Ahora, un cuento del escritor gallego Wenceslao Fernández Flórez, dueño de la silla S de la Real
Academia de la Lengua, periodista y escritor quien cultivó como ninguno la sátira social y la visión irónica del ser humano, en un número de una revista literaria de 1950 aparece una de sus "Visiones de Neurastenia" el cuento de características escatológicas y tragicómico, como era lo suyo:
Carátula de la vieja revista... |
"Un coronel del glorioso Ejército Nacional va caminando por una calle de una ciudad española cuando de repente siente unas irreprimibles ganas de dar de cuerpo (lindisima expresión, harto mejor que el simple cagar), pero en ese momento se encuentra ahí en la calle con la esposa de su superior inmediato, un general de quien depende su próximo ascenso. Y la buena señora lo arrastra con ella, porque quiere recabar la opinión de un hombre de buen gusto, como el coronel,acerca de sus compras. Y al coronel, pobre, no le queda otra que aguantarse las ganas."
"El cuento va ganando en intensidad y angustia conforme la generala más y más compra y el coronel más y más ganas tiene de dar de cuerpo. Y como aborrece hacerlo en un WC público, apenas el pobre hombre se libera tras una agotadora sesión de shopping, sale corriendo para su casa, entra en ella y descubre que su esposa está en la cama haciendo el amor con otro hombre, y entonces grita algo sublime:"¡¡Esperad, malvados!!" y se mete al baño. Sólo que cuando sale, aliviado por fin de su carga, claro está que su esposa y el otro han desaparecido."
"El cuento va ganando en intensidad y angustia conforme la generala más y más compra y el coronel más y más ganas tiene de dar de cuerpo. Y como aborrece hacerlo en un WC público, apenas el pobre hombre se libera tras una agotadora sesión de shopping, sale corriendo para su casa, entra en ella y descubre que su esposa está en la cama haciendo el amor con otro hombre, y entonces grita algo sublime:"¡¡Esperad, malvados!!" y se mete al baño. Sólo que cuando sale, aliviado por fin de su carga, claro está que su esposa y el otro han desaparecido."
Ahora un pequeño poema en prosa del gran Francisco de Quevedo en su obra "Gracias y desgracias del ojo del culo" de hace más de 350 años, obra por la que estuvo preso:
"Quien tanto se precia de servidor de vuesa merced, ¿qué le podrá ofrecer sino cosas del culo?
Aunque vuesa merced le tiene tal, que nos lo puede prestar a todos. Si este tratado le pareciere
de entretenimiento, léale y pásele muy despacio y raíz del paladar. Si le pareciere sucio, límpiese con él, y béseme muy apretadamente. De mi celda, etcétera."
Un abrazo simple y sencillo...
Hortensio.