Muy pocas personas pueden
mantener el juramento de:
'El presente es para siempre'.
H. Farwel.
Plácido domingo con la prosa lírica de la poetisa boyacense Abigail Sandoval, como siempre preñada de tristeza y nostalgia por su amor ido de manera infame, tristeza que no pudo superar y que la llevo al encuentro de su amado esposo y amante en una tarde de un día cualquiera en su terruño de Sogamoso...
El cielo de siempre. |
EL CIELO DE SIEMPRE.
Lo que más se extraña es lo que más se piensa;
y eso es así pues la distancia que el destino quiso
poner entre los dos nos une más que nada...pero
el amor es nostalgia y no quiero que tu amado
recuerdo se me vuelva rutina y costumbre, no.
Cuando la muerte es certeza inacabada, la
incertidumbre del mañana no tiene importancia,
y esa inquietud y recelo me agobian con una cólera
resignada y sombría que se apodera de lo poco
que queda de mi sin querer que el odio me arrebate
la tranquilidad de mi alma en pena que solo quiere
una Paz serena no importa que esté cansada...
Bajo este cielo que es el mismo cielo de siempre,
inmemorial y vagabundo fui tu única testigo, el único
ser entre tu tiempo y la vida; y una sensación de
angustia que me dice que me perdí llegando a la
orilla de mi último aliento al menos con un poco
de memoria para sentir tu presencia...
Impotente veo llegar el final de mi sendero,
es mi destino y hacia el camino definitivamente
sabiendo que arruinada mi felicidad me hundiré
como en un sueño en donde no pasará nada
excepto el dejar de existir porque nunca quise
conocer el feo y raro sabor de la soledad y me
iré sin remordimientos y la conciencia tranquila.
Mi vida se volvió una eternidad sin tu presencia,
una pequeña llama de un fósforo en medio de
una cruel tempestad pero sin el miedo de que
se apague, es el corazón exaltado que dejará de
latir un día cualquiera pronunciando su fin.
Abigail Sandoval. 2019
Un sencillo abrazo si llegas a pasar por aquí...
Hortensio.
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