domingo, 3 de julio de 2022

El chaleco antibalas...

El que es valiente es libre.
Séneca


La dramaturga y Ministra de cultura.
En este primer Plácido domingo de julio, amanezco con la grata, gratísima noticia de que mi amiga, la abnegada y beligerante activista política de la Unión Patriótica, actriz, dramaturga y poeta Patricia Ariza Flórez, (1946- ) fundadora de la casa de la cultura convertida luego -en compañía del maestro Santiago García- como el famoso 'Teatro de la Candelaria', fue nombrada por el Presidente Petro, Ministra de Cultura, como un gran acierto del inicio de su mandato; tuve el honor de conocerla en 'La casa de Poesía Silva' que dirigida en aquella época esa gran otra mujer de la cultura que fue María Mercedes Carranza y por invitación de Genoveva Samper, codueña de la casa y gran gestora cultural.  

En el 'Libro de los Abrazos' el gran escritor uruguayo, el maestro Eduardo Galeano, -fallecido recientemente- le dedicó a Patricia, un conmovedor relato, que hoy comparto con  mis amig@s, fuera de realista - pues fue verdad- es fantástica la prosa y el ingenio del periodista, poeta y escritor de Montevideo... el fragmento de 'Mujeres' dice:

Eduardo Galeano.

"Cuando el telón caía al fin de cada noche, Patricia Ariza, marcada para morir, cerraba los ojos.
En silencio agradecía los aplausos del público y también agradecía otro día de vida burlando la muerte.
Patricia estaba en la lista de los condenados, por pensar en rojo y en rojo vivir; y las sentencias se iban cumpliendo implacablemente, una tras otra.
Hasta sin casa quedó. Una bomba podía volar el edificio: los vecinos, obedientes de la ley del miedo, le exigieron que se fuera.
Ella andaba con chaleco antibalas por las calles de Bogotá. No había más remedio; pero el chaleco era triste y feo. Un día Patricia le cosió unas cuantas lentejuelas, y otro día le bordó unas flores de colores, flores bajando como en lluvia sobre los pechos, así el chaleco fue para ella alegrado y alindado, y mal que bien pudo acostumbrarse a llevarlo siempre puesto, y ya ni en el escenario se lo sacaba.
Cuando Patricia viajó fuera de Colombia, para actuar en teatros europeos, ofreció su chaleco antibalas a un campesino llamado Julio Cañón.
A Julio Cañón, alcalde de Vistahermosa, ya le habían matado a toda la familia, a modo de advertencia, pero él se negó a usar ese chaleco florido:
-Yo no me pongo cosas de mujeres - dijo.
Con una tijera, Patricia le arrancó los brillitos y los colores, y entonces el hombre aceptó.
Esa noche lo acribillaron. Con el chaleco puesto".  

                       

¿Qué más decir?... que si a Eduardo Galeano no se lo hubiese llevado ese maldito cáncer, estaría orgulloso de ser el invitado especial en su posesión como la primera Ministra de Cultura de una izquierda martirizada como fue la extinción de la UP en Colombia.

Un fuerte abrazo para toda la izquierda progresista de mi país.

Hortensio.