domingo, 17 de marzo de 2024

Lo que sucedió, sucedió.

En cualquier lugar en que estuvieran recordarán
 siempre que el pasado era mentira, que la memoria no
 tenía caminos de regreso, que toda primavera antigua
 era irrecuperable, y que el amor más desatinado
 y tenaz era de todos modos una verdad efímera.
         Gabriel García Márquez.

Es inútil vivir en el pasado...

Sí y eso es así y tiene lógica, en éste Plácido domingo, una reflexión sobre eso de quedarse en las brumas del ayer como si se pudiese hacer algo para 'viajar al pasado'. 

Al paso: lo que sucedió, sucedió... la culpa, los 'porqués' y los remordimientos, hay que dejarlos ir, soltarlos pues nos amarga, envenena y nos daña irreparablemente, más de las veces, la poca salud mental con la que hemos llegado al presente. Los hechos que ya pasaron, pasaron... déjalos ir, en esta vida el título de la película es: 'o se gana o se pierde' y ya que importa lo uno o lo otro. Por eso es importante destruir todo lo que te traiga malos recuerdos, documentos caducados y papeles por romper y mil cosas más, es dejar ir, soltar y desprenderse, pasar la página o se puede dañar el presente único. Se tiene que aceptar... no puedes cambiar lo que ya pasó y no es trascendente.

Los eventos que sucedieron - no importa el tiempo- ya pasaron. El pretérito ya pasó y de verdad que es hasta estúpido esperar una vida entera para que esa sociedad plagada de prejuicios lo revindique, o le devuelvan el prestigio perdido, y/o reconozcan inocencia por un caso que fue investigado y juzgado, y que sepan quién es Usted en sus grandezas o bajezas, o que le reconozcan su valía, insistir en ello es arrogancia o más triste, soberbia que no sirve de nada ya que es imposible volver... es historia que no se puede cambiar.

Suelte el resentimiento, pero 'vivir sin dignidad no tiene sentido', dirían algunos, si no lo logra e insiste en su amargura, suicidarse es una magnífica salida, pues como los viejos samuráis del Japón, morían por su propia mano en busca del honor perdido. Recuerda que nadie es indispensable y es inútil anclarse tercamente al pasado y no poder disfrutar transitoriamente de 'el rabioso presente' puesto que es humanamente obligatorio vivir bien o morir de cualquier manera.

Tema más que relativo y polémico... yo lo sé y solo abro la discusión con esas bases.

Un abrazo desde éste 'rabioso presente'...

Hortensio. 

Recuerdo una viejísima sentencia: 'El pasado fue una lección no una sentencia de vida'.