Precisamente, 'a día de hoy', mirando una foto de carné, de no hace cinco años me puse a compararla con una tomada hace unos escasos días, pude ver - sin apasionamientos - cómo la vida (el tiempo) había operado cambios "sutiles" en mi rostro; en apenas un lustro, no quisieran ver como cada preocupación por las que pude haber pasado y pasé, habían dejado su huella en mí y bien visible (no recomiendo dicho ejercicio por aquello de la depresión) y esto me llevó a pensar en la edad, esa en la que estoy cruzando la frontera de la madurez a la vejez o a la eufemística 'tercera edad' por no decirnos ancianos.
Sin palabras... |
Bueno, yo ya le di la palmadita de despedida en la espalda a mi madurez y he saludado con emosiòn de explorador a mi nueva etapa... un viejo pensador oriental así lo entendió cuando barruntando dijo: 'De joven se puede enfrentar con más capacidad, un evento trágico y dejarlo pasar una vez concluido'... Pero a nosotros, ya maduros y viejos, de verdad, que nos cuesta trabajo dejar de mirar para atrás, de ahí esa sentencia popular tan polémica: 'todo tiempo pasado fue mejor' decía con contundencia, bueno por eso es que es polémica.
La gente de mi edad (provecta) y algunas más jóvenes, tienden a enfocarse más en lo que se ha perdido que en lo que se ha ganado, si se ha de mirar atrás, que sea para aprender solamente pero, no mucha 'miradura' solo la suficiente para poder decir que has vivido de la mejor forma con que la vida nos deparó.
De manera que a recibir lo que se nos viene y a disfrutarlo sin el más mínimo miramiento o temor, sería injusto para nuestras efímeras existencias y lo poco que nos queda; ahora, que algo salga mal en el futuro no es de nuestra incumbencia pues éste no existe, has de cuenta que día a día nos regalan un bono extra de vida, de realidad y con cada salida del sol... una promesa de "felicidad"; goza a tu manera y sólo a tu manera de lo que te resta de vida ya que no hay repuestos para ella...
¿Y, de las enfermedades y los accidentes, qué...? aunque ningún ser humano desde los 'homus erectus' hasta nuestros días se ha escapado de ser víctima de alguna enfermedad dentro de ese, su entorno y medio ambiente - 'de resistencia' - siempre hostil y deshumanizante, tómalo con actitud positiva y ciérrale espacios a la angustia, a la tristeza, a la frustración, a la nostalgia y a la depresión, pues no sabemos aún lo que los años que nos quedan por respirar y acabarnos de oxidar nos puedan deparar... mientras tanto, gózatela en hacer lo que más te guste y algo más, en mi caso muy particular en que mi amante es la literatura, seguiré, con coherencia inamovible y sin nostalgia de pasado, como un árbol bien plantado, escribiendo hasta el final.
Consciente estoy que mi historia -obviamente- no ha terminado todavía, y ésta la seguiré construyendo día con día, nueva y distinta, dentro de una amena y adorable rutina de trabajo literario, tratando de salvarme de la esclavitud de la moda y de la enajenación de la velocidad, por ejemplo: volver a leer muy, muy despacio y saborear mis lecturas como un sápido manjar. Poder mirarme como un ser borrado pero latente, sabiendo que la palabra sencilla es resistencia disonante contra el ruido alienador que asesina el sagrado silencio de las almas y poder volver a nuestro camino viejo...
El camino que siempre ha estado ahí, el camino antiguo que de tanta cotidianidad se nos ha vuelto invisible, y es así como se nos pierde la vida propia (no la existencia) y nos la viven los demás, (solo aquí cabe la avaricia, de ese mi tiempo) volvamos a ganarla para nosotros y por el "camino viejo que va a la ermita" caminar lo que nos falta por vivir, enfrentando lo extraño e impredecible que nos pueda traer ese 'enigmático' futuro, por ese sendero tan propio, tan nuestro que de seguro nos llevará rumbo a la vejez, a la enfermedad y por fin... a la muerte.
¡Sí...!, estaremos preparados, -no tanto física pero sí mentalmente- para enfrentarlas, de a una o todas juntas; hoy por hoy, en el instante en que escribo estas astillas de notas en ésta entrada de mi blog, a mis sesenta y cinco abriles, me siento bien, muy bien y así pienso que será mañana sábado y pasado mañana domingo, no más, pues no pienso pecar de optimista, sobre todo en éste mundo lleno de sombras y lados oscuros, mundo acanallado y vulgar en el que nos tocó vivir, siendo paradójicamente tan sensible y bello y único... es nuestra única nave espacial, nuestra 'aldea global'; por eso solo pido un día con otro y si se me da el otro, será una hermosa ganancia.
En este 'rabioso presente' ¡un abrazo...!
"Por el camino viejo, camino viejo que va a la ermita..." |
El camino que siempre ha estado ahí, el camino antiguo que de tanta cotidianidad se nos ha vuelto invisible, y es así como se nos pierde la vida propia (no la existencia) y nos la viven los demás, (solo aquí cabe la avaricia, de ese mi tiempo) volvamos a ganarla para nosotros y por el "camino viejo que va a la ermita" caminar lo que nos falta por vivir, enfrentando lo extraño e impredecible que nos pueda traer ese 'enigmático' futuro, por ese sendero tan propio, tan nuestro que de seguro nos llevará rumbo a la vejez, a la enfermedad y por fin... a la muerte.
¡Sí...!, estaremos preparados, -no tanto física pero sí mentalmente- para enfrentarlas, de a una o todas juntas; hoy por hoy, en el instante en que escribo estas astillas de notas en ésta entrada de mi blog, a mis sesenta y cinco abriles, me siento bien, muy bien y así pienso que será mañana sábado y pasado mañana domingo, no más, pues no pienso pecar de optimista, sobre todo en éste mundo lleno de sombras y lados oscuros, mundo acanallado y vulgar en el que nos tocó vivir, siendo paradójicamente tan sensible y bello y único... es nuestra única nave espacial, nuestra 'aldea global'; por eso solo pido un día con otro y si se me da el otro, será una hermosa ganancia.
En este 'rabioso presente' ¡un abrazo...!
Hortensio.
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