En éste Plácido domingo, dos piezas líricas en la prosa profana de Farwel, 'El olvido como premio' y 'No soy María. del año 2010... leámoslas:
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Mujer judía y su hijo. |
No soy María.
Sí, me llamo Miryam, pero no María, y no soy virgen,
no soy de Lourdes, de Chiquinquirá o Guadalupe que no
sé donde quedan esos lugares, soy de Belén en Galilea
y judía por ancestros, me casé con José de Nazaret y no
tuve un hijo sino varios que fueron concebidos como
cualquier mujer... ¿Un hijo dios? de vedad están locos;
no conozco sectas cristianas ni se que es catolicismo
y no subí a ningún cielo, morí como cualquiera y tantos
seres humanos y no se dónde quedarían mis huesos.
No sean infames no mercantilicen mi nombre que Yahvé,
el Dios de mi pueblo los castigará por blasfemos y por idiotas.
El olvido como Premio.
Esta noche en que la luna está
ausente no dejo de pensar que
entre la vida y la muerte sopla el
viento lento de una vida superada
por el tiempo y en el que ya todo
es un mundo ajeno envuelto en su
propia soledad y vació.
Sus amores han quedado en el camino
y todo es cosa de un pasado arcano hasta
"bonito" si pudiera decirlo así y en los
inesperados giros del destino, convertirse
en simple observador cada vez más extraño
de sí mismo, en donde se muere hasta el mismo
tiempo de hastío.
Memorias cansadas que marcan las
huellas llenas de pretéritos hostiles
no perfectos de recuerdos y pesares,
alquimia inconclusa de una magia
triste y quieta que morirá sin nada
más que el olvido como premio.
Un abrazo fraterno.
Hortensio.