domingo, 3 de julio de 2016

Poesìa de Farwel...

Desde éste Plácido domingo, algo de la poesía de Farwel, de los años 80...

Resignación.

Mis pensamientos que son de piedra, sal y tierra,
los colgaré en palabras hechas de letras muertas
como esa moneda muerta que cae en el tarro del
mendigo en miradas muertas que caen sobre el pecho.

Memorias que se van hundiendo en el inasible tiempo,
en pensamientos que son ríos, nieblas y tormentas que
colgaré en crepúsculos ensangrentados de nostalgias idas,
que llegan puntuales a su cita diaria como las mutaciones
de la Luna que recurren cuando asoman sus distintas fases.

Así la adicción a mis recuerdos encontraron un camino de
obligado tránsito hacia ese infame paraje llamado... olvido,
 y desechando las costumbres, las rutinas y las malsanas
repeticiones comeré en silencio las migajas de mi soledad, 
cenare en compañía de ese libro de historia que quedó en blanco
desde la primera página en un silencio que no absorbe nada...

Así colgaré la mentira que asoma su torva faz a mis entrañas
en pensamientos convertidos en luz, en sombras y en miedos
cuando solo tengan un destino inacabado del cual no pueda
desprenderme... tu adorado recuerdo y así como no podré huir, entonces
colgaré toda mi vida en palabras hechas de letras muertas
hechas de pura resignación...

                                                                                    Farwel 1989.



                                    

                                           La duda.
              

Y mordí las estrofas de mis tristes versos
para poder saborear esos sueños míos antes
del inevitable naufragio de mi madurez, y
desnudándome de las memorias de tiempos
idos, te recordé, y en mis oscuros silencios que
fenecen de cansancio, busqué una tierra
nueva en la que Tù me acunabas como tierna lluvia
de amor en espléndida primavera de nenúfares
en flor, momentos bellos que se vuelven efímeros
instantes en búsqueda de tu amado corazón...

Pero las dudas que se atragantan en mi loco pecho
y no me dejan hilvanar el más cursi de mis versos, 
me desbordan y me atormentan y me angustian...
con emociones que se vuelven quimeras caprichosas
dejando en el sendero de mis locuras y mis delirios,
vacíos arrancados a una tierra que no puede ni quiere
ser eterna, ansias renovadas de ahogarme en esas
melancolías que duelen mucho pero que no matan...
y en tu recuerdo amado, soñar con tu regazo y tus
ojos verdes, que en ésta fría y lluviosa madrugada
¡me llaman, me llaman...! 

                                                                                                     Farwel 1986

Un abrazo lleno de dudas razonables...

Hortensio.