jueves, 25 de enero de 2018

Pensamientos en prosa...


En éste atípico y soleado jueves, dos "Pensamientos en prosa"... Ya dejé de ser El aroma de las horas muertas, que es una poesía, en una variación imperceptible transmutada en prosa de 1978 y una pequeña esquirla...


Esquirla Nº. 45

Todo lo bello se llena de tristeza,
qué triste es la vida...
qué triste es la vida de los demás,
que triste mi vida...
marcada por la caducidad.


***

El aroma de las horas muertas.

(en una variación)

Las horas que murieron en el olvido...

El aroma de las horas muertas traen tu recuerdo a mi almohada, la lluvia que se oye de lejos como una melodía muda y monótona que me hizo pensar y añorar esa noche transmutada de realidad en donde nuestros cuerpos llenos de silencios lujuriosos  fueron arrullados por la lluvia tempestuosa que se cernía sobre la ciudad; gemíamos de dolor idílico, pausado y febril, matando las horas amándonos, soñando y pensando mientras el vendaval arreciaba.

Todo impedía traspasar los umbrales de mis penas, de mis vivencias, de nuestros besos y caricias, los abrazos sin esperanzas, en espera inútil porque cese la tormenta que añoro eterna para que la pasión no muera y tengas que partir. Y de nuevo a llorar la pena en donde sembramos tanto amor, porque sin tu silueta aromada de tristezas, siento a cada instante que mi lastimera existencia fenece al sentir tu ausencia que presiente finales cuando me dices "Te quiero".

Entonces pasa la lluvia y tienes que partir porque eres de otro y aunque no siempre prime la razón, hay una familia a la que debes ternura y respeto, es un sagrado deber que comprendo pero que no acepto y aunque eso poco importa, me quedo con el aroma de las horas muertas que me dejan sin minutos ni momentos en lo que fue nuestra breve historia de amor.

***

Ya dejé de ser.


Desaparecí en la niebla espesa del olvido...

Hace mucho tiempo dejé de ser, ya no soy yo pues desaparecí en la niebla espesa del
olvido donde no hay lugar para el pasado que se quedó en los pliegues del tiempo, difuminando el frío presente y abortando toda idea de futuro... Pero algo de ese tiempo queda aún, desgranando los tiempos idos y tratando de mallar las horas muertas que permanecen deshechas en el fondo del alma
en donde se fraguó el odio y el desamor, el miedo y las miserias ensombrecidas de ignominias y pasividad , soberbia pisoteada por la vejez y la enfermedad. Por eso hace mucho tiempo dejé de ser, al tener la certeza de que cualquier oscuro día de invierno mi camino terminarà al esperar en medio de su ausencia el tañido amoroso de una lejana campana que llora anunciando el ángelus y mi muerte.


***

Claribel...

Y quiero rendirle un sentido homenaje a Claribel Alegría, la gran poetisa Nicaragüense- salvadoreña, quien acaba de morir a sus 93 años. Qué mejor para tenerla en nuestro recuerdo que una de sus poesías - una de las que a mí más me gusta- y que Ella intituló:

lamentación de Ariadna.

No te pierdas, Teseo
vuelve a mí.
La playa está desierta
tengo los pies sangrientos
de correr en tu busca
¿serà que me engañaste
dejándome dormida en ésta isla?

Perdòname, Teseo
¿recuerdas nuestro encuentro?
amor eterno me juraste
y yo te di el ovillo
y volviste a la luz
después de haber destruido
al minotauro.

¿Te secuestró algún dios
sintiéndose celoso?
No me inspiran temor
ni Poseidòn
ni Zeus
es fuego mi ira
y se alzará
hasta el cielo.

Vuelve, vuelve
Teseo no te pierdas
en los laberintos
de la muerte
anda suelto
el ovillo de mi amor
atràpalo, Teseo
vuelve a mí
soy tu tierra
tu luna
tu destino.
Clava en mí tus raíces.


***


Un abrazo pletórico de recuerdos...

Hortensio.

















 



domingo, 21 de enero de 2018

De rodillas ante mi muerte...

En este Plácido domingo, dos especiales poemas Farwel tomados de sus cuadernos y "desencriptados" para el Blog del 'Canalla Bueno' con la novedad de que empiezo a publicar sus más recientes poemas, ya de éste siglo... este poemario lleva el nombre de: "Acariciando la muerte" del año 2010.   
Vencido ante la muerte...

De rodillas ante mi muerte...
De rodillas en la orilla de mi muerte,
desnudo como debe ser sobre el tiempo,
su presencia se siente ahí, leve y sutil,
presagio de eterna soledad desvelada
por siglos de naufragios malqueridos
y ausencias espurias no deseadas...

Espacios dormidos que despiertan
con el atroz ruido del relámpago fugaz
de la vida que con sus vientos apagados
y sus lágrimas con sabor salobre a tormenta,
miran con sus descarnados ojos la cara
inefable del Tanathos servil que corta
un mechón de mi pelo para dárselo
al barquero, que siniestro cumple con
su lúgubre y eterno horario de nieblas
renegadas que muerden las entrañas
como un esmeril al cruzar la laguna
Estigia con sus negras aguas azufradas.

Trémulo vislumbro la tiniebla sellada
por feroces puertas cribadas de humedad
y verdolaga lama de donde no se regresa
jamás; pero aún así y como si fuese una
paradoja, siento una Paz tan mayestática
que me entrego con amor y resignación
a los siglos eternos que abiertos pasarán.

                                         Farwel 2010
   

***

 El aroma de las horas muertas.
las horas muertas de Dalí...
El aroma de las horas muertas
traen tu recuerdo a mi almohada,
la lluvia que se oye trémula a lo lejos
como una melodía muda y monótona,
me hace pensar en las noches transmutadas
de realidad que vivieron nuestros cuerpos
cuando se llenaban de silencios lujuriosos
arrullados por la suave lluvia tropical,

Bellos instantes que nos hacían gemir de
dolor idílico pausado y febril matando
las horas amándonos, jugando al dolor,
pensando y soñando mientras el vendaval
arreciaba sin poder traspasar los umbrales
de mis penas, de mis vivencias, de nuestros
besos y caricias, con esos abrazos sin esperanza
que presentían y presagiaban un lamentable
adiós...

Y en esa espera inútil de que la tormenta
-que añoro eterna- amainara, nuestra pasión
aumentaba en amor y tristeza por la partida
cruel que nos separaría para siempre y de nuevo
a llorar la pena en donde sembramos tanto amor.

El nido vacío quedará y tu silueta aromada con
tus lágrimas de angustias y tristezas, traerán a
mi lecho la certeza de que mi lastimera existencia
fenecerá al sentir tu ausencia que presentía finales
cuando llorando decías que sería tu "amor eterno".

Entonces cesó la lluvia complice con la que tenías
que partir porque ya eras de otro y aunque no siempre
prime la injusta razón, hay una familia a la que le debes
ternura y respeto, en un sagrado deber que comprendo
pero que jamás aceptarè y aunque eso poco importe,
me quedo con el aroma de las horas muertas que dejarán
sin minutos mis adorados momentos que viví en ti...

                                                                Farwel 1978


Con un abrazo de ¡nostalgia pura!

Hortensio.