domingo, 11 de diciembre de 2022

La Paradoja de Epicuro y el problema del mal.

¿Dioses?  tal vez los haya, ni lo afirmo
ni lo niego, porque no lo sé ni tengo
medios para saberlo. Pero sé, porque esto
me lo enseña diariamente la vida, que si
        existen ni se ocupan ni se preocupan de nosotros.
Epicuro de Samos.

Un muy Plácido domingo... El problema del mal planteado por el gran filosofo de Samos, Epicuro (341 a,C, Samos- 270 a,C. Atenas) es de una sencillez tan lógica que supera los más intrincados estudios ontológicos sobre 'la moral y la ética de la maldad'. 

Pero... ¿Qué es una paradoja? hay muchas definiciones, una de ellas nos dice que una paradoja es una idea o hecho que, en un primer análisis, parece una idea contraria a la lógica. A priori, ésta parece errónea, ya que a primera vista contradice el postulado que defiende, pero en un segundo análisis sí que encontramos su validez. Vista esta definición pasemos a la paradoja de Epicuro, tal como se plantea genéricamente hoy en día:

         "El llamado problema del mal, o dicho de otro modo, si existe
         un Dios Omnipotente, Omnisciente, Omnibondadoso,
         ¿Cómo tolera el mal y la maldad?"

Entonces no solo se analizan los problemas éticos y morales, los teológicos o metafásicos y hasta espirituales sobre la existencia de Dios que es omnipotente, omnisciente y 'Omnibondadoso' y desde luego omnibenevolente, de alguna manera el antiguo filosofo pretendió demostrar la no-existencia de Dios, pues si se dice que es todo eso, cómo es que tolera el mal. ¿Acaso Dios no es capaz de resolver o prevenir el problema del mal? por lo tanto ni es omnipotente, ni es omnisciente y menos Omnibondadoso, sencillamente porque no lo evita. ¿Es capaz, lo conoce, lo prevé, pero no desea-quiere hacerlo? entonces no es omnipotente.

Para resumir y aclarar.... esto fue su paradoja en solo preguntarse:

¿Es que Dios quiere prevenir el mal, pero no es capaz?
Entonces no es omnipotente. 

¿Es capaz, pero no desea hacerlo?
Entonces es malévolo.

 ¿Es capaz y desea hacerlo?

¿De dónde surge entonces el mal? ¿Es que no es capaz ni desea hacerlo?
¿Entonces por qué llamarlo Dios?

***


Está planteada la paradoja, Usted querido lector podrá discernir sobre la misma, estar de acuerdo o no con este antiquísimo planteamiento de una de las mentes más lúcidas de todos los tiempos,,, el padre del epicureísmo. 

Un epicúreo abrazo.

Hortensio.

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