Está comprobado que en la 'baja Edad media' (siglo X al XV) la degradación de la higiene llegó a sus más depravados síntomas de suciedad inimaginables que sumió a Europa en grandes problemas de salud pública y de enfermedades que llegaron al extremo de la infame 'Peste Negra' que casi acaba con toda la población sana de la época... En éste Plácido domingo y desde esa sucia Edad media, tres curiosas costumbres que han llegado hasta nuestros días en el siglo XXI y son ellos, como dice el título de esta entrada...
Un matrimonio medieval. |
El ramo de flores:
Teniendo en cuenta que la mayoría de bodas se realizaban en junio (comienzo de verano) lo hacían teniendo en cuenta una simple razón: el primer baño del año se tomaba en primavera (mayo) así que el olor de la gente era todavía tolerable. Pero como -sin duda- algunos olores comenzaban ya a molestar, las preciosas y bellas novias llevaban en sus manos y cerca de sus ropas, olorosos y frescos ramos de flores para espantar un poco el hedor que expedían sus juveniles y hermosos cuerpos. De igual forma las iglesias eran cubierta de esas olorosas flores para hacer más soportable el olor de la ceremonia religiosa. De ahí la bonita costumbre del ramo de novia... con abanico.
La velación o velatorio:
Por largo tiempo las tazas de lata se usaban para beber la cerveza y el whisky... esta mescla de latón y licor (alcohol) dejaba al individuo más de las veces en "el piso"; era una especie de narcolepsia inducida por la mezcla de la bebida alcohólica y el oxido de estaño, y como era costumbre muchas veces se pensaba que el individuo había muerto de la borrachera. Pues bien, el cuerpo era recogido por la familia que se preparaban para el funeral.
Previamente era colocado en la mesa de la cocina durante algunos días y la familia se turnaba para observar el comportamiento del cadáver, por las noches lo iluminaban con velas y así pasaban los días y noches comiendo y bebiendo en espera de que el muerto se despertase o no, la mayoría de las veces despertaban de la grave intoxicación, otras no. De ahí que a los muertos se les vela (velatorio o velorio) de la manera que hasta nuestros días lo hacemos que es la vigilia al lado del ataúd...
Un velatorio de época. |
Lo salvó la campana;
Fue en Inglaterra que nació la siguiente costumbre muy practica por demás. En muchas ocaciones y por motivos que les eran desconocidos (catalepsia) al abrir los féretros los encontraban rasguñadas ferozmente las tapas de los mismos, lo que indicaba que al individuo muerto, de hecho, había sido enterrado vivo.
Así que al cerrar el ataúd, surgió la idea de atar una cuerda en la muñeca del muerto, la pasaban por un agujero hecho en la tapa del ataúd y esta a la vez era atada a una campana previamente dispuesta fuera de la tumba. Después del entierro, le pagaban generosamente a un celador que queda de servicio junto a la tumba y por algunos días. Si el individuo se despertaba, el movimiento de su brazo haría sonar la campana. Y entonces sería "salvado por la campana" expresión popular que utilizamos hasta hoy en día.