martes, 2 de febrero de 2016

El acosador acosado...

En este atípico día y pensando lo que por estos primeros días del 2016 ha pasado en una institución de la mayor importancia para los pueblos y en especial en Colombia,- tan azotada por la violencia y el delito - como es 'La Defensoría del Pueblo'... pues su director fue acusado y suspendido por el delito de acoso laboral y acoso sexual, cosa más lamentable y vergonzosa... ¡Acoso!

La reina y el acosador...

En su defensa habló de haberse enamorado de una 'reina' que fungía como su secretaria privada, de eso no hay culpa, es inherente a la criatura humana enamorarse y por humano es imposible no hacerlo, pero no a la fuerza que desembocó en acoso, imperdonable ese tipo de violencia de manos de una persona que ostentaba esa calidad de dirección en la majestad de una institución de la importancia de 'La Defensoría del Pueblo'... para el pueblo y por el pueblo. Y el reyezuelo se derrumbó por donde no debía.

De inmediato vino a mi memoria un bello, válido y descriptivo pensamiento del escritor Javier Marías, en su novela "Así empieza lo malo" que encaja al respecto... miren Ustedes y evalúen lo dicho:

"¿Por qué habría de querernos el que señalamos nosotros con dedo tembloroso? ¿Por qué ése justamente, como si nos tuviera que obedecer? ¿O por qué habría de desearnos aquel que nos turba o nos enciende y por cuyos huesos y carne morimos? ¿A qué tanta casualidad? Y cuando se da, ¿Por qué ha de preservar algo tan frágil y tan prendido con alfileres, la más rara conjunción? El amor correspondido, la lascivia recíproca, el enfebrecimiento mutuo, los ojos y las bocas que se persiguen simultáneamente y los cuellos que se estiran para divisar al elegido entre la multitud, los sexos que buscan juntarse una y otra vez y el extraño gusto por la repetición, volver al mismo cuerpo y regresar y volver... Lo normal es que casi nadie coincida, y si existen tantas parejas supuestamente amorosas es en parte por imitación y sobre todo por convención, o bien porque el que señaló con el dedo ha impuesto su voluntad, ha persuadido, ha empujado, ha obligado al otro a hacer lo que no sabe si quiere y recorre un camino por el que nunca se habría aventurado sin apremio ni insistencia ni guía, y ese otro miembro de la pareja, el halagado, el cortejado, el que se adentró en la nube, se ha ido dejando arrastrar. Pero eso no tiene por qué persistir, el encantamiento y la nebulosidad terminan, el seducido se cansa o despierta, y entonces al obligador le toca desesperarse y sentir pánico y vivir en vilo, volver a trabajar si todavía le restan fuerzas, montar guardia a la puerta y rogar e implorar noche tras noche y quedar a merced de aquél. Nada expone ni esclaviza tanto como pretender conservar al que se eligió e inverosímilmente acudió a la llamada de nuestro tembloroso dedo, como si se obrara un milagro o nuestra designación fuera de ley, eso que no tiene porqué ocurrir nunca jamás..."

Nada a la fuerza es dable y mucho menos en el amor... no es posible que cuando se acaba la relación, esa 'prendida con alfileres' se recurra a la violencia o al acoso, 'el obligador' no tiene derecho a ser maltratador y menos esclavizar, eso es ponerse al margen de la ley y perder la dignidad que desde siempre acorrala y que, "invariablemente, nos hará cínicos y traicioneros" y nuestra "designación fuera de ley". Y como dice Marías "eso no tiene por qué ocurrir nunca jamás...".

Tan solo un abrazo.

Hortensio.


Post escriptum: Un anciano padre al retirarse de la dirección de la empresa familiar y entregársela a su hijo, solo atinó a darle este emotivo consejo: "Hijo mio, si quieres que la empresa continúe su devenir con paz y éxito, ¡nunca pero nunca vayas a meter el pipí en la nómina!".









domingo, 31 de enero de 2016

Secretos.

En este Plácido domingo, de nuevo con mi amante la poesía -inédita y casi olvidada- de ese lejano 1986 de ese siglo 20... pequeñas poesías en versos doloridos:



                                                           Secretos

Todos tenemos secretos inconfesables
de esos que nos acompañan a través
de los momentos que componen la vida...
están los que dejan una herida que a cada
rato sangra en el silencio de la alcoba,
están los que han dejado una honda huella
que recordamos a cada paso que damos,
y los más, esos que no podemos contar
porque se murieron... en el olvido
que nos dejò el tiempo.

                                 


          Esquirla N° 47

Todo recuerdo preso en la cárcel
de una mente enferma de dolor,
se muere como se muere la penumbra
al roce de los primeros rayos del sol.



El Inventario

En el inventario de toda una vida solo me quedaron...
recónditos deseos perdidos, arrebatos de ambición,
férvidos desvaríos de amor, extremos de postración,
biomas feos de pútrida aniquilación impuesta,
huérfanas de alegría y esperanza, alma en pena,
virus contagiantes de aflicción, dolor de desespero,
quejas bañadas en salmuera de agrios reproches...
eso quedo de mi vida o así la veo y así la siento.

Con ese feo inventario de desventuras anodinas,
me propongo borrar de mi mente enfebrecida,
toda huella de dolor angustiado, de tristeza mortal,
buscando esa cura inasible que nos trae el pasado,
como ese amor que ha muerto y que no puede revivir,
en ese dolor de ausencias de absurdas lejanías;
por esas absurdas ideas concedidas por el dolor,
brindo con vino añejo, vino de olvido... ¡Salud!


    Un plano sin retorno.


El silencio de la Luna en su lúgubre andar
cubre las longas sombras distraídas de la noche
con claridad de plata que hace huir la oscuridad
mostrándonos como en una visión de claridad, la
relación con todo lo que amamos y perseguimos
y con todo aquello que nos parece inalcanzable y
alejado que nos lleva hacia planos sin retorno a esos
espacios ocupados por nuestros caros fantasmas que
se niegan a morir porque si pasa, morimos con ellos.

Y así, en esos pequeños momentos de la majestuosa
noche, el silencio acuna las palabras y las adormece
hasta apagarlas en una impotencia en que ellas para
describir lo que se está sintiendo, solo reconocen la
imposibilidad de una humildad aceptada... inacabada.

Noche, deja que la Luna pálida de amores nos arrulle
en estos instantes de sentida espera de un regreso que
no esperamos, de un instante frío que ya jamás volverá...


Esquirla N° 48

Se había transformado desde su bella foto
en una existencia perpetua de mis adorados
recuerdos perturbándome sin razón y sin
sentido de una manera grata siempre grata...



 Un futuro no nacido.


Y ese rabioso presente caminaba a su lado
sabiendo que Ella se había ido cerrando la
puerta tras de sí a un futuro no nacido... olvido,
dejándole un vacío permanente que ya nada 
ni nadie podía llenar ni mucho menos ocupar.

No había  consuelo posible, solo dolor presente
solo presente que sólo añoraba un futuro incierto,
y porque no hay peor olvido que una memoria
guardada en un inasible presente que no quiere
acabar para darnos la bella libertad de la muerte...

Esa que es término de todos esos 'rabiosos presentes'
y de todas las penas irracionales e infatigables que
la angustia trae para no traspasar sus umbrales en
busca siempre terca de ese futuro que nunca nacerá
esfumándose como quimera que se escondió en el aire.


Bueno, de nuevo un abrazo repetido.


Hortensio.