fue convirtiendo en una tradición y la gente empezó a tomársela en serio, sólo porque la historia se había ido transmitiendo a lo largo de muchas generaciones. Cuanto más antigua es una tradición, más en serio se lo toma la gente. Y por fin, en tiempos muy recientes, se declaró que era una creencia oficial de la Iglesia Católica: esto ocurrió en 1950, cuando yo tenía la edad que tienes tú ahora. Pero la historia no era más verídica en 1950 que cuando se inventó por primera vez, seiscientos años después de la muerte de María.  

Al final de ésta carta volveré a hablar de tradición, para considerarla de una manera diferente. Pero antes tengo que hablarte de las otras dos malas razones para creer una cosa: la autoridad y la revelación.

La autoridad, como razón para creer algo, significa que hay que creer en ello porque alguien importante te dice que lo creas. En la Iglesia Católica, por ejemplo, la persona más importante es el Papa, y la gente cree que tiene que tener razón sólo porque es el Papa. En una de las ramas de la religión musulmana, las personas más importantes son unos ancianos barbudos llamados ayatolás. En nuestro país hay muchos musulmanes dispuestos a cometer asesinatos sólo porque los ayatolás de un país lejano les dicen que lo hagan.

Cuando te decía que en 1950 se dijo por fin a los católicos que tenían que creer en la asunción a los cielos del cuerpo de María, lo que quería decir es que el Papa les dijo que tenían que creer en ello. Con eso bastaba. ¡El Papa decía que era verdad, luego tenía que ser verdad! Ahora bien, lo más probable es que, de todo lo que dijo el Papa a lo largo de su vida, algunas cosas fueron ciertas y otras no fueron ciertas. No existe ninguna razón válida para creer que todo lo que diga sólo porque es el Papa, del mismo modo que no tienes qué creer todo lo que diga cualquier persona. El Papa actual ha ordenado a sus seguidores que no limiten el número de sus hijos. Si la gente sigue su autoridad tan ciegamente como él le gustaría, el resultado sería terrible: hambre, enfermedades y guerras provocadas por la sobre-población.

Por supuesto, también en la ciencia ocurre a veces que no hemos visto personalmente la evidencia, y tenemos que aceptar la palabra de alguien. Por ejemplo, yo no he visto con mis propios ojos ninguna prueba de que la luz avance a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, sin embargo, creo en los libros que me dicen la velocidad de la luz. Esto podría parecer "autoridad" pero en realidad es mucho mejor que la autoridad, porque la gente que escribió esos libros sí que había observado la evidencia, y cualquiera puede comprobar dicha evidencia siempre que lo desee. Esto resulta muy reconfortante. Pero ni siquiera los sacerdotes se atreven a decir que exista alguna evidencia de su historia acerca de la subida a los cielos del cuerpo de María.

La tercera mala razón para creer en las cosas se llama "revelación". Si en 1950 le hubieras podido preguntar al Papa cómo sabía que el cuerpo de María había ascendido al cielo, lo más probable es que te hubiera respondido que "se le había revelado". Lo que hizo fue encerrarse en su habitación y rezar pidiendo orientación. Había pensado y pensando, siempre solo, y cada vez se sentía más convencido. Cuando las personas religiosas tienen la sensación interior de que una cosa es cierta, aunque no exista ninguna evidencia de que así sea, la llaman a esa sensación "revelación". No solo los Papas aseguran tener revelaciones. Las tienen montones de personas de todas las religiones, y es una de las principales razones por las que creen las cosas que creen. Pero ¿es una buena razón?

Supón que te digo que tu perro ha muerto. Te pondrías muy triste y probablemente me preguntarías: "¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo ha sucedido? y supón que yo respondo: "En realidad no sé que Pepe ha muerto. No tengo ninguna evidencia. Pero siento en mi interior la curiosa sensación de que ha muerto". Te enfadarías conmigo por haberte asustado, porque sabes que una "sensación" interior no es razón suficiente para creer que un lebrel ha muerto. Hacen falta pruebas. Todos tenemos sensaciones interiores de vez en cuando, y a veces resulta que son acertadas y otras veces no lo son. Está claro que dos personas distintas pueden tener sensaciones contrarias, de modo que ¿cómo vamos a decidir cuál de las dos acierta? La única manera de asegurarse que un perro está muerto es verlo muerto, oír que su corazón se ha parado, o que nos lo cuente alguien que haya visto u oído alguna evidencia real de que ha muerto. 

A veces, la gente dice que hay que creer en las sensaciones internas, porque si no, nunca podrás confiar en cosas como "mi mujer me ama". Pero éste es un mal argumento. Puedes encontrar abundantes pruebas de que alguien que te ama. Si está  con alguien que te quiere, durante todo el día estarás viendo y oyendo pequeños fragmentos de evidencia, que se van sumando. No se trata de una pura sensación interior, como la que los sacerdotes llaman revelación. Hay datos exteriores que confirman la sensación interior: miradas en los ojos, entonaciones cariñosas en la voz, pequeños favores y amabilidades; todo eso es autentica evidencia.

A veces, una persona siente una fuerte sensación interior de que alguien la ama sin basarse en ninguna evidencia, y en estos casos lo más probable es que esté completamente equivocada. Existen personas con una firme convicción interior de que una famosa estrella de cine las ama, aunque en realidad la estrella siquiera las conoce. Esta clase de personas tienen la mente enferma. Las sensaciones interiores tienen que estar respaldadas por evidencias; si no, no podemos fiarnos de ellas.

Las intuiciones resultan muy útiles en la ciencia, pero sólo para darte ideas que luego hay que poner a prueba buscando evidencias. Un científico puede tener una "corazonada" acerca de una idea que, de momento, sólo "le parece" acertada. En sí misma, ésta no es una buena razón para creer nada; pero sí que puede tener una razón suficiente para dedicar algún tiempo a realizar un experimento concreto o buscar pruebas de una manera concreta. Los científicos utilizan constantemente sus sensaciones interiores para sacar ideas; pero estas ideas no valen nada si no se apoyan con evidencias.

Te prometí que volveríamos a lo de la tradición, para considerarla de una manera distinta. Me gustaría intentar explicar por qué la tradición es importante para nosotros. Todos los animales están construidos (por el proceso que llamamos evolución) para sobrevivir en el lugar donde su especie vive habitualmente. Los leones están equipados para sobrevivir en las llanuras del África. Los cangrejos de río están construidos para sobrevivir en agua salada. También las personas somos animales, y estamos construidos para sobrevivir en un mundo lleno de otras personas. La mayoría de nosotros no tienen que cazar su propia comida, como los leones y los bogavantes; se la compramos a otras personas, que a su vez se la compraron a otras. Nadamos en un "mar de gente". Lo mismo que el pez necesita branquias para sobrevivir en el agua, la gente necesita cerebros para poder tratar con otra gente. El mar está lleno de agua salada, pero el mar de gente está lleno de cosas difíciles de aprender. Como el idioma.



Tú hablas inglés, pero tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de vosotras habla el idioma que le permite hablar en "su mar de gente". El idioma se transmite por tradición. No existe otra manera. En Inglaterra, tu perro Pepe es un dog. En Alemania, es ein hund. Ninguna de estas palabras es más correcta o más verdadera que la otra. Las dos se transmiten de una manera muy simple. Para poder nadar bien en su propio "mar de gente", los niños tienen que aprender el idioma de su país y otras muchas cosas acerca de su pueblo; y esto significa que tienen que absorber, como si fuera papel secante, una enorme cantidad de información tradicional (recuerda que "información  tradicional" significa, simplemente, cosas que se transmiten de abuelos a padres y de padres a hijos.) El cerebro del niño tiene que absorber toda información tradicional y no se puede esperar que el niño seleccione la información buena y útil, como las palabras del idioma, descartando la información falsa o estúpida, como creer en brujas, en diablos y en vírgenes inmortales.

Es una pena, pero no se puede evitar que las cosas sean así. Como los niños tienen que absorber tanta información tradicional, es probable que tienda a creer todo lo que los adultos les dicen, sea cierto o falso, tengan razón o no. Muchas cosas que los adultos les dicen son ciertas y se basan en evidencias, o, por lo menos en el sentido común. Pero si les dicen algo que sea falso, estúpido, o incluso maligno, ¿cómo pueden evitar que el niño se lo crea también? ¿Y qué harán los niños cuando lleguen a adultos? Pues seguro contárselo a los niños de la siguiente generación. Y así, en cuanto la gente ha empezado a creerse una cosa - aunque sea completamente falsa y nunca existieron razones para creérselas-, se puede seguir creyendo para siempre.

¿Podría ser esto lo que ha ocurrido con las religiones? Creer en uno o varios dioses, en el cielo, en la inmortalidad de María, en que Jesús no tuvo padre humano, en que las oraciones son atendidas, en que el vino se transforma en sangre..., ninguna de éstas creencias están respaldadas por pruebas auténticas. Sin embargo, millones de personas las creen, posiblemente porque se les dijo que las creyeran cuando todavía eran suficientemente pequeñas como para creerse cualquier cosa.

Otros millones de personas creen en cosas diferentes, porque se les dijo que creyesen en ellas cuando eran niños. A los niños musulmanes se les dice cosas diferentes de las que se les dicen a los niños cristianos, y ambos grupos crecen absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros se equivocan. Incluso entre los cristianos, los católicos creen cosas diferentes de las que creen los anglicanos, los episcopalianos, los shakers, los cuáqueros, los mormones o los holly rollers, y todos están absolutamente convencidos de que ellos tienen la razón y los otros están equivocados. Creen cosas diferentes exactamente por las mismas razones por las que tu hablas inglés y tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de los dos idiomas es el idioma correcto en su país. Pero de las religiones no se puede decir que cada una de ellas sea la correcta en su propio país, porque cada religión afirma cosas diferentes y contradice a las demás. María no puede estar viva en la católica Irlanda del Sur y muerta en la protestante Irlanda del Norte. 

¿Qué se puede hacer con todo esto? A tí no te va a resultar fácil hacer nada, porque tienes sólo 10 años. Pero podrías probar una cosa: la próxima vez que alguien te diga algo que parezca importante piensa para tus adentros: "¿Es ésta una de esas cosas que la gente suele creer basándose en evidencias? ¿O es una de esas cosas que la gente cree por la tradición, autoridad o revelación". Y la próxima vez que alguien te diga que una cosa es verdad, prueba a preguntarle "¿Qué pruebas existen de ello? Y si no pueden darte una respuesta, espero que te lo pienses muy bien antes de creer una sola palabra de lo que te digan.

Te quiere,

Papá.    


Ya le saqué varias copias y se las regale a mis nietos...
Un abrazo de razonable incredulidad.

Hortensio.


La evolución humana en un cómic.