domingo, 21 de junio de 2015

'Viejo mi querido viejo'

En éste (aparente) 'placido domingo' sobre nuestro amado terruño: Colombia, se está celebrando "El día del Padre" y qué mejor homenaje que una muy pequeñita antología de poesía escrita por destacados poetas que amaron a sus padres...


Soneto a su padre.


Esta luz de Sevilla... Es el palacio
donde nací,con su rumor de fuente.
Mi padre en su despacho. -La alta frente,
la breve mosca, y el bigote lacio-.

Mi padre, aun joven. Lee, escribe, hojea
sus libros y medita. Se levanta;
va hacia la puerta del jardín. Pasea.
A veces habla solo, a veces canta.

Sus grandes ojos de mirar inquieto
ahora vagar parecen, sin objeto
donde puedan posar, en el vacío.

Ya escapan de su ayer a su mañana;
ya miran en el tiempo, ¡padre mío!,
piadosamente mi cabeza cana.

                                                  Antonio Machado



Algo sobre la muerte del Mayor Sabines (xv)

Jaime Sabines, el poeta de Chiapas.
Papá por treinta o por cuarenta años,
amigo de mi vida todo el tiempo,
protector de mi miedo, brazo mío,
palabra clara, corazón resuelto,

te has muerto cuando menos falta hacías,
cuando más falta me haces, padre, abuelo
hijo y hermano mío, esponja de mi sangre
pañuelo de mis ojos, almohada de mi sueño.

Te has muerto y me has matado un poco.
Porque no estás, ya no estaremos juntos
completos, en un sitio, de algún modo.

Algo le falta al mundo, y tu te has puesto
a empobrecerlo más, y hacer a solas
tus gentes tristes y ti Dios contento. 

                                                      Jaime Sabines





                                                A mi padre.


Don Jose del Carmen Rojas
Padre de Neruda.
A Dios doy gracias por ser mi padre.
por tus reproches y consejos.
Por el bien que me enseñaste
y de mi ser siempre cuidaste.

Por ser padre bondadoso
lleno de paz y sabiduría.
Por que amas la verdad.
Justicia y rectitud en demasía.

Por ser mi padre amado
y enseñarme la caridad.
Sentimientos nobles te cubren.
No conoces la maldad.

Caballero noble y parco,
me enseñaste a luchar.
Aspirando siempre a lo más alto
y a mis sueños no renunciar.

Por aborrecer todo lo malo.
Por tus celestiales valores.
Por guiarme de la mano
en senderos llenos de flores.

                                 Pablo Neruda.



                                    Los pasos lejanos.

Padres de Cesar Vallejo.
Mi padre duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está a hora tan dulce...
si hay algo en él de amargo, seré yo.

Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi madre se despierta, ausculta
la huida a Egipto, el restañante adiós.
Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.

Y mi madre pasea allá en los huertos,
saboreando un sabor ya sin sabor.
Está ahora tan suave,
tan ala, tan salida, tan amor.

Hay soledad en el hogar sin bulla,
sin noticias, sin verde, sin niñez.
Y si hay algo quebrado en esta tarde,
y que baja y que cruje,
son dos viejos caminos blancos, curvos.
Por ellos va mi corazón a pie.

                                              Cesar Vallejo.


                             Alberto Cepero Samper, mi padre...
 
El teniente Cepero Samper.

                             Y la muerte te llegó justo cuando nadie lo esperaba
como nadie quiere que se acabe un bello atardecer
en lo profundo de un ocaso que presagia la noche
nostalgia que pervive en un destino fatal y cruel.

Por que, ¿como podías escapar de él sin luchar?
y lo hiciste, con valor y entereza que no esquivaste,
ejemplo de hombría sin un quejido sin un gemido
cuando te mataba el dolor y no lo reprochabas.

Así te fuiste y soltaste las amarras para ir a buscar
el infinito con otro afán otro rumbo otra nueva ruta
al puerto de la 'verdad absoluta' al timón de tu barco
que albergaba pensamientos nobles y tu corazon bueno.

Morir quisiera para acompañar tu viaje pero ¡no más dolor!
como toda muerte injusta me queda el triste sabor de no
poderte ver envejecer pero ya lo vez tenemos la insignificante
alegría de evitar las injusticias de la edad provecta y sus males. 

Sólo nos queda la última esperanza de poder calmar la pena
que abruma nuestras vidas y que nos hace pensar que nada hay
mejor que un hombre que enfrenta la posteridad con la bondad
de una resignación como la tuya que espanta con honor sublime.

Un adiós es poco un hasta luego muy pobre y ¿hasta siempre...?
es lo correcto y lo que hace creíble eso que nos parece imposible,
tu prematura partida... solemne juramento de que no morirás en
vano mientras uno de tus hijos respire el mismo aire que un día
                                                                                         fue tuyo.


                                                                                Hortensio Farwel.
                                                                            (Poema fatigado de 1971)   



 A mi Padre.
Jorge Guillermo Borges,
filósofo anarquista y abogado
Tú quisiste morir enteramente.
La carne y el gran alma. Tu quisiste
entrar en la otra sombra sin el triste
gemido del medroso y del doliente.

Te hemos visto morir con el tranquilo
ánimo de tu padre ante las balas.
La roja guerrera no te dio sus alas.
la lenta parca fue cortando el hilo.

Te hemos visto morir sonriente y ciego.
Nada esperabas ver del otro lado,
Pero tu sombra acaso ha divisado
los arquetipos que Platón el Griego
soñó y que me explicabas. Nadie sabe
de que mañana el mármol es la llave.

                                                  Jorge Luis Borges.



Un paternal abrazo y ¡Feliz día del Padre!

Hortensio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario