domingo, 8 de septiembre de 2019

50 años de casados.


Un buen matrimonio es aquel
en el que cada uno designa al
otro guardián de su soledad.
Rainer María Rilke. 1875-1926

Matrimonio: así llamo yo a la voluntad
 de dos de crear uno que sea más que
quienes lo crearon.
Friedrich Nietzsche 1844-1900 


En este Plácido domingo, 8 de septiembre cumplimos con Aida -sin proponérnoslo- 50 años de casados, "Bodas de Oro"; sabían que son 18.262 días. En horas 438.288 y millones de minutos de nuestra existencia? ¡Increíble...! Pero es un hecho ya cumplido. ¿Es menester hacer una memorablia (de los eventos memorables) como obligación de la celebración? no debiera ser así pero se ha vuelto una costumbre y la costumbre es una de las fuente de la Ley... ¿entonces es Ley? pues si es así ya sabemos que en un aniversario- que es el momento preciso y hasta bonito- celebramos los elogios de hoy, las memorias del ayer y las esperanzas del mañana.

Y este aniversario de nuestras "Bodas de Oro" no ha sido cosa de contar los 50 años, sino que esos años han contado en nuestras efímeras vidas y eso es un hecho. Aquí en éste restaurante teniéndote frente a mi, me puse a pensar que hace 50 años, como locos de juventud dimos inicio a esta historia en común y optamos por estar juntos para toda la vida y ahí vamos.

Que el reloj de nuestras vidas
marque sus horas hasta el final.

Pero no podemos pensar que 50 años en la vida de una persona es cualquier cosa común, ya es casi toda una vida entera, y para hacer este camino de la mano de la persona elegida se podría decir que es un desafío aún mayor. Con ésto quiero que sepas que lo que estamos celebrando hoy aquí 'solitos', es que nos tenemos el uno al otro incondicionalmente. Se que no ha sido cosa fácil vivir conmigo, pero me has comprendido teniéndome una heroica paciencia, no hay otra razón... se que me amas y eso de verdad basta.

Ya sabes que hacer memoria no es mi fuerte y menos recordar la inmensa cantidad de tiempo que ha pasado por debajo del puente de nuestras vidas, pero te quiero decir que adoré el día en que nació nuestro primer hijo, Fernando José, y luego mi adorada 'princesita' Adriana, que fue toda una bendición de amor; y luego con la llegada de Eduardo y Lucas, sellamos para siempre ésta unión y eso de verdad me alegra tanto y me llega -no se tú- al alma y al corazón. Las adversidades llegaron por montón y se superaron y todos los problemas tuvieron solución porque los dos estábamos ahí... compartiendo las alegrías y desencantos, los éxitos y los fracasos, así todas las rutinas y nuestros pequeños momentos de felicidad.  Y lo mejor - si tú quieres- tener ilusiones antes del desenlace final.

Ahí vamos y que pase
lo que ha de pasar...

¿Ahora, que nos queda...? pues tenernos para enfrentar las incertidumbres del futuro, los miedos que siempre nos acecharán por aquello de la salud, pero lo más importante, tener la sensación de disfrutar la soledad en compañía. Alguien cuyo nombre no me acuerdo llegó a decir: "Al final (después de 50 años) nos sentiremos felices de que el tiempo, como a los fósiles, nos haya soldado en uno solo olvidándose de que siempre fuimos diferentes".

¡Feliz Aniversario!


Hortensio.