jueves, 3 de diciembre de 2015

Divagaciones sobre el amor.

Lo prometido es deuda... en este atípico día, ésta sí que es bien difícil de cumplir, imagínense hablar sobre el amor, cuando eminencias de la talla de Erich Fromm, con su famosa obra "El arte de amar" se quedaron cortos y desde la época de Homero y los filósofos clásicos con el trío principal de Sócrates, Platón y Aristóteles, hasta llegar a los tiempos modernos con Freud, Karen Horney, Marcuse, Jung, Max Horkheimer, Ortega y Gasset y Adler, entre otros, han tratado con mucha seriedad de asomarse a ese sentimiento muy propio de la criatura humana y tan humano que es parte de su diario existir. 

¿Qué pasó...?

Hoy y a raíz del catastrófico rompimiento del matrimonio de mis ahijados, me he metido en esas honduras y desde mi muy personal forma de ver lo que es el amor - desde luego influenciado sin dudarlo de los grandes maestros atrás nombrados. Y sí, los tiempos han cambiado y desde luego seguirán cambiando y no es cuestión de anclarse en el pasado y decir que "todo tiempo pasado fue mejor" mi padre lo escuchó seguramente de mi abuelo y yo se lo escuche en alguna ocasión a mi viejo cuando oía canciones de los Beatles y yo ya se lo he dicho en varias ocasiones a mis  hijos cuando los oía cantar y bailar  ese pegajoso ritmo que llaman 'regetón'. 

No se trata de eso, se trata de lo que los humanos conocemos por amor, un ejemplo que lo hace visible: mis hijos no conocieron las serenatas de ayer, bajo el balcón de la ventana de la enamorada y a la luz de la luna llena y/o de la mortecina luz de un foco de alumbrado público y sonar boleros y baladas de Manzanero (los inolvidables años 60's) con letras que hablaban de amor. Ni yo comprendía a mis padres que daban en los bellos días de primavera paseos por las aromáticas alamedas bajo la inquisidora mirada de sus mayores, hoy es a otra costa y con la velocidad que declaran sus amores, no he investigado lo suficiente pero lo mío, que fue pasado, también fue hermoso, seguramente mis bisnietos pasarán su 'Luna de miel' precisamente en la Luna o algún lugar fuera de la Tierra y no cabe la menor duda que sin embargo, ayer, hoy y mañana, la vida del hombre sobre la Tierra, se sigue deslizando sobre la raya de un común denominador: el amor.
  
Pero el amor sigue siendo para muchos, nada más que ese cálido sentimiento que busca intimidad con la otra persona amada. Entonces la duración del amor corresponde a la duración del sentimiento. Cuando éste mengua, se marchita o fenece (¿le pasaría esto a mis ahijados?) se asiste al sepelio del amor. ¡Cuantas veces se toma por amor lo que no es más que una forma de egoísmo: el antifaz de la propia satisfacción posesiva... el capricho! Amor supone un objeto amado: y, a veces, el amado no más que uno mismo. El hombre ha nacido para buscar la "felicidad" -aunque sea un mito-  en el respeto ajeno. Si en alguna realidad humana deben conciliarse estos dos gritos del alma - felicidad y respeto- es en el amor.

Cuando la persona  amada pasa a ser obstáculo que vencer, o simplemente instrumento a usar para el propio placer, la vida del hombre o la mujer, se convierte en una batalla campal o, cuando más, se lleva al socaire o abrigo de un mutuo acuerdo de coexistencia pacífica. Pero nunca será pletórica, exuberante y rica vida de amor matrimonial. De hecho el amor es el mayor regalo humano que los 'dioses' pudieron dar al ser humano, a un hombre o a una mujer.  De otra parte si se ha escrito mucho y hasta científicamente sobre el tema del amor, la literatura a través de los tiempos no se ha quedado atrás y es abundante sobre todo en cuanto a las 'Aventuras amorosas'... y es ahí donde se origina esa turbulenta confusión en cuanto al amor se refiere. Cosa curiosa; es en esas aventuras amorosas, casi siempre fascinantes, novelescas y fantásticas en donde hay siempre un poco de todo... intrigas, celos, pasión, y desde luego traiciones; de todo menos de aquello que merece llamarse amor. Y son estos episodios los que se roban todos los premios Nobel y Hollywood le hace la corte en sus películas adaptando las grandes novelas amorosas al cine y se llevan los Oscares de la academia, nutriendo e inspirando muchas veces, las decisiones de quienes buscan y llaman con todo el anhelo de su alma, poder encontrar un amor de película.
  
¿Perdón y olvido?... nunca se sabe.

El amor no es el deseo. Ortega y Gasset establece muy bien la distinción entre el amor y el deseo cuando dice que, desear algo, es un moverse  hacia la posesión de ese algo. Posesión significa que, en uno y otro sentido, el objeto pasa a entrar en nuestra órbita y llega a ser parte de nosotros. Por ésta razón el deseo muere automáticamente cuando se llena y termina con la satisfacción del mismo. Más, el amor, es eternamente insatisfecho... El deseo - dice también el gran escritor español- tiene un carácter pasivo. Cuando yo deseo algo, lo que, de hecho, quiero es que el objeto venga hacia mí, siendo yo el centro de gravedad, espero que las cosas se rindan ante mi.

El amor es, exactamente lo contrario del reverso del deseo; ya que, el amor es todo actividad. En vez de que el objeto venga a mí, soy yo el que va a el objeto y llego a ser parte de él. En el acto de amor la persona sale de sí misma. El amor es, quizá, la suprema actividad que La Naturaleza proporciona para salirse de sí mismo, hacia el otro. Este no gravita hacia mi , sino yo hacia ella. Ya los latinos de la antigüedad habían consagrado este axioma: "Amor tradit amantem extra se" : el amor ha de salirse de sí mismo... querer el bien del otro. Es todo lo contrario al capricho, al orgullo, al amor propio y al egoísmo.

El amor no es el sexo con todo y lo sublime que éste es, con todo lo que puede tener de maravilloso al considerarlo uno de los regalos más extraordinarios de los 'dioses' a nosotros los pequeños mortales... la grandeza del sexo se derivará de su orientación hacia el verdadero amor, de verdad es sublime hacer el sexo con amor o mejor dicho "hacer el amor" y del que puede ser punto de partida de inefable expresión, pero siempre su existencia será muchísimo más efímera que el mismo amor. Hombre y mujer son algo más que anatomía y fisiología... mucho más. Víctor Hugo, tras larga experiencia, llegó a escribir: "¡Ay de quien haya amado únicamente los cuerpos, las formas y las apariencias! Todo esto se lo llevará la muerte. Procurad amar las almas y las encontraréis". Sin las alas, el amor no puede tocar el cielo: y el "amor" que se arrastra, como los reptiles, termina envolviéndose y revolcándose en el fango

El amor  no es sentimiento, ni mucho menos sentimentalismo. El sentimiento  puede ser una irisación del amor; el sentimentalismo será siempre, una dolencia del alma pero nunca el amor mismo. El amor en sus comienzos es un sueño y el sueño de encontrar lo que se anhela y que encierra dicha sin fin. Alguien ha notado que todo lo que en ésta vida vale la pena, ha comenzado siempre con un sueño. Pero el amor y en especial ese amor conyugal descansa en la materia; y por ende, pasa por todas las vicisitudes de la materia hasta poder llegar al aburrimiento (¿le pasaría esto a mis ahijados?) El amor humano no navega siempre con las velas henchidas por el viento de lo fácil: tiene sus escollos, tiene sus borrascas, y tiene sus tormentas y hasta naufragios. Conocer entonces qué es lo fundamental y qué es lo accesorio en el amor, aunque sea difícil, es determinante... suele ser una buena 'Estrella Polar' para arribar, sano y salvo al puerto seguro de la tranquilidad. 

En toda vida humana hay que doblar, alguna vez el Cabo de las Tormentas.  

La gran aventura comienza con la primera búsqueda, la alegría del descubrimiento y aquí en este momento me acuerdo del inmortal poema hecho canción por la mexicana María Grever, llamado:

                                             Alma Mía

Alma mía sola, siempre sola,
sin que nadie comprenda tu sufrimiento,
tu horrible padecer;
fingiendo una existencia siempre llena
de dicha y de placer,
de dicha y de placer...

Si yo encontrara un alma como la mía,
cuantas cosas secretas le contaría,
un alma que al mirarme sin decir nada
me lo dijese todo con su mirada.

Un alma que embriagase con suave aliento,
que al besarme sintiera lo que yo siento,
y a veces me pregunto qué pasaría
si yo encontrara un alma como la mía.

Es el anhelo más bello y sincero poema que poeta  alguno le pudiese cantar a el amor. Y el hallazgo de las dos almas en un encuentro definitivo... "Si yo encontrara un alma como la mía" Ante éste, todo adquiere un sentido nuevo, una nueva razón: es la vida misma, el mismo mundo pero con diferente luz. El criterio, entonces, para vivir, para soñar, para actuar es, sin más, el querer del otro. Y, ante su querer, no hay sacrificio, ni obstáculos, porque el velero del alma surca raudo los siete mares a impulsos de entusiasmo en ese primer y único amor.

La ruptura....

El encuentro lleva a la unión. Lo que fue deseo, pasó a ser posesión mutua, en un mutuo intercambio. Por que se busca el bien de la persona amada... En el acto de dar se tiene la recompensa del recibir: dar y recibir son plenos y con eso se previene del egoísmo que siempre es un arma mortífera contra el amor. De esa manera en la renovación constante del tiempo será fuerte, no porque sea pasional, sino porque se renueva, vacunándose continuamente contra el cansancio. (¿será que eso le falto a mis ahijados?) La unión engendra la armonía, decía Farwel y esta emerge del acorde perfecto, no de la aniquilación de uno de los dos, ni de la supresión de uno de los dos, ni de la inmolación de uno de los dos: emerge del acorde inmortal de dos almas, "iguales en dignidad, distintas en cualidades, para complementarse". Esta armonía  permeabiliza la rutina de cada día. Ninguno  de los dos, lo sabe siempre todo y ninguno de los dos, se equivoca totalmente en un momento dado; ninguno de los dos está siempre en la razón y ninguno de los dos tiene siempre la culpa.

La unión y la armonía son frágiles y el egoísmo puede hacerlas añico en cualquier momento (¿Será que hubo egoísmos entre mis ahijados?) Y así, amor y unión, llevan a la "felicidad". Pero, ésta no es ausencia de dolor y menos en este 'valle de lágrimas' y menos pretender una "felicidad" -amor- sin crepúsculos de dos seres limitados, imperfectos y por sobre todo humanos. Más aún, la capacidad de amar, en el hombre y en la mujer, se medirá, siempre, por su capacidad de sufrimiento... relativo o no, yo así lo pienso, no es fácil. "Nadie -decía Jesucristo-  tiene mayor amor en este mundo, que el que da la vida por el amigo". 

Entre los que se aman, es preferible mil veces el dolor que causa la persona amada, a la misma y 'espantosa' indiferencia (¿hubo indiferencia entre mis ahijados?) Quizá sea, por esta idea básica, que el verdadero amor se mide por la capacidad de sacrificio y no por sus ausencia, por lo que Tennyson, escribiera éste pensamiento: "Más vale, haber amado y haber perdido, que no haber amado nunca". Por eso ésta característica del dolor la comprendemos bien cuando, por ejemplo, se trata del amor por La Patria o la de aquellos fanáticos cristianos que se hacían matar por su nueva creencia. Se vive, se lucha, se sufre y se muere por la amada Patria y se sufre y se muere en el martirio, por la religión...

Pero aquí viene el pero de siempre y la pregunta necesaria: ¿se vive, se sufre, se lucha y se muere por la persona amada? si es así, pues, ésta es la más pura, auténtica y incontaminada "felicidad" del amor. Y esta "felicidad", la que consiste en ser más que de tener, la que está dentro de uno, más que en las cosas externas, esa es la verdadera... la auténtica y la que no sabe de egoísmos, sí, de Egoísmos. (¿fueron egoístas mis ahijados?) ya me lo había preguntado arriba... no lo sé.

Y, aquí viene algo difícil y harto polémico;  a cada paso nos encontramos con parejas que manifiestan abiertamente no poder perdonar a su pareja o cónyuge, o no poder olvidar la ofensa y menos poder comenzar de nuevo y pienso que el verdadero amor es más raro de lo que a primera vista parece, el poeta decía: "ésta golondrina viajera ha emprendido el vuelo de regreso para hacer su nido en la fronda de algún paraíso perdido". Es muy polémico el tema y demasiado relativo lo de poder perdonar y olvidar y aquello de "borrón y cuenta nueva" será tema de otra entrada, por ahora continuemos con éstas "divagaciones sobre el amor"

Un amor asesinado...

Sabía mucho de todo esto quien escribió: "la gran tragedia de una relación o un matrimonio no es la muerte, sino que el hombre y la mujer dejen de quererse", mejor... de amarse. Quizás, no se quisieron nunca de verdad (¿sería eso...Ahijados?) hasta el sacrificio. En el libro de los Vedas, se encierra una sabiduría que, amén de ser imparcial es milenaria, en uno de sus consejos reza así: "Alma mía, tu verdadero bien es únicamente el bien de otra alma". Cueste lo que cueste.

Amar, en definitiva, no es otra cosa que pensar, querer y buscar la felicidad y el bien de la persona amada. Primero pensar y preocuparse del bien ajeno, es decir de la persona amada; de lo que necesita y de lo que anhela, de lo que quiere. Los ojos del ser amado deben ser las ventanas a las que uno se asoma para ver su alma, descubriendo sus riquezas y sus quereres. Y después de pensar, querer ese bien. Querer y gustar son sinónimos, a veces van de la mano y a veces no. Si el querer es sincero, amar será, hacer la felicidad del otro, decían los abuelos: "Obras son amores y no buenas razones". Así que, "Estar enamorado es vivir en constante peregrinación - sin descanso- hasta el santuario del amor y quemar ante su altar el incienso de la adoración". Por eso no debe haber nada más consciente que el amor: es un compromiso de dos vidas y dos destinos.

Ahora, ¿Porqué entonces, ese empeño de pintar al amor de ciego? Pascal, escribía ya en su tiempo, pero creo que no le han hecho mucho caso: "Los poetas no tienen derecho a pintar ciego al amor: hay que quitarle la venda y, desde ahora, devolverle el uso de sus ojos". ¡No, el amor no es ni puede ser ciego! y con otro poeta poder decir: "El amor es como una fuente, como una música que emana, no explosivamente, sino con una continua fluidez del fondo de un alma para saltar hasta la otra".

De nuevo ahora, ¿por cuanto tiempo durará ese amor?... ¡Hasta que la muerte los separe! el, como las plantas y los niños, nace, crece, se desarrolla y fructifica con cambios de tono, de matiz, de colorido; cambiando también de sentido y de expresión, como la Naturaleza en las cuatro estaciones y como la vida, el amor también ríe y canta y se transfigura... parece poesía y es realidad y como en las variaciones sobre un tema musical, así el amor - el mismo tema- sueña, canta, busca, encuentra, ofrece, fecunda, cree y espera, hasta llegar al 'crescendo' mayestático y al acorde final que, por haber contado con La Naturaleza, tiene resonancias de eternidad.

El ocaso de un gran amor...

¿Qué más puedo decir...?, mucho pero, ya me he extendido más de lo suficiente y no se trata aquí de sentar 'cátedra'; es un muy sencillo ensayo en una ¡divagación sobre El Amor! Es una lástima de verdad cuando uno asiste al sepelio de un bonito amor, como el que tenían mis ahijados... ¿Qué paso? nunca sabremos puesto la entera verdad siempre brillará por la ausencia de los propios intereses... ¡lástima, lástima! Qué le vamos hacer.

Un abrazo de pésame aunque con mucho cariño.

Hortensio.










  


   

domingo, 29 de noviembre de 2015

El matrimonio de mi amigo...

Hoy siendo un Plácido domingo, se me dañó... acabo de saber que el matrimonio de mi amigo no va más y de verdad que eso me dolió; antes del quinto aniversario de haber sido su padrino de bodas, surgió esta triste decisión por "ausencia de intereses y afanes comunes"... que eufemismo más cursi, debe ser jurídico y no lo comprendí, pero en su honor les dedico esta entrada al blog de este día, nefasto para una familia que se acaba de destruir.

¿Que pudo pasar... si todo era amor?
Me consta y confieso que el romance de mis 'ahijados' fue signado por el índice del vértigo y la turbulencia, eso de las familias entrometidas que muchas veces tienen razón... claro no faltaron los perfiles de lo teatral (en donde fuí actor secundario de la obra) y hasta de lo insólito, pero no voy a entrar en detalles dignos de un cuento largo o una novela corta; lo único que se es que estaban enamorados y ¡haaa...! eso del amor ¿quien lo entiendo si no el que lo sufre?

Ya el Dante creía en este dinamismo del amor cuando escribía: "El amor mueve al sol y los planetas" sí, allá él y su creencia, más modesto pero con igual fuerza lo describió Dostoiewski: "El amor es la fuerza más efectiva, la más terrible, la más poderosa, inigualada por ninguna otra fuerza del mundo". Y cuánta razón la de ambos... no hubo poder humano que los hiciera desistir de su decisión y yo fuí -mea culpa- su cómplice, ¡triunfó el amor!   

¿Pero qué sabe alguien de lo que pasó entre sus cuatro paredes? y que conste que yo también puse mi grano de fastos para disuadirlos y les decía con Jotamario, el nadaísta que el amor es un bumerang que cuanto más se aleja más fuerte pega al regreso, ¿será...? ¿cómo fue que se acabó ese amor de locura? me parece imposible dentro de las posibilidades fácticas de lo que yo ví y viví como testigo de aquel 'gran amor'... terminó ¡todo es una mierda! ¿sabe qué, ahijado? déjala que se vaya que otra volverá. Los amores que llegan -insistía el nadaísta- no son los mismos que se van. El amor es una aventura que se corre contra el tiempo. El amor, esa mezcla explosiva de saliva en ayunas, lágrimas de cocodrilo, mocos diamantinos, sudores sobrenaturales, gases jadeantes, eyaculaciones procaces y en ocasiones no poco de aquello que no tapo el gato. 

Tranquilo ahijado y recuerda las frases del común y del nadaísta, te las recordaré para darte un poco 
de ánimo, ya se que no fue tu culpa total la del desastre, pero hablemos del amor procas: No hay mayor imán que el amor, bueno sí ya lo experimentaste como también que la atracción de la tierra es de poca monta comparada con la atracción de los cuerpos a los que pica el amor; y este axioma de la física cuántica que es olímpica: 'dos seres que se besan no pesan nada'. Y hablando de besos que son los caramelos del amor y el nutriente por excelencia del mismo, decía: besos sin amor no alimenta. Beso mandado con la mano es beso perdido, bala perdida del amor que no obtiene blanco.

La tormenta perfecta...
Recuerda: Nunca les pasa nada a aquellos que no aman y a aquellos que nunca ríen... los primeros están a salvo de los desengaños y los segundos del desencajamiento de la mandíbula. Hay que hacer el amor a mandíbula batiente. En el amor el que llega de  primero ríe de último. Y siempre recuerda esta máxima irrefutable: El amor es la llave maestra que abre todas las piernas. El sexo con sangre entra... La virginidad es paranoia. El sexo es el camino más corto de un corazón a otro. Y bellas frases se hacen sobre el amor más bellas que el amor mismo, como ésta: Si Dios es amor Dios existe...vaya que gran metáfora. El amor el lo más bello que insiste sobre la cama. Un buen amante no se cae nunca de la cama. 

En la mesa y en la cama se conoce al caballero. En la mesa y en la cama el que es caballero repite. ¡cómo enajena la mujer ajena! Todas las mujeres son ajenas entre los brazos. Son más las victorias de amor que se lloran que las que se cantan. De las 'fans' no queda sino el cansancio. Y, ojo... de los amores correspondidos tienden a ser desgraciados. El principal enemigo del amor, es el otro. El amor tiene enemigos agazapados que no son los celos. Parodiando a Santo Tomás de Aquino...Hay que desconfiar - por agüero- del hombre de una sola mujer como del poeta de un solo libro. Todo lo malo y todo lo bueno que se ha hecho en el mundo a sido por obra y gracia de nuestro señor... el amor. Pararse en el amor es conocer las delicias de un hormiguero. El sexo es una de las formas de conversación.

Y este otro axioma: El amor es eterno mientras dura. El nuestro fue un amor eterno a primera vista. El que muere por amor está en desventaja. El verdadero amor se hace de mentiras. Te amo Pablo. Yo no me llamo Pablo. Y desde luego que, los mejores amantes están por llegar. Y recuerda esto que es bueno... Hay que ser monógamo de mil amores. No deja hueso sano una gran pasión. De manera que esa ruptura hay que tomarla con mucha calma sin apasionamientos destructivos y amenazas estúpidas... ni la mato ni me mato, todas las puertas están abiertas al futuro, deja que el olvido ese hijo predilecto del tiempo haga su faena, y veras el mundo desde otra perspectiva. ¿Pero quién soy yo para dar consejos...? Ánimo ahijados, el mundo después de este desastre seguirá ahí y a vivir la vida que es lo único cierto que tenemos por ahora.

'No me paren bolas' decimos en Colombia para decir que si hay algo en serio de lo que escribí no lo tomen tan literalmente como lo dije, también en Macondo decimos que fué una 'mamadera de gallo'. Lo cierto es que el amor cuando se acaba no hay que secuestrarlo para beneficio de alguien o de uno... dejalo ir, es lo más prudente, no todo está acabado.

El amor humano...
Después en vena seria, hablaremos del amor, del amor humano que se da en personas que cambian y mutan con el tiempo de convivencia y que necesariamente cambian; y en las circunstancias que, por supuesto, se da ese cambio, debe haber un concepto fundamental del amor que dé respuesta a todas las conjeturas del humano devenir... será otra ocasión.

Por ahora, mucha tranquilidad en ese duelo y desde luego un afectuoso y fuerte abrazo.

Hortensio.