domingo, 8 de junio de 2025

El prisionero de la Torre Vizcaya.

Quien olvida a un ser querido que nos dejó
o es un ingrato o simplemente un pobre y
despreciable ser, que merece ser tambien
despreciado y olvidado.
Abigail Sandoval.

La muerte es dulce; 
pero su antesala, cruel.
Camilo José Cela

Jaime, soñó que se estaba fugando de la Torre Vizcaya, pero el abrir los ojos las paredes y el paisaje seguían allí, emociones sin salida, experiencia dolorosa y miserable pero en ocaciones "placentera" y ese era el problema, le gustaba la soledad, libre y errante buscaba salidas falsas como todas en el fantástico universo de la bohemia envuelta en volutas de humo, con la música que amaba y a la que brindaba levantando su copa con la complicidad de un verso cualquiera que lo alejara por un estrecho y mínimo fugaz instante de esa espuria siembra que él mismo labró y que ahora lo atenazaba sin remedio en el foso de la autodestrucción impensada...


Tejedor único de esa red que lo aprisionaba aunado de sucesos que sin duda no buscó pero que poco a poco se fueron sucediendo asociados a mil factores que se acumularon muy paulatinamente ayudando a consolidar los barrotes de su prisión y escapar se le convirtió en una tarea desesperada absolutamente imposible; buscó resignación y el cuerpo quebrantado fue su 'maldito cómplice' que no le respondía de manera puntual a sus circunstancias.

No hay prisión que valga cuando el sueño es vívido, tal vez era un mal sueño pero no estaba seguro porque siguió preso en la inanidad y la insensatez escondida en una disculpa muy propia que ni él mismo se la creía... Ahora ¿cabe, - me pergunto-, mayor misericordia que la de regalarle un nuevo comienzo, una vida sin pasado ni futuro y sin el pantano engañoso de la esperanza? sería fantástico pero no es más que una bonita quimera de sentimiento fraterno, se sabe que la muerte no da miedo pero el sufrimiento sí.
Solo el tiempo es para siempre y nunca se cansa por que se hace eterno, el resto es perecedero y sí... se deja de ser.

Hoy 20 de junio, anexé la presente reflexión:

¿Que más decir? nada... expresar que por fín escapó de su 'torre ergástula' o 'torre de marfil', en la forma en que todas las criaturas humanas escapamos de las sombras de la adicción por la vida, de nuestras esenciales afugias de la existencia de nuestros efímeros días, de nuestras alienaciones aceptadas y realidades irreversibles, escapamos de todo lo terrenal de la mano siempre sincera de la "muerte humanizada" y hasta deseada, nunca aceptada, tan sublime y dolorosa, en una escapada sin retorno, desde luego, pero el escape de Jaime de esa torre fue impensada...  lo logró y se disolverá en la nada.

¡Buen viaje querido hermano!!

Hortensio.