martes, 26 de abril de 2016

Mi pequeño rìo Teatinos

En éste atípico martes, recupero unas pequeñas notas que hice -no se cuantos años, pues no le puse fecha- sobre el importante Río de la Libertad... el Teatinos, aquel pequeño río que pasa por debajo del inmortal 'Puente de Boyacà' en donde se llevó a cabo la Batalla de su nombre, entre las fuerzas patriotas encabezadas por Simón Bolívar y las tropas realistas de la reconquista del virrey Sámano y que le dio la libertad a Colombia y el inicio de la caída del imperio español en la América hispana o suramérica. Lo llame "Mi pequeño río Teatinos".

Mi pequeño río Teatinos abajo de Puente Piedra,
en su hermoso paso por Samacà. 
La piedad del silencio atado a tu sìngulo de flores, luna humedecida que riega el sepulcro de mil héroes a las orillas del glorioso y bolivariano río Teatinos, bajo ese frágil puente de Boyacá, hecho de radiantes ímpetus de belicosas voces, fuego sagrado de las armas que desahuciaron al tirano felón; oculto en la desnudez de tus prístinas aguas, viste pasar al Libertador, rumbo a la cita con su triste y extraño destino que se vistió de ingratitud vulgar.

Pequeño río que a la Patria sació de su sed de libertad, en tu grandeza inconmensurable exumas los recuerdos de la hazaña que cubrió de sangre tu precario caudal, para que La Gran Colombia, fuese libre. Al pisar tus orillas sagradas, respiro como hijo de ésta tierra, hondas evocaciones de aquellas gestas libertadoras en hierro urdidas y es donde pienso que muy pocos de nosotros Colombianos y Boyacenses, conocemos parte de tus intimidades, como donde termina tu camino hìdrico, pero no donde naces y donde vas a verter tus sagradas aguas y cómo recorres las tierras y los campos labrantíos...

Se dice con certezas que naces, por allá arriba del pueblito de Samacà, en el Alto del Santuario, a 3.500 metros por encima de la orilla del Caribe y del mar de Balboa, dando de beber a toda la región que recorres en tu carrera fertilizadora con tus aguas puras y pasar por tu idílico estanque o represa que lleva tu románico nombre y volver a salir rumbo a la vereda en donde te inmortalizó la contundente batalla, allí construyeron un puente para pasar tu torrente que más de las veces se puede vadear a pie (no en aquella época agreste y torrencial) hoy si.

Y es en tu devenir por esas feraces tierras de Boyacá, que recibes en tus riberas unas hermosas cañadas y quebradas como afluentes que te hacen crecer y que amorosas rinden su hilos plateados a tu caudal; está la altiva Yerbabuena, la zigzagueante y hermosa del Cortaderal; la enigmática y coqueta quebradita de las Juntas y su hermana de riego del Chintal; y cómo olvidar aquella bella y cristalina cinta de agua que los campesinos llaman con amor la de las Pilas... son todas ellas que unidas llenan tu caudal de vida.

Por ser conocedor del enigma de los bosques, las alondras y las brumas de los páramos, toda esa formación vegetal que cruzas, los entendidos te llamaron eufemísticamente: "Bosque húmedo montano bajo" y al bellìsimo y sereno estanque donde viertes  tus primeras aguas, lo clasificaron como "Presa de tierra con talud enrocado"; todo es bello en tu destino mi pequeño grande Teatinos y allí se esparcirán sobre tus aguas, parte de mis cenizas, anticipando tu permiso, con respeto y amor.
En un aniversario más de tu gloria y la de tu
 ejército en el Puente de Boyacà por donde pasas
orgulloso y sereno lleno de memorias...


Un abrazo boyacense, ahora mira la gran obra de la Madre Naturaleza... 

Hortensio.



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