domingo, 18 de septiembre de 2022

El fantasma de tu recuerdo.

La muerte es un castigo para algunos,
para otros un regalo, y para muchos
un favor.
Séneca.

La poesía de Abigail Sandoval, nos hunde con Ella, en sus profundas emociones sobre la angustia, la tristeza, el amor, la vida y el sinsentido de la muerte, en ese verso tan libre y asonante que produce el ideal de dolor regado por el profundo sentimiento de tristeza a la muerte de su amado... hoy:

El fantasma de tu recuerdo.

Dolor... Tristeza.
El recuerdo de tu vida es un fantasma que tiene su destino
ligado al mío sin motivo pero con razón de embrujo.
He intentado organizar sin éxito mi vida, y mi presente 
llenando las horas de mi angustia jugando con el tiempo 
que es intemporal sin saber si es mío o es tuyo fluyendo 
peligrosamente.

Sobran las preguntas para no responder nada como quien
busca una quimera ilusionada en donde existe solo el 
otoño de mi vida. Una noche permanente y negra agita 
mi amargado espíritu y aunque sale el sol, vivo en una
penumbra en dónde esa luz ni se ve ni se esconde.

Un mundo sin horizonte, sin destino, sin certezas, 
en el olvido cruel que implacable se niega a claudicar.
Tortura que sin pudor ni vigilia me ata a una incómoda
 cadena sin fin de la que intento huir para respirar vida
 aunque me suma en profundos silencios que duelen.

Así lloro mi amor perdido, efímero y eterno a la vez, 
desgarrado por suspiros interminables que abandonan
mi cuerpo en busca de tu boca... y tú lo sabes.


Un saludo de especial sentimiento.

Hortensio.

El eco de tu voz.

Todo en la vida es un eco
qué siempre regresa a tí.
                         H. Farwel.


Y gracias a mi querida Margarita, heredera única del manuscrito de nuestra compañera de lírica como lo fue su ilustre madre, en éste Plácido domingo otra pieza de su triste y sutil poesía en prosa, oigámosla:

El eco de tu voz.


Lejos de todo y de la nada
oigo tu voz en mis oídos doloridos... 
esa voz ausente que golpea en la
quietud de la espesa noche, mis sienes.

Y más allá de la penumbra oigo el 
eco de tu voz lejana y ausente en éste 
instante vivo, y siento de nuevo mil muertes, 
un dolor sinsentido que taladra mi pecho 
partido en fríos desvelos.

Cierro con fuerza mis ojos pidiéndole compasión 
al sueño que se niega a venir y el insomnio no me 
deja mentir... oigo tu voz como el eco de mis 
pensamientos y la tristeza me aplasta con una fuerza 
inusitada que vuelca mi corazón en llanto.

Solo le pido al tiempo que me de la razón al entregarle 
toda ésta melancolía que me está matando lentamente 
a la absurda ausencia de tu voz…
¡Absurda, absurda, absurda!

Abigail Sandoval.
Sogamoso, Boyacá.

Datos al margen:

Con la venía de su hija, iré publicando en este blog, algunos  poemas -los que más pueda- sin miramientos pues todos son hermosos, de su obra inédita, para poder mirarlos en letra de molde, aunque su caligrafía manuscrita es muy clara y bonita.