Un refugio llamado hogar.
Entre más nos pasan los años comenzamos a pensar seriamente en nuestra inevitable partida de éste mundo y a ser consientes de nuestra propia mortalidad. Es decir, nos volvemos más atentos y sensibles, no del tiempo que ya dejamos pasar y pasó, sino del que consideramos que nos queda por delante. Y no hay nada más aterrador que mirar atrás y darse cuenta de que malgastamos la mejor época de nuestras vidas persiguiendo sueños y cosas sin sentido y equivocadas... y ya, nada que hacer.
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¡Mierda...! cumplí 60 años, y tengo ya que hacer un 'corte de caja' y ya empecé, me he desprendido de casi todo lo innecesario, literalmente de casi todo; sigo mi camino con un verdadero equipaje muy ligero y pienso que hoy ya no me importa casi nada de lo material excepto mi vieja computadora personal de muchos años y que sigue viva, y algunos de mis libros 'incunables' para mi, puesto que, de verdad, no me obsesiona tener lo último de moda o/y tecnología, apenas lo necesario como mi celular, una 'flechita' de $150.000 pesos colombianos, me sirve para todo y no necesito más.
He vaciado mi maleta de viaje de cosas fútiles que algún día fueron valiosas para mi, pero hoy son un verdadero lastre sin sentido. Solo valoro mi salud, mi familia y algunos amigos y desde luego valoro en demasía, las cosas que he aprendido en mi vida, buenas y malas que han hecho mi historia tal y como soy hoy en día, ¡Ah...! y en mis bolsillos amor, llenos de mucho amor que nunca pensé que algo tan ligero pero tan definitivo, fuera tan poderoso.
Feliz viaje!!!
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No tengo porqué estar de acuerdo con una persona para tenerle algo de admiración desde mi mundo de misantropía... Lo admiro por tener cierto grado de locura en las estupideces que dice.
¡Salud...!! |
Un fuerte y sentido abrazo...