domingo, 28 de octubre de 2012

Falsos profetas

     

   Como decía una frase de Hortensio  Farwel: 'No hay cosa mas triste y lamentable que ver unos lobos hambrientos dirigiendo una manada de borregos tontos', ésto como una introducción a lo que la fecunda columnista de El Espectador, Diana Castro Benedetti, denominó en su escrito intitulado "Y bajaron de su pedestal" en una excelente aproximación de lo que es el llamado "El negocio de Dios" en el que se mueven millones y millones de dólares, siendo uno de los más rentables negocios del mundo moderno con la droga, el petróleo y las armas.

Conozca a algunos de éstos lobos hambrientos:



         Como es mi costumbre, transcribo en su integridad los textos que yo considero son de un interés básico para mis limitados seguidores, hoy con los criterios y argumentos de ésta destacada filósofa que nos regala estos pensamientos: "En esquinas, podios o exóticas sesiones de exorcismo se evidencian falsos profetas con sus voces y muecas vacías como insinuando la utilidad de seguir a otros.
         Se visten de túnicas, sandalias, gorros y chales en tonos vibrantes o escalas de grises tal vez para esconder la incoherencia de sus ideas. Son profetas de la pequeñez predicando lecciones que no pueden aplicar, gurús de verdades mentirosas o maestros ciegos en su propio ego.
   
       Cada quien sigue la luz que siente que lo ilumina, pero seguir a otros en la alucinación tiene sus riesgos. Seguir a otros sin reconocerlos como humanos defectuosos y maravillosos es escoger la sumisión. Reverenciar a los que dicen ver lo cierto es olvidar los tesoros del camino propio y aceptar como verdad lo que viene siendo sólo parcialidad y, asi, nos volvemos cómplices de embaucadores y veneradores de maquillajes. Cada alma, cuerpo o presencia, es libre de hacer su agosto con la ilusión de quienes buscan un guía para encontrar el camino 'perdido' al más allá y soluciones en el más acá.

        Y ahí está el 'sistema perfecto' de predica y resignación que funciona en el terreno común de los egos, donde unos se disfrazan  de expertos vendiendo milagrosas agüitas en frasquitos o cantando palabras incompresibles y pegajosas, y donde otros hacen de humildes seguidores escondiendo su ingenuidad, pereza o inhabilidad.

       Pero, en estricto, muy estricto sentido, no hay maestros verdaderos como tampoco los hay falsos. Solo hay seres que dan de si mismos y que ofrecen sus juicios. Algunos están mas a gusto satisfaciendo sus deseos, los otros se amarran a una idea de la compasión. los hay que exigen  y los hay que condenan. Hay maestros de sabidurías que no se untan de humanidad y los hay que hacen rabiar y reír como si fuera el loco o el mendigando de la esquina. Hay gurús que arrancan la inocencia y otros que exigen su diezmo sin pudor. Cada quien es libre de escoger su faro, su esquina y sus cobijas para su camino hacia la exquisitez.

          Y mas allá de las variaciones y las tonalidades de la humanidad en pose de sapiencia, sin lugar a dudas, maestro es el que hace ver bien adentro, que ansia el silencio y que no ofrece sortilegios para el afán. Maestro es el que abre la puerta, el que comparte, sirve, cocina o ilumina lo que hay que atornillar. Gurú es aquel que acompaña, llora, canta y reconoce su indignación o su furia. Maestro es el que nos incita a ver lo posible y a alcanzar lo que no imaginamos. Y si, maestros de la vida somos todos los que vivimos nuestra humanidad porque lejos han quedado los tiempos en que unos apuntaban a la verdad para que otros queda en obnubilados. Enterrada quedo la sabiduría misteriosa, oculta y atenta con esos otros que hacen doler, reír, gozar y aprender.

         Aunque resulta cómodo y necesario honrar los pasos de místicos, en el itinerario se debe incluir al otro que camina, respira y busca los mismos sueños. Por fin llego la hora en que los guías más sabios bajaron de su pedestal para mezclarse y quedarse en el púlpito de los comunes."


Un pastor 'cristiano'.

          Sabemos que la inteligencia y el tacto, la experiencia y el estudio hacen al sabio, solo me queda por agregar que, como nunca antes, estamos viviendo la 'Primavera de los falsos profetas', deberás observar con tacto razonable y sabiduría critica, -si es que vas por el camino de buscar "ayuda"-  a quien vas a seguir como maestro y no caer en la tontera de ir a llenarle los bolsillos a diezmeros profesionales por la incapacidad de discernir lo que es falso y lo que es verdadero...¡Cuídate!

Saludo fraterno...

Hortensio.