Quien no es envidioso,
no es digno de serlo.
Esquilo de Eleusis (525- 456 a.C).
En los campos ajenos, la cosecha
siempre es más abundante.
Ovidio (43 a.C. 17) Poeta latino.
La envidia... oleo de Ignacio Diaz Olano.
No creo en pecados solo en emociones mal llevadas y una de ella es en el mundo el 'deporte preferido' nada menos que la envidia una de las emociones mas complejas del ser humano; se ha definido como "el deseo de lo ajeno" es el completo desajuste emocional moralmente inaceptable... Borges decía que era como una herencia de los españoles que a todo le dicen: "es envidiable" y se podría decir que "es envidia de la buena" "No es que te compare con otro"; pero no es sólo de los españoles, es universal y consustancial al ser humano ya que es una emoción natural como todas las emociones... el gran educador español don Miguel de Unamuno, decía: "la envidia es mil veces más terrible que el hambre porque es hambre espiritual".
Pero, ¿puede alguien defender a esa espuria emoción...? ya lo decía Arthur Schopenhauer, como buen misántropo: "Nadie es realmente digno de la envidia" y el comediógrafo francés Molière: "El envidioso puede morir, pero la envidia nunca"; y algo que es casi una verdad 'de a puño' del dicho de Federico Nietzsche: "Nadie es feliz si no tiene quien lo envidie", pues sí es axiomático, ¿qué sería de aquel que hace mérito, para satisfacción personal nada más?, no lo creo... lo hace para provocar envidia en todas sus dimensiones, mil ejemplos podríamos dar para desvirtuar la modestia que solo pueden experimentar los santos y los locos... lo demás es falsa modestia, desde luego.
Luca Signorelli, fragmento 1499-1502. Capilla de San Brizio, Duomo, Orvieto. La envidia de Caín, mordiéndose la mano. |
Ahora, es cierto que el envidioso siempre desprecia las cualidades de su envidiado, lo 'pordebajea', lo ataca, lo denigra, obviamente lo calumnia e injuria directamente o por intermedio de testaferros,
Envidioso yo...? |
Cuando el hombre envidioso escucho ésto se sintió terriblemente mal y pensó, "¿dos casas para mi vecino, dos carros y dos negocios?" Esto le generó tanta rabia, amargura y frustración que no pudo disimular su contrariedad y no le pudo responder a Dios. Al verlo en éste estado le dijo: "Piénsalo bien, mañana regreso por tu respuesta." Al día siguiente volvió Dios... "¿qué decidiste, hijo mio? y el hombre envidioso con total resolución le contestó: "Señor, he tomado una decisión... ¡Quiero que me hagas tuerto!
Retrato de un hombre tuerto... por Vincent van Gogh. |
El infeliz envidioso creyó que si quedaba tuerto Dios dejaría ciego a su odiado vecino, pues le daría el doble... en castigo por su pecado de envidia lo dejo tuerto, el vecino ni se enteró de lo que había pasado y siguió normal. Esta es la envidia, preferimos destruirnos a nosotros mismos, con tal de poder destruir a su ser odiado y a los demás.
Un envidiable día...
Hortensio
Hortensio