domingo, 20 de noviembre de 2016

El barco de Teseo...

En este Plácido domingo... la paradoja del barco de Teseo, que es una paradoja de reemplazo, ésta se pregunta si cuando en un objeto se reemplazan en todas sus partes... ¿éste sigue siendo el mismo?


La leyenda fue recogida por Plutarco y es la siguiente:

XXIII.- La nave de treinta remos en que con los mancebos navegó Teseo, y volvió a salvo, la conservaron los atenienses hasta la edad de Demetrio Falereo, quitando la madera gastada y poniendo y entretejiendo madera nueva; de manera que esto dio materia a los filósofos para el argumento que llaman aumentativo, y que sirve para los dos extremos, tomando por ejemplo esta nave, y probando unos que era la misma, y otros que no lo era.

 El problema se convierte en una paradoja, es que es muy difícil saber exactamente el punto en el que una cosa pasa a ser otra distinta si reemplazamos una de sus partes o todas en un lapso de tiempo determinado; ¿pasa lo mismo con el ser humano? Sabemos clínicamente que a lo largo de la vida una persona prácticamente reemplaza todas sus células por otras nuevas y básicamente no hay nada permanente en una persona a lo largo de su vida a excepción de las neuronas, pero no hay certeza de su fisiología a este respecto de renovación.


La obsesión de los filósofos por encontrar verdades inmutables creó este mito con el problema de la identidad... ¿Es el barco de Teseo el mismo o es otro tras haber cambiado todas sus piezas, en un momento de tiempo y espacio? La discusión está servida para tomar partido en la polémica... por mi parte creo que no es el mismo barco aunque su esencia sea y recomiende que es el mismo.

Un paradójico  abrazo, el mismo abrazo.

Hortensio.