lunes, 16 de noviembre de 2015

A mi ahijada...

Querida Catalina:

Catalina Forero Cantor... el resto es Ella.

Dieciocho primaveras... yo también pasé por ellas y las viví intensamente (a mi manera) y ya que por Ley llegaste a tu emancipación, puedes tomar el control de tu vida, solo vístete de modestia y lograrás lo que te propongas... el resto la Naturaleza fue pródiga contigo en belleza e inteligencia.

Estas palabras escritas son mi pequeño regalo. Solo me siento como en un 'deber' de hacerte unos comentarios, no consejos... ¿con qué autoridad moral los daría? Para comenzar decirte que para mí, el libro que más me gusta de la Torá, (Tanaj) libro sagrado de los judíos ortodoxos, es El Eclesiastés, en uno de sus apartes un anciano Salomón, lo escribió a nombre de Yahvé, dice: "Muchacho (a), conoce la felicidad, mientras seas joven, y toma temprano las buenas decisiones. Elige tu camino como mejor te parezca, sin olvidar que Yahvé te pedirá cuenta de todo. No dejes que la amargura se instale en tí, ni la enfermedad en tu cuerpo: ¡juventud y cabellos negros son traicioneros!".

Cuanta razón tiene ese pequeño texto, alguien decía ciertamente y ya lo sabemos como un axioma que 'La juventud es una enfermedad que solo se cura con los años'; sí, pero es una deliciosa enfermedad en donde se dan parte de las más importantes decisiones de la vida de un ser y donde se fijan las metas de vida envueltos en sueños que alcanzar. Y ¿de la felicidad? no te preocupes pues no existe... vendrán momentos felices, no lo dudes, de eso está compuesta la vida, de malos y buenos momentos; atesora en tu recuerdos los momentos que te hicieron feliz en medio de tu Libertad, nada más, de eso depende que no seas ni nostálgica y mucho menos amargada.

De sobra sé de tu inteligencia por eso mantén siempre en tí a esa bella criatura esencialmente subjetiva que es la... curiosidad. Nunca te resignes, que es una especie de cobardía, se rebelde y ojalá con causa, en contra siempre de las injusticias que a cada paso te encontrarás; jamás te dejes alienar, ni mistificar y menos adoctrinar, es preferible la soledad de los valientes que la ingenuidad del ignorante que prefiere no pensar sino que lo ayuden a pensar... en un degradante facilismo acomodado.

Solo en el estudio y en la cultura, están lo medios del imparable progreso, úsalos y encontrarás el respeto de tus contemporáneos y en abrir un diálogo con la posteridad cuando tus descendientes te recuerden con orgullo. Ama y desarrolla el sentido común y desde luego, usa la lógica, ambas gobiernan el mundo. En todo ser humano hay un ser lógico, ese que que siempre encuentra lo absurdo en las miles de pequeñas cosas.

Comparto el criterio del gran Homero, quien hace más de cuatro mil años decía en su sencilla sentencia: "En la juventud y en belleza la sabiduría es escasa" y es cierto, hay que decorarlas con estudio, ya es hora de emprender tu culturización leyendo a los grandes autores y maestros, asimilándolos y sacando de cada uno de ellos lo mejor para fortalecer el rumbo de tu destino, no te olvides lo que Newton, repetía a sus alumnos: "Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano".

Podría escribir un nuevo "Libro de las Comillas" hablando contigo de la vida, pero no se trata de ello, solo decirte que la edad que tienes, es precisamente los años que ya no tienes y el futuro no está nacido y entonces surge una pregunta impertinente, ¿qué hacer con los años que ya no se quieren? pues, confúndelos, bailalos, repártalos, embriágalos y por sobre todo... ¡olvídalos! que crean que no eres tú.

Desde ahora, yo que no olvido mi edad provecta, empezaré a olvidar la tuya... ya lo comprenderás cuando la vida empiece a pasar efímera pero imparable rumbo al destino de encuentro con la 'gran resignación'. Mientras tanto, vive tu vida, siembra, cultiva y deja que florezcan en tu sendero miles de momentos bellos y mágicos... te los mereces.

Un fuerte abrazo repetido.

Hortensio Farwel.

domingo, 15 de noviembre de 2015

La virgen negra.

En las jornadas conocidas por la historia como "La Comuna de París" nace con el llamamiento de sus dirigentes con la siguiente proclama a los soldados del ejercito versallés: "Combatimos para evitar que nuestros hijos se vean obligados a soportar el yugo, como vosotros ahora, del despotismo militar (...) Cuando la consigna es infame, el desobedecer es un deber."


Desde 1860 nace un comité de mujeres que se llamará 'Unión de Mujeres Para la Defensa de París y la Ayuda de los Heridos' entre las fundadoras de este comité se encontraba entre otras, la institutriz, escritora y poetisa Luisa Michel, apodada 'La Virgen Negra' por ser la primera en enarbolar la bandera negra de la anarquía (socialistas libertarios) en una barricada; en este plácido domingo le recordaré contando que siendo una burguesa desistió de sus privilegios para ser libre y militar en la emancipación de la mujer... "La mujer es una fuerza  que no se puede destruir ni reducir. Se la puede desviar, pervertir, pero comprimida la mujer por un lado, la mujer se va hacia el otro con mayor intensidad y violencia. Si  no haya una salida, se exaspera, se descompone, es un exceso que desborda."

En 1871, el 17 y 18 de marzo comienza la lucha callejera y la "Virgen negra" encabeza la vanguardia de la lucha como un soldado más del batallón N° 61 de Montmartre, en las barricadas de Clamart, Neuilly e Issy y en Les Moulineaux, los sitios de mayor enfrentamientos con la milicia napoleónica, las mujeres defienden el Panteón, la calle Mouffetard, la calle Racine y en la barricada de la Place Blanche, un batallón completo de mujeres fue masacrado sin compasión. Dos meses aguantó la revuelta y los vencidos que no murieron, regresaron a la clandestinidad.

Se entregó a los 'versalleses' para salvar a su madre que había sido arrestada en su lugar y amenazada de ser fusilada sino se entregaba y desde prisión supo la ejecución de su amor y compañero Théophile Ferré, anarquista, fusilado en noviembre de 1871 y al que Luisa, le dedicará el famoso poema 'Les oeillets rouges' (Los claveles rojos.)
Vestida con el uniforme de la
'Guardia Nacional' en la Comuna de París.
La Virgen Negra, interviene ante los tribunales tras de pasar por diferentes cárceles, acude al sexto Consejo de Guerra y se niega a tener un defensor, estas fueron sus palabras finales: "Pertenezco enteramente a la revolución social y declaro asumir la responsabilidad de mis actos. Lo que reclamo de vosotros... que os pretendéis de jueces... es el campo de Satory donde ya han caído mis hermanos. Puesto que, al parecer, todo corazón que lucha por la libertad no tiene derecho más que a un poco de plomo, yo reclamo mi parte. Sí me dejáis con vida, no cesaré de gritar venganza y de denunciar, en venganza de mis hermanos, a los asesinos de esta comisión." Cuando a gritos es interrumpida por el presidente del concejo Louise Michel, replica con un fuerte grito de dignidad :" He terminado. Si no sois unos cobardes, matadme. " Fue condenada al destierro y deportada a Nueva Caledonia, de donde regresará en 1880. Seguirá luchando por los próximos veinticinco años hasta su muerte  

A su regreso a París sigue militando en mitines populares y de nuevo es detenida y enviada a la cárcel
en donde es admistiada; en un mitín es herida por un monarquista de dos tiros en la cabeza y a quien se negó a denunciar, se recupera y parte hacia Inglaterra y de regreso a Francia no dejará de intervenir en política hasta que una pulmonía reclama su vida el 9 de enero de 1905, en la habitación N° 11 del hotel Oasis de Marsella, a sus 74 años de una vida revolucionaria. Su entierro en París fue multitudinario. En una pancarta se leía una de sus famosas frases:

"Todo poder encarna la maldición y la tiranía; por eso me declaro anarquista" 

En la guerra civil española, dos batallones de brigadistas internacionales llevaron su nombre.

En una traducción libre, podemos ver su sensibilidad poética en el sentido poema que arriba comenté y dedicado a su amante Théophile Ferré y escrito el 4 de septiembre de 1871 en la prisión de Versalles...

Los claveles rojos

Si voy a dar al oscuro cementerio
arrojad sobre mi, hermanos,
como postrera esperanza,
rojos claveles en flor.

Cuando el imperio concluía
y el pueblo despertaba,
fue tu sonrisa, clavel rojo,
anuncio de que todo renacía.

Hoy floreces en la sombra
de oscuras y tristes prisiones,
cerca de la zozobra del cautivo.

Dile que le amamos
y que en el veloz flujo del tiempo
todo pertenece al porvenir.
Dile que el vencedor de lívida frente
puede morir más que el vencido.


Los claveles rojos en su tumba.

Siempre te recordaremos los libertarios, querida Luisa y tu memoria vivirá con nosotros.
Un abrazo comunero.

Hortensio.