jueves, 3 de marzo de 2022

"Solo la verdad anda desnuda"


Hacer versos malos depara más
felicidad que leer los versos
más bellos.
Hermann Hesse

Sin fantasía no existirían
 delincuentes ni poetas.
Kurt  Gortz

Después de un largo receso poético, he recuperado dos poemas fatigados en los que Farwel, pasa literalmente por encima de lo anacrónico en ésta época suya en la que para fortuna o desgracia le tocó vivir. Decir a su favor que no importa que le hayan señalado como antipoesía su lírica decapitada de palabras grandilocuentes y superfluas, tan solo tiene las precisas para mantener la idea del poema y su justo ritmo para que el verso sobreviva. Su poesía la dedica a los desamparados, a esos que como dice Neruda: "no tienen madres ni poetas para sus penas". Habla sin temores y sin tapujos, eso lo hace diferente, sin atavíos inútiles que le preludian críticas y olvido, siempre le dice a sus detractores: "Solo la verdad anda desnuda".

La verdad saliendo del pozo.


Las llamó:

Un recuerdo en el olvido

Si hay soledades ¿cómo se puede matar
un tiempo que siempre parece estático?
se preguntaba el bohemio que no encontraba
salida a sus desgracias que en un tiempo
real como suspiros se van perdiendo en el
viento de la añoranza.

Deseos susurrados con sabor de ausencias,
fantasías que ocupan el silencio de su cuarto
y la nada se convierte en un vacío pegajoso
de eternidad distante que es la razón de vivir.

Agonía que siempre se tiñe de melancolía al 
paso lento de su áspero tiempo que se lindera
en esa dimensión que va del deseo a la realidad,
es querer tocar su alma y sentir que camina sin
dejar huellas...

Entonces se da cuenta que la vida se está 
yendo como el momento en el tiempo y 
un recuerdo en el olvido.

                                               Farwel 1978


La imagen del velero rumbo al olvido...

1899

Nunca volví a  Cartagena...
y sin embargo hoy después
de tantos años lamiendo el
nuevo siglo, recuerdo ese
infame día en que me dijiste
adiós, es solo 'un hasta pronto'.

Desde entonces el desvelo se
sentó al borde de mi cama
para hacerme compañía con
una caricia siempre de dolor.

Y recurre la imagen del velero
perdiéndose en el horizonte
infame del olvido en ese piélago
que no quisiera recordar porque
duele, porque se afincó en mi
alma ese sentimiento de vacío y
dolor insidioso, sordo y continuo
que no me deja recoger mis ya
viejos escombros de esperanzas
rotas que se niegan a morir...

Y esa lejanía atroz que día a día
se hace más grande cuando mi
angustia no puede acercarme a
tu imagen que se difumina en las
sombras de los años idos y perdidos,
hacen que me asalte el miedo incierto
de que ya te perdí para siempre...

Desde ésta inmensa sabana de
Santafé de Bogotá, oigo de nuevo
el mar y maldigo ese instante vil en
que nuestros destinos se apartaron;
entonces busque el silencio lejos
del mar para que mi alma pudiese
respirar en medio de la amargura
de esa mi añoranza que se rompió
cruelmente...

 Mi cuerpo te anhela, mi alma te
extraña y todo mi ser no entendió
jamás lo que eran las ausencias
solo me condenó a vivir en la tonta
espera de tu ya larga separación
que no se desdice y sigue ahí desde
que partiste un día de la bella y 
amada Cartagena.

P.D. 1901 Ella murió en España de
una irreductible pulmonía y yo me 
ahogué en la niebla de mi frustrante
desgracia. 

                                       Farwel 1978  


Un abrazo.

Hortensio.