Todo en la vida es un eco
qué siempre regresa a tí.
H. Farwel.
Y gracias a mi querida Margarita, heredera única del manuscrito de nuestra compañera de lírica como lo fue su ilustre madre, en éste Plácido domingo otra pieza de su triste y sutil poesía en prosa, oigámosle:
El eco de tu voz.
Lejos de todo y de la nada
oigo tu voz en mis oídos doloridos...
esa voz ausente que golpea en la
quietud de la espesa noche, mis sienes.
Y más allá de la penumbra oigo el
eco de tu voz lejana y ausente en éste
instante vivo, y siento de nuevo mil muertes,
un dolor sinsentido que taladra mi pecho
partido en fríos desvelos.
Cierro con fuerza mis ojos pidiéndole compasión
al sueño que se niega a venir y el insomnio no me
deja mentir... oigo tu voz como el eco de mis
pensamientos y la tristeza me aplasta con una fuerza
inusitada que vuelca mi corazón en llanto.
Solo le pido al tiempo que me de la razón al entregarle
toda ésta melancolía que me está matando lentamente
a la absurda ausencia de tu voz…
¡Absurda, absurda, absurda!
Abigail Sandoval.
Sogamoso, Boyacá. 2019
Datos al margen:
Con la venía de su hija, iré publicando en este blog, algunos poemas -los que más pueda- sin miramientos pues todos son hermosos, de su obra inédita, para poder mirarlos en letra de molde, aunque su caligrafía manuscrita es muy clara y bonita.
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