martes, 24 de febrero de 2015

Una anécdota de Bashö.

En alguna ocasión estaba el maestro Bashö (Ueno 1644- Osaka 28 nov.1694) es una sesión de renga y a uno de sus discípulos de nombre Kikaka, le dio por proponer un haikú en estos términos: '¡Libélulas rojas!/ quítales las alasy serán vainas de pimienta.' El viejo maestro reflexionó como dándole un significado a aquellos versos y al cabo de un tiempo le contestó a Kikaka: 'Esto querido Ki, sin duda mataría a la pobre libélula, y un buen haikú siempre está con la vida'... 'yo te propongo que tu haikú vaya en el sentido contrario': ¡Vainas de pimienta!/ añádale alas/ y serán libélulas rojas.'

Una hermosa libélula roja.
Para Bashö, el gran maestro del haikú la definición de éste sería describir en versos... "es simplemente lo que está sucediendo en éste instante y en éste lugar." Su último poema dice así: 'Tabi ni yande/ Yume wa karen wo/ Kato meguru'. (1694)...: 'Caer enfermo durante el viajeMi sueño huelga errante/ Sobre un campo de cesped seco'.

Un haiku.(n° 27)

El viento del sur
rozó mi piel
paso suspirando.

                                                          Una esquirla.(n° 41)

Mis ancias contenidas
mis sueños sin revelar
deseos y proyectos
siempre serán para ti...

Distancias de remotas lejanías.

Las distancias.

Distancias de remotas lejanías
ausencias repletas de fantasmas
distancias inalcanzables y perdidas
foto que duele en la perdida distancia...

Distancias que van matando
ausencias de bonitos amaneceres
distancias sin prosa ni poemas
distancias  que niegan los regresos...

Distancias sin perdón ni retorno
ausencias sin una razón cierta
distancias sin olvidos ni porvenir
distancias de falsas ilusiones...

Distancias enajenadas de amor
ausencias de penas y tristeza
distancias desnudas sin un después
distancias malnacidas locas de temor...

Distancias que se embriagan de vacíos
ausencias sin nave sin brújula ni mar
distancias que perdieron su abril 
distancias desengañadas de vida...

Distancias enmohecidas para evadir
ausencias de atracción nostálgica
distancias caídas en la indiferencia
distancias de inconclusas pesadillas...

Distancias que naufragan en lo irreal
ausencias que son tentación de suicidio
distancias avaras de cariño y emoción
distancias sino regresas... moriré de lejanías.

                                                Farwel 1986


Un abrazo pleno de regreso.

Hortensio.

domingo, 22 de febrero de 2015

'La dulzura de Venus'


Acuarela de mujer.

Y occidente descubrió el 'clítoris'.

n este plácido domingo, una de esas historias que a mi personalmente me gustó cuando la descubrí en una lectura y como efecto colateral de una de esas tantas idioteces que cometió la iglesia católica romana de esa época nefasta del siglo XVI y de las cuales no ha pedido perdón y que como en el caso de Cervét y Bruno 'el Nolano' e incontables científicos más que fueron sacrificados en la hoguera de la inquisición por escribir sus verdades científicas, no lo ha hecho.

Esta es la historia de uno de ellos, el caso de Colón, no el que descubrió a América sino el que descubrió y describió anatómica y fisiológicamente, ese desconocido territorio que aunque se sabía de su existencia, nunca había sido descrito: el clítoris ...en sus palabras: "Es un cuerpo pequeño, carnoso y eréctil, que sobresale en la parte más elevada de la vulva" (esto desencadenó la tragedia) por ello fue condenado a morir quemado vivo en la hoguera por prácticas de brujería y satanismo de blasfemia y herejía; "se salvó" en aquella oportunidad porqué fue requerido (por su fama de gran médico) para salvarle la vida al Papa Farnecio alias 'Paulo III', pero su sucesor el cardenal Carafa (Paulo IV) que lo había condenado a muerte cuando era acusador de la Inquisición e iba a llevarlo a la hoguera, si no lo perdonó y comenzó de nuevo la persecución; por eso y mucho más la humanidad sigue esperando que el 'oscurantismo' pronuncie una plegaria de perdón por tanto y tantos crímenes hechos a nombre de Dios y de su única iglesia.

Me refiero en ésta ocasión al gran médico del 'renacimiento' fisiólogo y anatomista italiano, quien fuera titular de la cátedra de anatomía  y cirugía de la Universidad de Padua y que formó parte del siglo de oro de la Universidad, el famoso 'Cinquecento Padovano'. Su paso fue de 1544 hasta su muerte en 1559 en remplazo de su profesor y maestro, el genial anatomista Vesalio, Mateo Renaldus Columbus o Mateo Realdo Colombo y para nosotros simplemente Mateo Colón.

Toda su obra la recopiló bajo el nombre de 'De re anatomica' en donde describe todo en cuanto a las leyes de la circulación pulmonar en donde comprueba como la sangre fluye desde el lado derecho a través de los pulmones; describe en detalle la válvula pulmonar que se cierra durante la diástole, que impide el reflujo. y que las arterias se expanden con cada latido. En sus estudios de anatomía también descubrió que la Lente del Cristalino se ubica en la parte anterior del ojo y no en el centro.

Pero en el libro también describe con detalles la anatomía y fisiología del clítoris al que llamó  'Amor Veneris' que encontró en trance de consulta entre las piernas de Inés de Torremolinos, rica mujer de Florencia y su mecenas, que al tocárselo la hacía temblar y su piel se erizaba; al preguntarle por sus reacciones ella le contestaba que: "...jamás había sentido cosa más bella, extraña y excitante." Al referirse a este pequeño órgano al que llamaba con cariño como "La dulzura de Venus" logró describirlo con exactitud dibujándolo preciosamente como todos sus dibujos anatómicos... pero eso sí, hizo la salvedad: "si me es permisible poner nombre a las cosas por mi descubiertas".

También le cupo la responsabilidad de hacer la autopsia al cuerpo de Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús y decirle a los jesuitas que murió con grandes dolores a raíz de los inmensos cálculos que estaban obstruyendo los conductos de la vesícula biliar.

Sus referentes biográficos son muy efímeros como corresponde a un perseguido inquisitorial del siglo XVI, uno de los castigos adicionales a la muerte, era borrar todo vestigio del "Desgraciado de la Mano de Dios" de su paso por La Tierra, sabemos ciertamente que su intransigencia contra la obra de Galeno la 'Opera Omnia' y las tendencias clínicas aristotélicas, fue su detractor; esto le provocaron un sin número de enemigos incluyendo al envidioso y mediocre decano de la Universidad Alessandro de Legna, al que le presentó el resultado de sus estudios y al que no le gustaron por apartarse de los postulados de Galeno, sabemos el resultado, lo acuso ante la 'Santa Inquisición' con el resultado que describí anteriormente y quien la etiquetó inmediatamente de prohibida... "Contra Ordinem Naturae" y en 'mucho defectuoso'. Concluyeron los grandes Doctores de la iglesia al leer sobre el 'Amor Veneris': "¿Qué sucedería si las hijas de Eva, descubrieran que llevan en medio de las piernas las llaves del cielo y del infierno?".

El cardenal Carafa futuro
 Papa Paulo IV. 
El 3 de abril de 1558 es abierto el 'pliego de cargos' ante la 'Santa Inquisición' que instruye el temible cardenal Gian Pietro Carafa, futuro Papa Paulo IV, aquel que promovió el nefasto "Índice de libros prohibídos" y que preside Álvarez de Toledo, en su defensa Colón se apega al Canon, con estas   bellas palabras que denotan, físico miedo y que no le sirvieron de nada. Antes de que lo asesinaran y lo fritaran vivo, logró huir de Roma pero víctima de una gran depresión tomo la digna salida del suicidio unos meses después en 1559... Una de las grandes pérdidas de la humanidad, estas sus palabras:

"Nosotros, los anatomistas, no hacemos más que interpretar la Gran Obra y, en la medida
en que conseguimos iluminar allí donde antes había sombras, no hacemos otra cosa que 
adorar al Creador. La ciencia, tal como yo la concibo, es el medio para entender y entonces
adorar Su creación."


Pero para bien de Mateo Colón y por boca de su 'descubridor póstumo', biógrafo y novelista, el psicólogo argentino Federico Andahazi, 'lo encontré y él me descubrió'. Estoy leyendo su libro "El anatomista" y al terminar esta galardonada novela histórica, les prometo que la voy a reseñar con éstas bases históricas que le he narrado

Un anatómico abrazo.

Hortensio.