miércoles, 9 de julio de 2014

Encuentro y olvido.

De los 'Poemas Fatigados'... éstos:

Encuentro y olvido.

Eres tormenta gris que se disipa.
Eres encuentro y olvido
antorcha que no quema
témpano que no enfría
circulo que no tiene centro
una imagen sin movimiento.

Eres simetría incompleta
momento vulgar y prosaico
ajena a los desgarros emocionales
lejana y distante más allá del aquí
grito sin eco que no queda.

Eres río de doble cause
dolor de palabra inentendible
tenue holograma de sí misma
vacío que inflama que no llena
tormenta gris que se disipa.

Eres cuerpo impregnado de final
herida abierta que no se deja suturar
llaga sin pus y sin pútrido dolor
bálsamo salino que no alivia
lacónica lacónica sin mínimo lirismo.

Eres la pasión que nunca decidirá
muñeca no hecha de materia de sueños
sin punto justo ni lugar exacto
armada de barro de asco y de nada
sin un cristo clandestino al cual rezar.

Eres de memoria ciega y extraviada
de imagen distorsionada e incompleta
como una sombra difuminada a la que
un impresionista no pudo delimitar
grata sin darse cuenta ingrata por convicción.

Eres encuentro y eres olvido 
que sangra que llora que muere.

                                                                                      (Hortensio Farwel. 1996)



Unos pensamientos furtivos.
           Parecidos a un Haiku...
* Lo que no logres entender de mí,
por favor...
búscalo en mi ojos.

Cuando el alma calla...
hasta los latidos del corazón
se hacen insoportables.

Cuando sobra la soberbia...
falla el humanismo y
falla el amor.


Cuando pienso que tu sonrisa
nunca será para mi...
se me rompe el alma a pedazos.



La mirada.
Y me quedé mirando sus grandes ojos,
¿qué miraba aquella a quien yo miraba?
sólo me queda el barruntar...
¿la utopía del futuro?
¿el conjuro de una prédica?
¿la repetición de la angustia?
me quedé mirando sus negros ojos.

                                         Farwel. 1996


Con un furtivo abrazo,

Hortensio.


domingo, 6 de julio de 2014

Un poema fatigado...


Un poema fatigado

El abrazo de...
El letárgico abrazo de la muerte
lo convidó a entrar en la tiniebla
como inexplicable pensamiento
e inexpresable sensación

Oscuridad providente de olvido
desolación rota de pena clandestina
tierra maldita horror de sepultura
hastío eterno de suplicio

Sueño idiota de eternidad
en el recato de una noche en fuga
silencio de silencios miles de silencios
de absurdo silencio imperturbable

Ajeno al miedo superior
a la angustia infeliz
abismo incalculable
agonía de cada mañana

Sereno aceptó el
letárgico abrazo de la muerte
asombro de cansancio fatigado de la vida,
desolado... se dejó abrazar.

                                                           Farwel. 1986





       La Esfinge

¿Cómo puede la enigmática Esfinge,
El 'pequeño' Napoleón ante la Esfinge.
tener la abstrusa serenidad de los siglos
en el vario curso del tiempo desgarrado,
para mirar sin afanes el piélago sublime
de las eternas arenas desoladas del Sahara?

Envuelta en la inconmensurable paciencia
de observar la absurda necedad de sus
pequeños hacedores que la instalaron.

¡Siempre estará ahí!...

Para recordarles lo efímeros que son
como partículas perecederas y desechables
por antonomasia anatómica.

                                                  Farwel. 1.986



Con un abrazo sincero, si me lo permiten.

Hortensio.