domingo, 10 de enero de 2016

La suerte ha sido mi madrastra.

En este Plácido domingo, más poesía de esa lejana época de los ochenta. El café esta servido y La suerte ha sido mi madrastra... 'poemas dislocados'.

La suerte ha sido mi madrastra.

Oh sí... la suerte ha sido mi madrastra,
La mala suerte fue mi madrastra...
como si hubiese sido un pastor sin rebaño
en un mundo sin color, oscuridad silenciosa
bilis fría y amarga que brota de mi alma.

Caos miserable de locuras pasionales,
noche de luna llena que no ilumina nada
quiero decir que no me apena mi desgracia
por esa loca ilusión que se niega sin razón...

Y me refugio en mi lánguido pasado,
siempre bueno como traidor de realidades
tránsfuga, sumiso, resignado y paciente
como si fuera esperanza que no volverá.

Entonces me pongo arrogante con
mi pobre amiga La Adversidad,
que ha sido mi fiel compañera de viaje
persistente, implacable como mi soledad.
¿Que culpa has de tener...?

Si fue el tiempo que pasó por mi
de largo sin tocarme ni llevarme
sin futuro, sin metas y sin temor
pero sin ataduras a mi libertad...

Bastardo nostálgico ¿libre...? no,
no creo, solo nostálgico bastardo
y nada más, ¿que pretendes?
solo hastío que no se sembró
pues siempre existió...

Sí, se sembró sin armonía sin luz ni alegría,
¡sin amapolas carmesí no hay color!
no hay mañanas tibias con olor a mar
ni ocasos fríos y serenos que mirar...

Y, moriré, claro, renegando de mi madrastra
sin buscar hechos que me justifiquen
ni tener la emoción efímera y caduca
de tener la audacia de inventar una vida
soñando tardíamente con ese amor secreto
que llamé... Utopía.

                                                Farwel 1989




                                       El café está servido...

Ya te lo dije un día
si no he tenido momentos
mucho menos horas
palabras que jamás dije...

Sin embargo allí está tu insolencia
tu bobo orgullo haciéndome daño
con tu indiferencia falsa e inútil
ven y calma tu deseo y bebamos
con fruidez la cosecha de mi locura...

Locura hecha de solo quererte
y bien lo sabes porque siempre 
regresas como golondrina a su nido
callada y despacio como sombra 
velada en la penumbra...

Penumbra que noche a noche
busca el refugio de mis brazos
entonces ¿para qué tu orgullo
que solo derrama tristeza y dolor?
acaba ya con tus ausencias...

Ausencias sin sentido que se van
metiendo en todas mis horas vacías,
toma mi mano y devuélveme la 
alegría de tus besos y la dulce miel
que deja tu amor por todo mi ser.

¡ven el café ya está servido...!
el terciopelo de la noche ha caído
suave y pendenciero sin tocar
nuestras vidas sin dañar el presente
sin tocar nuestro amor y por favor...

Por favor no te vuelvas a soltar de mi mano
no sea que en una de tus ausencias se me 
olvide tu nombre y se pueda borrar el
sendero que conduce a nuestro hogar, si
ese que tu y yo formamos con tanto amor.

                                                      Farwel 1989


Como siempre un abrazo.

Hortensio.