Si amas a alguien jamás la traiciones,
y si no la amas no la ilusiones, pues no hay
mayor cobarde ante los ojos del mundo,
que el que sin amar a una persona la ilusione.
(Anónimo)
Y de nuevo en éste bello, soleado y Plácido domingo... Pero anoche sábado, la cosa fue diferente... la discusión de varios amigos que departíamos unas cervezas y una "picadita" como le decimos en Colombia a pequeños trocitos de salchichas, papas a la francesa y chicharrones de cerdo y maní salado, fue alrededor del enamoramiento de los adolescentes ya que un sobrino menor de edad de uno de los contertulios se había escapado con una niña de apenas 13 añitos, movidos sin duda por lo que ellos entendían y sentían como amor. Los encontraron afortunadamente en un pueblo cerca a Bogotá llamado La Calera, en total estado de indefensión.
El médico y su paciente. |
- Dime niña. ¿Cómo es el dolor que sientes?
El médico me mira con gesto interrogante; yo miro a mi madre con cara de súplica; mi madre mira al doctor con incertidumbre.
Nunca es fácil explicar un dolor. Más aún, cuando no es compartido. Agacho la cabeza y abro la boca, pero las palabras no se atreven a salir.
- ¿Te duele aquí? - me dice, señalándome el pecho.
Asiento.
-Entonces te duele el pecho.
- No; me duele el corazón.
-Entiendo. ¿Y te duele aquí? - me dice, señalándome la cabeza.
Asiento.
-Entonces, también te duele la cabeza.
- No; me duelen los recuerdos.
- Vaya- dice el médico incorporándose.
Mi madre, con la boca entreabierta y las manos encogidas a la altura del cuello, mira al doctor, suplicando una respuesta con la mirada.
- Señora, no hay nada que hacer; su hija está enamorada.
Un abrazo de amor... |
Cosas de la vida real... un abrazo.
Hortensio.