Esta escultura es el pedazo de piedra más
triste y conmovedor que hay en el mundo.
Mark Twain.
El formidable felino... |
Todo monumento nace para recordar una efeméride, una historia o leyenda, desde la época de las "catedrales paleolíticas" como las cuevas de Altamira, pasando por Nínive, Babilonia y los griegos, los romanos y los faraones hasta nuestros días... el mundo, está lleno de ellos como si fuera una obligación moral y nacionalista de cada pueblo para recordar a sus héroes y sus batallas, los acontecimientos más significativos que han marcado el rumbo de la historia de cada pueblo...
La palabra viene del latín 'monumentum' = recordatorio y en éste Plácido domingo, un monumento muy especial, "El león de Lucerna" en Suiza, monumento que fue dedicado en memoria de los famosos mercenarios que se conocían como los 'guardias suizos' y que defendiendo el palacio de las Tullerías en París, perdieron sus vidas a manos de una turba armada que asaltó el palacio y los masacró durante el incidente del 10 de agosto de 1792, en plena revolución mientras la familia real con Luis XVI y Maria Antonieta, huía por los jardines. Más de 600 guardias suizos (de los mil que componían el cuerpo de guardias) perecieron en el combate, otros 200 fueron heridos mortalmente y murieron en prisión.
Cuenta la historia que uno de los integrantes de la guardia, el segundo teniente Karl Pfyffer von Altishofen, se encontraba pasando unas merecidas vacaciones en Lucerna cuando acontecieron los sucesos del asalto al palacio de las Tullerías y no pudo volver pues su regimiento fue disuelto. Movido por un terrible sentimiento de culpa por no estar en el combate con sus camaradas, resolvió hacer un monumento en memoria de sus compañeros caídos en París. Cuando los suizos recuperaron su independencia en el año de 1815, Pfyffer puso en acción su plan de hacer el monumento.
En aquellos tiempos vivía en dinamarca el escultor 'neoclasista' Bertel Thorvaldsen, a quien el teniente contactó y le contó la triste historia de sus camaradas, el maestro conmovido empezó a imaginar y diseñar el monumento, mientras Pfyffer, recogía los fondos para emprender la tan anhelada empresa... el contrato fue por la módica suma de 300 escudos, el resultado, un monumental león herido o moribundo labrado en la roca de un acantilado o cantera de piedra arenisca a las afueras de Lucerna (El jardín de los glaciares) , de 13 metros de largo por 6 de alto. El león mide 9 metros.
'HELVETIORUM FIDEI AC VIRTUTI' que se puede traducir del latín como 'Al valor y la lealtad de los suizos; se lee en la parte superior del nicho en donde se encuentra el león moribundo, herido por una lanza de la cual sobresale la punta, el formidable felino, está recostado sobre un escudo en el que aparece la flor de lis, símbolo de la monarquía francesa. En la parte baja de la gruta, se pueden leer algunos nombres de los oficiales sacrificados en esa trágica efeméride.
El molde de yeso llegó a Lucerna desde Roma donde vivía el escultor y tras la ubicación de la cantera se encargó al tallador suizo Pankras Eggensschwyler, quien comenzó la obra sin poder darle la forma final pues cayó del andamio y a raíz del golpe murió una semanas después. Lo sustituyó el escultor alemán Lucas Ahorn, quien finalizó el monumento el 7 de agosto de 1821.
Espero les haya inquietado la historia y el monumento, el más famoso y visitado de Suiza, algún día podré estar presente y de frente mirar al 'formidable moribundo', si es que me alcanza la vida.
Un abrazo pleno de cariño.
Hortensio.
El ataque al palacio de las Tullerías. |
Cuenta la historia que uno de los integrantes de la guardia, el segundo teniente Karl Pfyffer von Altishofen, se encontraba pasando unas merecidas vacaciones en Lucerna cuando acontecieron los sucesos del asalto al palacio de las Tullerías y no pudo volver pues su regimiento fue disuelto. Movido por un terrible sentimiento de culpa por no estar en el combate con sus camaradas, resolvió hacer un monumento en memoria de sus compañeros caídos en París. Cuando los suizos recuperaron su independencia en el año de 1815, Pfyffer puso en acción su plan de hacer el monumento.
En aquellos tiempos vivía en dinamarca el escultor 'neoclasista' Bertel Thorvaldsen, a quien el teniente contactó y le contó la triste historia de sus camaradas, el maestro conmovido empezó a imaginar y diseñar el monumento, mientras Pfyffer, recogía los fondos para emprender la tan anhelada empresa... el contrato fue por la módica suma de 300 escudos, el resultado, un monumental león herido o moribundo labrado en la roca de un acantilado o cantera de piedra arenisca a las afueras de Lucerna (El jardín de los glaciares) , de 13 metros de largo por 6 de alto. El león mide 9 metros.
El boceto original de Thorvaldsen. |
'HELVETIORUM FIDEI AC VIRTUTI' que se puede traducir del latín como 'Al valor y la lealtad de los suizos; se lee en la parte superior del nicho en donde se encuentra el león moribundo, herido por una lanza de la cual sobresale la punta, el formidable felino, está recostado sobre un escudo en el que aparece la flor de lis, símbolo de la monarquía francesa. En la parte baja de la gruta, se pueden leer algunos nombres de los oficiales sacrificados en esa trágica efeméride.
El molde de yeso llegó a Lucerna desde Roma donde vivía el escultor y tras la ubicación de la cantera se encargó al tallador suizo Pankras Eggensschwyler, quien comenzó la obra sin poder darle la forma final pues cayó del andamio y a raíz del golpe murió una semanas después. Lo sustituyó el escultor alemán Lucas Ahorn, quien finalizó el monumento el 7 de agosto de 1821.
El monumento... |
Espero les haya inquietado la historia y el monumento, el más famoso y visitado de Suiza, algún día podré estar presente y de frente mirar al 'formidable moribundo', si es que me alcanza la vida.
Un abrazo pleno de cariño.
Hortensio.