domingo, 9 de junio de 2024

Notas para una novela.

La libélula.

Un caballito del diablo azul.

Ese pequeñito animalito, un odonato, era sin duda una libélula 'caballito del diablo azul'. Siempre aparecía y asomaba en las noches con una tenue luz que reflejaba en su minúsculo cuerpo las bellas tonalidades azules que siempre presidía a la fantástica y sutil aparición de Ella, el 'Fantasma de la Villa de Leyva'... ésta vuela agitando sus transparentes alitas y Ella levita como flotando por el aire de la centenaria casona del escritor. Cuando llegan a la vieja puerta de 'solar' ambas se apagan, y...

"Nadie cree en fantasmas, hasta que no se le aparece uno." 

Antes de tomar una decisión, Alberto había hecho una rigorosa investigación con el dueño que le había vendido la propiedad, sobre si él le había incluido un "fantasma" con la venta de la casona, su respuesta fue negativa y de los anteriores dueños en tradición de la propiedad nada se había oído. 

Los vecinos nada habían escuchado de una aparición espectral en el vecindario. Nada claro había podido sacar en conclusión, pero él la había visto no una sino varias veces y eso le trastornó su hábito de tranquila quietud en la que pretendía  poder iniciar su vida como escritor...

Esta escena se volvió una constante en las tres apariciones, que lo llevó a una simple y rápida determinación, excavaría ese pequeño terreno en busca de un cuerpo, era lo que la lógica dictaba en casos como éste cuando un fantasma le está indicando que hay algo allí en ese sitio en donde no crecía nada y que la tierra parecía ceniza... haría los preparativos para esa tarea que considerada prioritaria para su tranquilidad.

La operación de la búsqueda se inició una semana después de la última manifestación del "fantasma", varios obreros excavaron todo el terreno y bajaron cerca de tres metros, solo algunos pequeños fósiles aparecieron y nada más, ésto le generó una tremenda incertidumbre, tenía que entrar a investigar más a fondo en una exploración más juiciosa puesto que ya nada volvería a ser igual, su vida quedó trastocada definitivamente.

Del anterior estudio de títulos notariales solo quedó una ventana abierta que no pudo ser dilucidada generando en él una muy incierta duda razonable,  tenía que desentrañarla; no estaba muy lejana en el tiempo se trataba de una sucesión del año mil novecientos cuarenta y seis, una época muy convulsa de la historia política de Colombia que degeneró en el magnicidio del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán. 

Y aquí comienza la aventura. 

Bueno... habrán que leer la novela proxima a editase "Un Fantasma en la Villa de Leyva"
Un abrazo algo novelesco y fantasmal...

Hortensio.




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