El peor castigo a un político mentiroso,
es que nadie le crea aun si dice la verdad.
H.Farwel.
En éste Plácido domingo una muy pequeña reflexión que hace días tenía atravesada en mi calenturiento cerebro al ir acercándose los llamados 'comicios electorales' y con un marcado tufo izquierdista si se quiere, pero con una fuerte carga de verdad... mi verdad, siempre abierta al relativismo moral y cultural, siempre y nunca jamás... verdad comida. Esta reflexión es como un ensayo muy corto de una realidad incontrastable y real.
Sin palabras... |
En una sociedad acanallada, vulgar, desequilibrada y estratificada como la nuestra, donde todo convoca a una permanente frustración de cambio, provocada por una clase excluyente (oligarquía minoritaria) sobre las demás (mayorías excluidas) que son las que tienen que padecer las imposiciones de esa plutocracia sobre sus precarios derechos, causa náusea de frustración, y eso hace que éste segmento de pueblo que siempre se abstiene de votar se vuelva "indolente", por que le importa un bledo lo que pase en su país o vota en blanco, se lavan las cochinas manos de su cobardía y frustran la legitimidad de una esperanza más que añorada ahondando las diferencias de clase mortalmente heridas por dicha eterna frustración - ya con cerca de 200 años- sin ofertar nada más que acatamiento o muerte... aceptar de forma ininterrumpida su situación de marginalidad es lo normal.
La Colombia, vilmente camuflada de democracia, es por así decirlo una descarada dictadura de unas pocas familias ya identificadas que descaradamente han expoliado al País a su acomodo valiéndose de una clase media arribista y acomodada. Pero entonces llega el voto de castigo, resultado de la esclerosis política de mantener el poder por el poder. La culpa: una derecha corrupta y torpe que indefectiblemente lleva al populismo en un giro que ya se ha convertido en una regla sociológica universal; es cansancio y asco, torpemente matan la 'gallina de los huevos de oro' por una miopía absurda; el pueblo es "pasivo" pero no tan idiota como cree la derecha. Entonces, en éste panorama solo falta que aparezca un líder que los haga reaccionar y llegue a sus más recónditos resentimientos, llega indefectiblemente el voto de castigo de las mayorías, la catarsis social y el voto emotivo antisistema... La historia así lo marca; me haría eterno en contar ejemplos...'amanecerá y veremos'.
El dilema moral frente al destino de la Patria. |
Hay que romper la Ley de Murphy que en ese sentido nos indica: "Todo el mundo miente" y le contestan: "Da lo mismo, nadie escucha". No era más, por ahora.
Un abrazo esperanzador.
Hortensio.