Un muy Plácido domingo, una poesía cruel despedida de Farwel a su esposa Aida, intranscendente, tal vez, pero sustancial para su historia de vida cómo compañeros de la más importante aventura, esa que se hizo primordial y valiosa: su matrimonio a 56 años de haber claudicado se libertad.
![]() |
Aida (mi negrita) en el mural de "la abeja" del maestro Sicard, que criminalmente fue borrado por la mano infame de la ignorancia. |
Una esquirla.
¿Recuerdas...? ¿como se nos hizo miel
la luna de nuestro primer beso de amor
en ese instante que nos pareció eterno?
y ¿como comenzó esa aventura iniciada
por el camino desconocido hacia un futuro
no nacido y lleno de inciertas esperanzas?
eso fue nuestra vida y mira que llegamos
algo lejos ¿No lo crees...?
en ese instante que nos pareció eterno?
y ¿como comenzó esa aventura iniciada
por el camino desconocido hacia un futuro
no nacido y lleno de inciertas esperanzas?
eso fue nuestra vida y mira que llegamos
algo lejos ¿No lo crees...?
¡Hasta siempre negrita!
Y tengo que decírtelo ahora que
los vientos de la lucidez pasan
todavía por mi mente...
siento, amor mio, que se me está
acabando el camino andado.
Anoche, mientras te veía dormir,
sentí angustiado que llegué a ese
temido e ineludible punto de quiebre
en donde ya no hay retorno y tenía
que silenciar esa palabra (m...) en
contra de mi acabada voluntad.
Esa sensación infame que marca el
punto liminar de mi frontera con la
realidad de lo que ya no se podrá
vivir y en la que me siento estancado
pues mil pasados que me lo impiden
siguen ahí aunque luche contra el tiempo
vil de horas idas que detienen poco a
poco los latidos que mueven mi sangre
ya cansada y...
Pienso en el beso de una noche cualquiera
donde se confunden en mi cama tiernos
sueños y deseos lujuriosos que siempre
me llevan a ti en un desvelo sin razón ni
compasión cuando medito en eso de que
'lo que nunca pasaría se está presentando'
por eso solo me pregunto: ¡cómo pasó...!
¿cómo llegué hasta aquí si darme cuenta?
Mi cuerpo y mi alma luchan contra el ingrato
olvido que será inevitable pues es nuestro
destino atroz que se siente venir indetenible
tratando de desterrar las huellas ya tatuadas
entre los surcos secos de mi piel desmallada
incapaz de borrar el dolor contenido de lascosas vividas y perdidas que son en el ahora
como espejismos rotos donde el punto de
quiebre me dice que no hay retorno ni opción
al regreso solo hilar una despedida piadosa
que no se puede ya evitar solo franquear.
Siempre fui como fui y tú más que nadie lo
sabes, pero tenía que decírtelo ahora en ésta
frágil despedida que dejará vacíos irreparables
cuando todavía respiro el viento de la lucidez.
Oyendo los rumores del abismo
está historia no se ha terminado
de contar y por ahora te dejo estos
versos y muchos más solo como
testimonio de mi amor y nada más...
¡Hasta siempre, Negrita!
Tuyo y nada más...
Hortensio.
Muy sentida pre-:despedida y "ahora que respiro el viento de la lucidez" gran pensamiento.
ResponderEliminarAbrazo Hortensio.