La vida no es la que uno vivió,
sino la que uno recuerda y cómo
la recuerda para contarla.
G. García Márquez.
Encerrado en mi mutismo, miro en
lejanías para tratar de no olvidar,
- en una lucha inútil, compleja
y desigual - quien soy yo.
H. Farwel.
Te busco en el tiempo perdido, examino en el laberinto de mi memoria lejana e inquiero en mis remotos recuerdos en busca de tu distante y amada figura en este lapso perverso en que el tiempo y el espacio me la han querido robar...
Con mucha fuerza cierro los ojos del alma viajando a los lugares que nos fueron gratos para verte en tu tierna adolescencia en esos ratos felices que se extraviaron en la memoria, pero, con infinita angustia busco y no encuentro. Días y noches en terca indagación explorando con todos mis sentidos alertas y solo he podido entrever una difuminada silueta que en susurros exiguos me llama pero sin lograr percibir ni tan siquiera el arco de tu boca ni esos adorados ojos verdes que me hechizaron y en esa borrosa visión de pesadilla se me va velando todo.
Solo en éste sanatorio de alienados, lloro con la mirada resignada porque no te puedo hallar para que me hagas compañía aquí en mi turbada y desorientada mente, con profunda emoción encaro el siniestro y atroz miedo, por demás, que me invade al saber que me ganó la maldita y absurda demencia y solo me queda vagar por la inmensidad desnuda y exorbitada de la imaginación de mi efimero soplo vital, alma triste y fugitiva que se me irá desvaneciendo... yo me estoy yendo y nada puedo hacer, ni siquiera pensar. Solo puedo resignarme.
Desde éste espacio de cordura, un abrazo...
Hortensio.