domingo, 4 de mayo de 2025

"El dolor de no ser necesario."

No hay ningún atajo hasta ahora conocido para
superar un dolor emocional, solo el tiempo
 y la paciencia, quizá, lo puedan sanar...
Farwel.
Sí, se que no es fácil explicar un dolor pero trataré de entrar en sus entrañas, es ese tipo de dolor que muchos han experimentado y no dejan de sentirlo; es el dolor de no ser ya útil y lo peor es que se convierte en un 'dolor absurdo' definido como casi que imposible de mitigar por ese factor cruel que no lo deja curar y que por motivos de la razón y la comprensión  permanece "ignorado". ¿Porqué me ignoran si todavía puedo ser util? Es el dolor del 'burócrata' que no sabe retirarse a tiempo y siente que lo ignoran o no reconocen sus méritos y servicio a la Patria y a su pueblo.

Dolor y olvido...

Es un dolor que no se va, que no se quita, que no se deja atrás, que no se puede ignorar, que se quiere desconocer pero no se puede, pues es ausencia y deseo que degenera en miedo, miedo de no ser necesario, de no ser reconocido como en el pasado.

Uno de esos exburocratas, al sentirse así mediando ese absurdo dolor, con un inmenso esfuerzo de carácter, no quizo luchar más contra ese estúpido fantasma y se convirtió en un hombre tan ordinario como cualquiera de sus vecinos destinados al olvido. Pero no dejaba de sentir ese dolor aunque tratara de olvidarlo, pues es un dolor que ultraja y hiere el amor propio que padecerá lastimando sus fueros, pero se consolaba con decirse que es sabido que con todo final hay un nuevo comienzo... envejecer no es desaparecer, pero no lo aceptamos y eso está bien.

'El dolor de no ser necesario' es ese dolor indescriptible causado por el anhelo insatisfecho de un regreso... pero ya nada se puede hacer, solo la aceptación lógica y sincera para poder mitigar ese tonto dolor; pero insistir para dar claridad al tema, que ese tipo de dolor no desaparece del todo mientras viva y se tengan recuerdos, y de verdad que no se disipa que no se extingue, simplemente se transforma volviéndose más lento, más silencioso, menos agobiante pero siempre trufado por la tristeza que deja la ingratitud.

Y se decía así mismo el 'burócrata' que tenía que hacer un visceral ajuste de cuentas con su pasado sin invertir ni gastar el poco tiempo que le quedaba en poder quitarse ese dolor idiota de seguir 'sintiéndose necesario y que nadie le 'parara bolas' que le ignoraran; tenía que dejar las cadenas del pasado y no amargarse más ni apesadumbrar a su mundo afectivo que a la final era todo con lo que contaba. Era necesario dejar a un lado ese tipo de vanidad y seguir su camino en busca de la Paz interior tan anhelada por los seres que son consientes de que tienen que cederle el paso a las nuevas generaciones, aunque hayan heridas que los recuerdos no dejan cicatrizar.

Un dolor emocional, es muy difícil 
de disipar y extinguir del todo.

Un solo consejo se daba: "busca refugio en la literatura", es un oasis en el desierto de los olvidados que mueren de sed buscando el espejismo del merito pasado y el reconocimiento, el de ser necesarios a una sociedad acanallada y vulgar... de verdad que no vale la pena sentir ese dolor falso y espurio cuando adquieras el privilegio de los años provectos, pues no hay dolor eterno sino la suma de dolores contradictorios que dejan al descubierto las heridas enterradas.

Por lógica no deberíamos ahogarnos en pequeñas angustias sabiendo que todos en algún momento del tiempo en el espacio en que nos tocó vivir... ¡seremos presas necesarias del olvido!

Si pasas por aquí, llévate mi abrazo.

Hortensio.