domingo, 2 de agosto de 2015

Un poema dislocado y otro fatigado...

De nuevo en este primer 'Plácido domingo' de agosto, con algo de la poesía fatigada de Farwel, de ese lejano siglo 20 en el que transcurrió su más fuerte inspiración poética...

Ausencias

No imaginas el vacío que me dejó tu ausencia,
fue insondablemente negro, cerrado y patético.
Ausencias lacerantes de dolor...
Ventana abierta al abismo de la melancolía,
nostalgia inválida estremecida de tristeza.

Invadido espacio de lacerante dolor,
recuerdos huérfanos dejados en la puerta
cerrada con la deforme llave del olvido falaz,
sueños abiertos que solo conducen al asco.

Ironía de la vida que produce escalofríos,
sabiendo que el tiempo aliado reflejará el alivio de
las nostalgias hechas de espejismos de tiempos idos.

De tiempos lejanos... de otros tiempos que ya
no existen porque el dolor envilecido se fue
y el malogrado destino que me quedaba... huyó.

                                                            Farwel 1989.



La caricia.
                                                                  (En una variación)
La simple caricia de tu rostro...

Intranquila la caricia que se posa sobre sus senos
en maniobra sosegada que implica suavidad.
Al más ligero contacto con la piel excitada
se abandona ya ella en la penumbra pegajosa.

Parpadean sus ojos tendidos sobre el ya desnudo cuerpo
del hombre amado siguiendo la pista de un destino incierto,
y el cielo se abre en todos los sentidos de su arbitrario son
pulsando el bajo vientre sepultado de cerulea lujuria.

Y en la hondura de su cansada pero serenada carne
sólo la fatiga de la jornada dejó flácidos sus músculos
pero tienes que saber que esas ganas que se perdieron
fueron solo tuyas...

                                                                    Farwel 1989



La rutina.

E
n medio de esta rutina programada
de inevitables 'quehaceres' sin sentido,
actos mecánicos de hastío y resignación
la vida acontece irremediable y patética.

Llena de acumuladas ansias y obsoletas
tradiciones continuadas e irracionales,
aparece el cronometrado desespero por
ese diario ejercicio de la subsistencia...

Y en medio de mi siempre cuestionado
y decepcionante caos vital de mi sendero,
inesperadamente apareciste tú a destiempo,
inoportuna y simple, sencilla en tus misterios.

Sentenciando mi paz a una locura inacabada,
sorprendido gratamente por esa jodida compulsión
de hacer de mí un juguete de tus bellas locuras...
causas y efectos que no podía comprender pero
que adoraba sin poder asumirlas desde mi mutismo.

¿Porqué dejé ese espacio por donde llegaste ese abril?
 reproche inútil y desfallecido... ¡sucedió y fui feliz!
 inocentes fantasías inacabadas de provecta ilusión                                                                          
en juegos de seducción de entrega real y absoluta
donde los abismos infranqueables del tiempo y la edad
 mostraron la síntesis de incapacidad para decir un No.

Se que pudo haber dolido y desde luego a mi mucho más
y de hecho pasó pues solo al dejarlo fluir cobardemente,
la angustia, la tristeza y el dolor se apoderaron de mi ser,
conciencia de vivir lo irreal que era más real que lo real,
más cierto que todo lo vivido pero acontecía y no podía
detenerlo, no quería detenerlo pero no era justo para Ella.

Tenía que volver  a mi vieja rutina de dolores enclaustrados
No, no más amores desproporcionados y rendidos al dolor,
yo viejo y ajado roble, tu brezo de eterna y viva primavera,
en mi la senescencia anunciada en mi piel y en tu piel rosa
veíase esa fuerza creadora y prístina de una Natura serena,
yo cansado y tu vigor certeza de futuro en libertad...

Deja que suelte tu mano amorosa y te salve del naufragio
de mi vieja y ajada chalupa enajenada de miserias y rutinas,
se que te amo y por ello mismo el sacrificado debo ser yo
que he de volver a mi insalubre pétrea y húmeda 'ergástula'
en donde llegué a conocer sin pasión, esa sensación absurda
de hacer las cosas sin pensar puesto que siempre están ahí.

Sí, regreso a mi vida programada, sin sabor justificado de un
cambio desconocido, aguas turbulentas que no quiero compartir,
monotonía fiel en mi frío sendero, destino buscado con los años
mismo lugar de aromas paralizantes, camino siempre de vuelta
a la indiferencia fiel que no evitará mi cita clandestina con la muerte.
Tu nombre es libertad aunque seas y una bella y amable loca.

                                                                                         Hortensio 1986


                                                                           







Un desde luego abrazo rutinario pero sincero...

Hortensio.