Estas dormida a dos metros de mí.
En lugar de escribirte me pongo a mirarte.
¡No hay nada que decir!
El silencio de una rosa en la noche da más testimonio de Dios que la teología, y tal vez tenga el secreto que la belleza de la palabra no puede nombrar.
Entonces me callo y te contemplo porque toda sabiduría es callada, y el éxtasis es superior al conocimiento.
Y a lo mejor es verdad que la vida no es sino un cuento narrado por un idiota, como lo dijo Shakespiare...
Poema tristísimo.
Si muero
te invito al sol
alma mía
y no ovides
llevar tu cuerpo.
Sufriremos felices
y juntos seremos
carne de paz
en la memoria de Dios.
Y si no hay Dios
lo mismo da.
Recordaremos el sol
que tanto nos gustaba
allá en Cali Colombia
Nuevo Mundo ¿recuerdas?
¿O era la luna?
¡o olvidé!
(Gonzalo Arango. 1937- 1976)
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