domingo, 15 de noviembre de 2020

El gusano de seda.

La seda es para la piel lo
que el diamante para la mano.
Oscar de la Renta.

De nuevo en éste Plácido domingo de pandemia hoy con una curiosidad que he abrigado por muchos años, muchos de verdad y es la milenaria existencia de un ser muy especial... el gusano de seda y el hilo mágico que produce durante su cortísima vida para envolver y proteger su huevecillos.

Nuestro amigo, que no es un gusano sino una larva. 

Esa mágica palabra seda, evoca el lujo y es sinónimo  de esplendor y lustre sibilante por su tersura y suavidad pues al tocar con las yemas de los dedos su blancura, de inmediato se evoca "una urdimbre reluciente de lugares remotos". Yo diría que el hilo de la seda es el mismo hilo de la historia.

Llegó a mis manos, como un regalo de agradecimiento, una  hermosa y pequeña Fukusa de seda,  que envolvía el pago de mis precarios honorarios de una clienta que ayude jurídicamente cuando fue deportada del Japón. encima de la hermosa seda se encontraban estampados una grulla con el fondo del monte Fuji, emblemas del Japón rodeados de cerezos en flor y cuatro pequeñas y primorosas borlas doradas en cada uno de sus extremos. Un pequeño pictograma en japonés me señaló la procedencia de su sericultura: Tokorozawa.

Entonces volví a pensar en mi amigo el pequeñito gusano de seda y su voraz apetito por las hojas de mora, su preferida. Después de varias mudas (4) empieza  a tejer su capullo secretando una mezcla semilíquida de proteína de contextura gomosa llamada sericina, por las glándulas de la seda a lo largo de su cuerpo. La seda líquida excretada a razón de 30 centímetros por minuto, al contacto con el aire se convierte en la fibra que el gusano emplea en hacer su capullo impermeable. Al cabo de dos semanas nuestro amigo se metamorfosea en una mariposilla y sale del capullo. Tras varias horas de apareamiento la hembra pone de 300 a 500 huevecillos y luego muere a los tres días; los huevecillos necesitan de clima frío para su desarrollo y tardan entre seis semanas a varios meses para abrirse.

Huevecillos en su capullo.

El capullo al ser desmadejado puede medir hasta un kilómetro y medio de longitud continuada. Es espectacular la fibra que es triangular y refleja la luz como prismas en un color perlado con apariencia de joya. Por más de dos mil años la China guardo el secreto de la cría del gusano de seda y el imperio decretó pena de muerte bajo tortura a quien lo revelara. Se cuenta que en el siglo VI el emperador Justiniano, envio a dos monjes a China en misión de espionaje. Al cabo de varios años volvieron a Constantinopla, con huevecillos de oruga transportados en sus bastones huecos... fueron los Adán y Eva de la cría y producción de los gusanos de seda de Occidente. Cientos de años atrás los Japoneses ya tenían el secreto y su propia industria y ni que decir de la India que tiene el monopolio de la oruga Muga, que produce una seda dorada. Sobra decir que la ruta de la seda, fue el camino más largo y conocido de carabanas en la antigüedad que venía desde la China hasta occidente, transportando su valioso cargamento.

Bueno espero que ésta entrada sea, para los curiosos, un principio de investigación sobre los usos de la seda en la industria moderna, desde la medicina con los hilos para suturas hasta los emprendimientos en la Nasa y mil usos más.
Un hermoso ejemplar Muga de la India.


Un abrazo muy sedoso.

Hortensio.