domingo, 21 de enero de 2024

Una Letanía perturbada sin eco.


 Se dice: La esperanza es un buen 
desayuno pero una mala cena.


Sentir y conjeturar, hace parte del ámbito de todo ser que se dedica a escribir en un momento de creatividad y plectro, es tener conciencia de su acontecer y eso es ya... una letanía sin eco: 

El tiempo empoderado.


Es cuestión de tiempo.

Nací en el 48 un año cada vez más y más lejano, y héteme aquí  viviendo y acabándome de oxidar en los umbrales de mi  muerte en silencios que se llenan de senderos que nunca supe descifrar ¿cual tomar? aveces grito tu nombre con la débil y exánime esperanza de escuchar el eco de tu voz que guía mi perturbado espíritu hacia esa nada que nunca llega a mi opaca región de nieblas inacabadas...

Mirando bien solo son un puñado de años nada más que caben en las pequeñas manos tiernas de mi nieta Gabriela, y ¿esas cosas que detengo? ¿para qué? ¿será que tengo alguna prisa? es lo más posible ya que hay cosas que he dejado de hacer y tal vez no lo logre terminar y solo me puedo mover en ese sedimento acumulado por esos "largos" años atrofiados de mi agitada y procelosa vida; pero sigo y sigo hasta dejar de hacerlo porque la fisiología de mi cuerpo no dio más y tocará parar en la última estación en donde se termina el recorrido de mi tiempo que se volverá infinito y nada.
¡Nada qué hacer!
  

Hortensio.