jueves, 20 de noviembre de 2014

Sala de espera.


Todo hombre es sincero a solas;
en cuanto aparece una segunda
persona empieza la hipocresía.

                                           (Emerson)
Aeropuerto internacional de 'El Dorado' Bogotá... allí me encontraba para abordar un vuelo que me
llevaría a mi aventura por 'El Tayrona', nada había que hacer, el vuelo estaba suspendido por mal tiempo, a poner buena cara y darle cabida a la paciencia. Me senté en la 'sala de espera' y me acomode en una de sus sillas, busqué entre mi maleta de mano el libro que me acompañaría en mi correría... Los Thibault, tomo 4 del premio nobel 1937, Roger Martin du Gard, y me dispuse a continuar con la lectura...


Alguien que había llegado al sitio y se sentó frente a mi en diagonal, llamó mi atención gratamente -en principio-  cuando apenas acariciaba la tapa del libro y como buen 'voyerista' y 'fisonomista' no pude, desde ese instante, quitarle los ojos de encima. Se acomodó con aire de 'digna' indiferencia y ademanes delicados... era una hermosa mujer 'madura' que cuando se posó, recorrió con su mirada, lentamente el terreno circundante hasta que me toco el turno de encontrarme con su mirada azul impasible pero triste.


Si, pude leer en su rostro una inocultable tristeza que me impresionó, solo pude barruntar... toda mirada triste esconde un sentimiento ¿por qué situaciones estaría pasando? ¿Qué o quien la tenía así de triste? Jamás lo sabré y de nuevo pasó su mirada triste que la sostuvo un instante más al ver seguramente que yo también la estaba mirando como extasiado, (seguramente estaría acostumbrada a sostener miradas y algo en mí le llamó la atención... ¡estúpida vanidad!) lo cierto es que se leía en ese bello rostro una inmensa tristeza que se podría romper -como el más fino cristal de Murano- en un segundo en llanto... eso me pareció, fue un momento fugaz pero de verdad inquietante.

La incontenible tristeza

De repente ese semblante de tristeza se trocó en una suave sonrisa que desdibujó su tristeza; se levantó como en 'cámara lenta' llena de una dignidad solo adquirida en la realeza europea ¿sería una princesa en línea sucesoral? y levanto su mano derecha al aire y la agitó, tomó su maleta y se alejó en dirección de dos amigas a las que saludó de beso en mejilla, entonces oí su risa suave pero franca...

Baje la mirada y abrí como 'en automático' las tapas del libro y no pude leer ni una sola letra, tenía clavada esa mirada triste en las arrugas de mi cerebro y vino de repente en mi ayuda, una vieja sentencia o más bien un viejo escolio de Farwel, que es casi que un axioma; más o menos así dice:

"Basta dejar a alguien solo un breve momento a solas, para que brote en su cara lo que en realidad se es y que no se quiere mostrar al mundo" 

Levanté instintivamente la mirada para verla alejarse con delicado contoneo de su cadera al vaivén del ritmo 'alegre' de su frondosa cabellera, en medio de una charla rica en carcajadas; pero esa mirada que leí en su rostro como de 'conformada tristeza ausente', era pura y sincera. Y así, sin temor a equivocarme, somos todos cuando estamos a solas, a la cara nos brota como un reflejo nuestro verdadero sentimiento interior.

Un abrazo sincero... sin careta.

Hortensio.



domingo, 16 de noviembre de 2014

El Baobab.



El 'árbol de la vida' en África
En la hermosa y bella ciudad de la 'Eterna Primavera'... Medellín (Antioquia, Colombia) un codicioso y ¡grandísimo idiota! de esos que no faltan, del sector de 'el poblado', una de las zonas más exclusivas de la ciudad, le dio por talar un árbol más que centenario por ganarse unos poquísimos metros de construcción, -noticia del diario El Espectador-, de hace algunos días; pidió permiso a la alcaldía para acometer semejante crimen, pero algunos sensibles y sensatos vecinos del perpetrador, se le opusieron y la cosa fue a parar a otras instancias en busca de expertos de la correspondiente secretaría del 'medio ambiente', de la Universidad Nacional y el jardín Botánico, quienes no encontraron ninguna equivalencia a árboles endémicos o traídos de otras regiones, por lo que lo bautizaron como N.N. y comenzó la famosa "exhaustiva investigación" de los burócratas de turno. Un estudioso agrónomo se interesó por el caso y llegó a la conclusión de que se trataba de un extraordinario y raro 'Baobab'... ¿Cómo en América?... pues Sí. (hasta aquí la noticia, para no extenderme más). Veámoslo en todo su esplendor:

Un hermoso y extraordinario Baobab en su África natal.

Bueno, como la única referencia que yo tenía de ellos era el de ese querido aviador, A. de Saint-Exupéry, que los menciona en el capítulo cinco de su 'Principito' y que de seguro los conoció personalmente impresionándose de tal modo como para haberlos tratado así en su obra (yo creía que era invención del escritor, ¡confieso apenado mi ignorancia!); pero bueno, como poco sabía de éste nuevo gran 'amigo' recurrí y me acerqué a ese otro gran amigo: Google y su ya famoso e imprescindible 'Oráculo' quien me introdujo en el misterioso y bello mundo de los Baobabs... 
El Baobab en Madagascar.
Por su forma anatómica, si decir así se puede, pareciera que sus ramas son las raíces y que se elevan al cielo como pidiendo... algo, 'pareciera que creciera de arriba hacia abajo' puesto que el follaje de sus ramas solo crecen en los meses de verano... miremos una antigua foto de la fotógrafa canadiense Elaine Ling, la 'enamorada' de los Baobabs, de una serie en blanco y negro de Baobabs que fuera galardonada en su tiempo, y en la que se podrá comprender lo dicho anteriormente y la  leyenda que les contaré:
¿Ramas o raíces? el enorme árbol pereciere que
 está enterrado al revés con sus raíces al aire.
Nótese la silueta de un hombre en su base.
La leyenda que a mí más me gusta, de muchas, es la de Madagascar, que cuenta que: "En los 'principios' el baobabera un bello árbol de frondoso ramaje verde pero que desobedeció a Dios, cuando dio cobijo a un pájaro 'Estrilda' que estaba maldito. Dios al enterarse, ciego de ira, arrancó el árbol de cuajo y hundió su frondosa copa verde en la tierra dejando sus raíces al descubierto".

Ya van viendo lo que es un Baobab, para mi y desde ahora, en más bello, hermoso, extraordinario,
El árbol botella.
pero sobre todo útil árbol, que la Naturaleza puso en la Tierra y como 'entre gustos no hay disgustos' y desde luego no hay absolutos que valgan, a mi personalmente me parece bello por no decir hermoso, extraordinario y fantástico. Originarios del África y de su isla Madagascar, llegaron también a Australia; a estos gigantes les tienen diversos apodos, los más conocidos son el del 'árbol de la vida' y el de 'árbol botella' (boad) por su forma. Sus características son insólitas: un Baobab adulto puede llegar a medir más de 40 metros de alto por más de cinco y más de circunferencia, pero eso varía de acuerdo a su especie y la zona donde ha crecido.



Las inmensas proporciones de
un Baobab milenario en África.
El gran explorador ingles del África austral David Livingstone en el siglo XIX, llegó a describir en uno de estos ejemplares, en un reporte a la sociedad científica de Londres, en el que según él, "en la cavidad hecha en su tronco podía albergar 20 y 30 hombres" pero se sabe que es mucho más y en su crónica se pudo haber quedado corto, pero en fin, también se interesó por aquellos "arbolitos" el gran hombre y apóstol del África y hay que creerle. También está reseñado que en la ciudad de Queesland, Australia, había un Baobab, que era usado como cárcel.


¿Pueden creer que allí está, ese extraordinario
Baobab, fotografiado por Elein Ling?

El majestuoso 'árbol de la vida' puede vivir más de tres mil años según la datación del isótopo del 'carbono 14' pues no tiene anillos para medir su longevidad, tiene la capacidad de almacenar hasta 120.000 litros de agua utilizada en épocas de sequía, pero también da comida, su fruto al que llaman 'pan del mono' alimenta nutritivamente como sus caducas hojas que son ricas en vitaminas y minerales y son medicinales, su tronco parecido al corcho pero más leñoso, da albergue y vivienda, fibras para hacer vestidos y de él de aprovecha todo, hasta de sus efímeras flores que nacen en el ocaso y mueren o se marchitan durante el día, se hace una harina cosmética de gran valor, en 'resumida cuenta' es una de las grandes maravillas de la Naturaleza. 



¿Un edificio de varios pisos en un Baobab? Ahí está... ¡increíble!
No he podido saber 'en qué paro' la pretendida tala de ese hermoso árbol que raramente creció en Medellín, tengo entendido que por vicios en la solicitud de destrucción, los vecinos apelaron el permiso que extrañamente y "dolosamente" se le había concedido al futuro 'arboricida' y por el momento se ha salvado. Ojalá que el dios de los árboles lo proteja por otros mil años a nuestro único e invaluable Baobab colombiano para la admiración de los 'paisas' y de todos nosotros, quienes así se lo imploramos... Amén y amén y que así sea.


¿Negros nubarrones para mi amigo de Medellín?
Un abrazo lleno de plegaria ecológica...

Hortensio.