domingo, 23 de octubre de 2016

Cuando callas...

Y de nuevo en éste muy Plácido domingo de regreso con la poesía de los años 80's de Farwel, dos poemas uno 'fatigado' y el otro 'dislocado' que marcan como toda su temática la angustia, la frustración y la muerte; pero en definitiva siempre  y en todo acto en el que escribe prosa y/o poesía, se impone en sus escritos el famoso postulado de la antigüedad: "No soy lo que escribo, soy lo que tu sientes al leerme"...
Tu mirada rasgada de verde.
                                         Cuando callas...

Cuando callas yo ya sé que me quieres decir,
solo basta tu mirada rasgada de verde para intuirte,
sueños perdidos en noches de largos insomnios.
palabras calladas en días vividos con intensidad...


                                         Sé que me quieres decir cuando tus gestos me riñen.
y tu sonrisa inmaduramente coqueta me dicen que
 siempre debo estar pendiente de lo que me quieres decir, 
                                            luego vuelves la cara con una indiferencia
fría, cruda y hasta cruel que entristece mi alma.

Y no encuentro la mirada esmeralda que tanto he amado
porque de nuevo se ha perdido ya
en lejanías a donde viajas con tus sueños inacabados
traspasando fronteras inagotables y sé que me quieres
decir: "¡deja todo atrás y ven a acompañarme en mi 
viaje sin retorno!"

Pero mi mente no atiende a mi voluntad
y mi cuerpo se muestra ajeno a lo que me 
quieres insinuar con esa mirada sesgada
que no se hace de recuerdos ni de palabras...

¡Y aun así sé que me quieres decir y en
definitiva no te voy a acompañar a tu viaje
 sin retorno, el amor no puede hundirse de
la mano de la locura y tu mutismo autista... 

                                                                    Farwel 1986


No hay excusa para salir
a cumplir con su destino...

La excusa.

Se me ha perdido una palabra... ¡la excusa! 
Sí esa, esa que produce incertidumbre
esa que es una palabra lóbrega del ayer y
sin la cual no se si pudiese seguir viviendo...

Pues es una parte presentida de mi mañana,
con toda su capacidad de angustia y magia
con toda la intensidad del poder vivir huyendo
de las afugias de éste hoy perturbado e ineludible...

Siempre dependí de ella y siempre la necesite,
¿como vivir sin una excusa...? no sería vida,
absurdo no tenerla y sentirla en mi bolsillo
pues mi vida ha sido una vil y total excusa...

Tenerla siempre es una decisión válida
desecharla es mi derecho... pero mientras,
¿como haré? ¿Excusa dime dónde estás...?

                                                            Farwel 1989



Un abrazo que rompa... el miedo.

Hortensio.