¡Fernanda...! hija mía, desde que viniste a éste mundo, la existencia de tus madres y abuelas, pero por sobre todo la mía, orbita felizmente en torno a tu pequeña vida que llenó de luz y amor nuestro hogar; ya vez, con una de tus sonrisas puedes cambiar el rumbo de nuestra existencia.
Tan enamorados nos tienes que nos cuesta trabajo bajar a tierra con dificultad para poner los pies en el suelo dejando un rastro de babas por ahí, es donde uno piensa - como padre y abuelo - que eres la bella "porcelana de los ojos azules", frágil pero hermosa como ninguna, porqué el mundo es tuyo.
Se que que la dicha y la felicidad no son permanentes y que hay veces que se añora el infierno de la realidad, pero cuando te veo pienso que eres la encarnación de esa ilusión sin límites que nos lleva a creer en la vida, en su sentido y en su destino, pero además que valió la pena vivirla para encontrarme todos los días con tu celeste mirada y tu sonrisa tan pero tan especial... ¡Te amo, chiquita mía!
Agosto 4 de 2015, en la Villa de Serrezuela, hoy Mosquera.
P.D. : No supe que regalarte en tu día, pensé en algo que durara más que el diamante eterno
por eso quise escribirte estas sencillas frases que se convirtieron en estas sentidas palabras
para que cuando las leas en el futuro, te des cuenta que es el único regalo que puede perdurar
mientras tu vivas y yo en tu recuerdo.
Tu 'Tata' Hortensio Farwel.
