domingo, 23 de diciembre de 2018

La niebla...

Quiéreme cuando menos lo merezca,
porque será cuando más lo necesite.
 Gayo Valerio Catulo.

La mente es como un paracaídas,
solo funciona si aprendemos a abrirla.
A. Einstein. 

La niebla cerebral...

En este nublado y Plácido domingo antesala de la Natividad, un complemento de la entrada anterior que tiende en muchos casos a confundirse con el peligroso Alzheimer, es nada menos que la "Niebla Cerebral"  o "Braig Fog" en inglés, una especie de patología o episodios que se presentan -muy comúnmente- no importa la edad y que adquiere un singular conjunto de síntomas que se describen como una "alteración de la función ejecutiva" o fatiga cerebral y dificultad para concentrarse, es una  disfunción permanente que no deja asimilar lo que se está leyendo y ésta 'niebla mental', provoca desorientación de la persona incluso en lugares conocidos y fallas en su capacidad para recordar situaciones sencillas, nombres de personas y lo más grave, incapacidad para hablar con claridad... es la antesala de una fatiga crónica, una especie de fibromialgia  (fibroniebla) o de la aterradora demencia.

Entonces es el momento -cuando experimentamos éstos molestos y preocupantes síntomas- de afrontar esta niebla o parálisis de nuestras neuronas, puesto que el miedo, el estrés y la propia ansiedad, tienden a intensificar aún más el fenómeno. Destrabar la 'multitarea' que es una epidemia del siglo XXI, y a la que no le damos ninguna importancia por lo común, es trabajar sin darnos tiempos de descanso, encadenar un objetivo con otro o concentrar toda nuestra atención hacia diversos estímulos a la vez, lo que a la larga trae serias consecuencias.

simplemente: Niebla en la mente...

Ahora, no olvidemos que el cerebro no es una máquina, es una entidad biológica viva, que tiene sus ritmos, pautas y necesidades. Si lo sobreestimulamos al límite, podemos dañarlo, hay que dejarlo descansar o se podrá desconectar momentáneamente. Por eso busca el apoyo de los tuyos, realiza ejercicios mentales el mejor es la lectura comprendida, lleva siempre una libretica de bolsillo en donde puedas anotar las actividades diarias y trata de poner cuidado a los cambios más frecuentes y buscar, si es del caso, ayuda médica y profesional (internista), puesto que no es fácil encontrar el origen del problema en este piélago de opciones. 

Para no fundir el cerebro (literalmente) y prevenir la neblina es fundamental tener buenos hábitos, es decir dormir bien (7 a 8 horas), una buena alimentación (balanceada), hidratarse bien, evitar el cigarrillo, los excesos de alcohol y cero drogas, dejar el sedentarismo y hacer algo de ejercicio y un decidido y terco auto-cuidado.

Simplemente... Niebla.

Me suscribo algo preocupado...

Hortensio.