La delicadeza de un alma
siempre derrota a la violenta.
H. Farwel.
El amor aminora la delicadeza femenina
y acrecienta la del hombre.
Jean Paul.
La delicadeza de un pétalo no puede tocar a una mujer... |
Pero es un factor sociológico que el hombre deba reprimir y restringir sus emociones de delicadeza.
Es su estatus y su rol de género y ya sabemos que su exageración nos conduce a lo que se denomina comúnmente como "machismo" que lleva al hombre a situaciones de peligro y prácticas temerarias con graves riesgos solo para demostrar su masculinidad. Es demostrar su superioridad sobre la mujer pues, esa es su naturaleza y esos comportamientos sexistas nos han llevado a actitudes y prejuicios que son falacias apresuradas en donde nos restringen la entrada a ese exquisito mundo de las delicadezas, las finuras y las sutilezas y de por si a la fragilidad, ternura y la suavidad...
¿Porqué un hombre debe de privarse socialmente de estos comportamientos que los desarrolla en su más profunda intimidad? Pero no, si un hombre es delicado en su manera de actuar y hablar amablemente, considerado en su trato y sin ofender a los demás, públicamente se juega la posibilidad cierta de que irónicamente sea tachado de homosexual.
Si señores, la delicadeza no es de vergüenza por ser machos, ella se debe cultivar para que éste mundo rápido y convulso, brusco y atemorizante, acanallado y vulgar sea un poco más llevadero; ser decente implica distinción, finura, serenidad, sencillez y respeto; pero a la vez en ese autodominio debe brillar la delicadeza, la suavidad, la exquisitez, la sutileza, la paciencia y el cariño. Esas son las cualidades de un ser delicado contrapuesto al prepotente, egoísta, dominador y despreciable solitario (que así se quedan porque así se lo buscaron) poseedor de la grosería, el autoritarismo rampante y sin sentido, dueño de la vulgaridad, la brusquedad, la indiferencia, la descortesía y la desatención, "indigno de la confianza ajena y caer en el supremo infortunio de la susceptibilidad" decía Ingenieros.
Un guerrero medieval, valiente, rudo y hasta cruel, creyente y delicado con sus mujeres en un acto permanente de guerra y amor. |
Por principio toda persona es respetable y merece ser tratada con la dignidad que se merece y es buscar por estos medios la empatía, la sensibilidad, la cortesía y el humanismo en el trato con nuestros congéneres, es una disposición a escuchar y dialogar con el otro, es la delicadeza la llave de la puerta en donde se encierra la tolerancia. Ya lo decia Youbert: "Donde no hay ninguna delicadeza no hay literatura"
Hortensio.