domingo, 21 de enero de 2018

De rodillas ante mi muerte...

En este Plácido domingo, dos especiales poemas Farwel tomados de sus cuadernos y "desencriptados" para el Blog del 'Canalla Bueno' con la novedad de que empiezo a publicar sus más recientes poemas, ya de éste siglo... este poemario lleva el nombre de: "Acariciando la muerte" del año 2010.   
Vencido ante la muerte...

De rodillas ante mi muerte...
De rodillas en la orilla de mi muerte,
desnudo como debe ser sobre el tiempo,
su presencia se siente ahí, leve y sutil,
presagio de eterna soledad desvelada
por siglos de naufragios malqueridos
y ausencias espurias no deseadas...

Espacios dormidos que despiertan
con el atroz ruido del relámpago fugaz
de la vida que con sus vientos apagados
y sus lágrimas con sabor salobre a tormenta,
miran con sus descarnados ojos la cara
inefable del Tanathos servil que corta
un mechón de mi pelo para dárselo
al barquero, que siniestro cumple con
su lúgubre y eterno horario de nieblas
renegadas que muerden las entrañas
como un esmeril al cruzar la laguna
Estigia con sus negras aguas azufradas.

Trémulo vislumbro la tiniebla sellada
por feroces puertas cribadas de humedad
y verdolaga lama de donde no se regresa
jamás; pero aún así y como si fuese una
paradoja, siento una Paz tan mayestática
que me entrego con amor y resignación
a los siglos eternos que abiertos pasarán.

                                         Farwel 2010
   

***

 El aroma de las horas muertas.
las horas muertas de Dalí...
El aroma de las horas muertas
traen tu recuerdo a mi almohada,
la lluvia que se oye trémula a lo lejos
como una melodía muda y monótona,
me hace pensar en las noches transmutadas
de realidad que vivieron nuestros cuerpos
cuando se llenaban de silencios lujuriosos
arrullados por la suave lluvia tropical,

Bellos instantes que nos hacían gemir de
dolor idílico pausado y febril matando
las horas amándonos, jugando al dolor,
pensando y soñando mientras el vendaval
arreciaba sin poder traspasar los umbrales
de mis penas, de mis vivencias, de nuestros
besos y caricias, con esos abrazos sin esperanza
que presentían y presagiaban un lamentable
adiós...

Y en esa espera inútil de que la tormenta
-que añoro eterna- amainara, nuestra pasión
aumentaba en amor y tristeza por la partida
cruel que nos separaría para siempre y de nuevo
a llorar la pena en donde sembramos tanto amor.

El nido vacío quedará y tu silueta aromada con
tus lágrimas de angustias y tristezas, traerán a
mi lecho la certeza de que mi lastimera existencia
fenecerá al sentir tu ausencia que presentía finales
cuando llorando decías que sería tu "amor eterno".

Entonces cesó la lluvia complice con la que tenías
que partir porque ya eras de otro y aunque no siempre
prime la injusta razón, hay una familia a la que le debes
ternura y respeto, en un sagrado deber que comprendo
pero que jamás aceptarè y aunque eso poco importe,
me quedo con el aroma de las horas muertas que dejarán
sin minutos mis adorados momentos que viví en ti...

                                                                Farwel 1978


Con un abrazo de ¡nostalgia pura!

Hortensio.








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