Un feliz “día de la madre” hoy con un microrrelato de un campesino de por allá en ese Boyacá de bien adentro, se cuenta que Aristóbulo, el campesino, recogió su cosecha de papa y se propuso ir a venderla al pueblo a un intermediario conocido de la región.
Aristóbulo. |
Al entrar al almacén de misceláneas se preguntó ¿Qué fue lo que me encargó? no pudo recordar, entonces algo le llamó la atención: un espejo con marco dorado y regresó a su vereda.
La mujer y el espejo. |
Al amanecer cuando salió a ordeñar sus vacas, le entregó el espejo y se fue a trabajar. La mujer extrañada se miró al espejo y se puso a llorar desconsoladamente, entonces la madre se le acercó y le preguntó el motivo del berrinche. La mujer le dio el espejo a la mamá y le dijo:
- El Aristóbulo a traído a otra mujer, joven y muy bonita.
La madre cogió el espejo, lo miró y le dijo a su hija:,
- Mija, no tienes porqué preocuparse, es solo una vieja fea.
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Un abrazo bien reflejado.
Hortensio.