Ocurrencias en prosa 5

Es mejor ser odiado por lo que eres,

que ser amado por lo que no eres.

André Gide.

Muchas personas de seguro te odiarán,

si ven que son más los que te admiran

y quieren sin prejuicios ni envidias.

Hortensio Farwel.

Isabella... mi nieta.

Me dijo mi nieta: ¡Tata me odian...! ¿Que te odian dijiste? qué lo hagan, porque cuanto mayor sea ese odio que despiertas, más por encima de los odiados estarás; el odio te hace grande ante el que odia porque nadie odia lo insignificante. La mediocridad ni levanta pasiones ni mucho menos perversiones, ahora, es preferible que te odien a tener que sentir la abominación de la indiferencia o la feísima apatía... Repite: "Odio luego existo. "Un muy famoso misántropo decía: "El éxito de una persona se puede medir por el número de enemigos que tenga." El que odia está enfermo...

Lo que si es grave y muy delicado es que te odies a tí misma, mucho cuidado, el resto te va a servir para que cuides tu espalda, por lo demás, no te mortifiques, ¡ignóralos! son gusanos.

 

                      *** 

 Pensar introspectivamente, es llegar a los más recónditos rincones del complejo sistema de conciencia a la que cada individuo o cada quien pueda llegar... es hablar consigo mismo es fuente inagotable de conocimiento, se tiene que hacer y se hace, puesto que uno mismo no se puede engañar y tiene que racionalizar su mundo interior sin miedos, sin buscar experiencias numinosas  ni experiencias místicas que puedan cambiar nuestra estructura mental...

Piensa: el caos mental es la lucha del raciocinio versus el numen o el aspecto irracional de lo religioso que es pura magia y fantasía...

                       ***

Y me senté frente al mar Caribe, a contemplar el ocaso, me puse a mirar al pasado, hice, mentalmente el recuento y desenlace - 'previsible' - de esa vida tan común pero, muy procelosa, puesto que ya está siendo tiempo de partir y marcharme de ésta fantástica experiencia y maravillosa aventura vital; siendo el último de mi generación (así lo creo) es también la última dimensión de un capricho perturbador que fue mi existencia, prólogo predecible de mi partida hacia la nada antes de que la niebla de la demencia, cada vez más espesa, nuble mi precario entendimiento y ya no me de cuenta de nada, de absolutamente nada...

Un fuerte abrazo de regreso.

Hortensio.