"Quién controla el miedo de la gente
se convierte en el amo de sus almas".
Nicolás Maquiavelo.
Maquiavelo. |
Al miedo se le describe como una reacción fisiológica ante el peligro, automática e involuntaria muy difícil de controlar, pero hay que pensar que en política los 'poderosos' no solo están en condiciones de ejercer el miedo sino que también lo padecen en el sentido de que los que ocupan rangos inferiores en la escala social (léase pueblo) se subleven un día, despojándolos de su privilegiada posición... eso nos ha convertido en una sociedad de amenazados.
El gran pensador uruguayo Eduardo Galeano nos habla del temor: "Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo. Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo. Quién no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida... Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar, miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que se fue y a lo que puede ser, miedo a morir, miedo a vivir".
El concepto que más nos amarra al miedo político es perder la llamada Zona de confort o sea esas situaciones en las que nos sentimos confiados y seguros debido a que ya las conocemos y son familiares, sabemos las reglas en cómo se manejan y cómo se debe actuar. El temor mezquino de que si actuamos para el cambio, nos va a ir mal a perpetuado la injusticia y la desigualdad, con la falta de solidaridad y manipular al otro con la perdida de la voluntad para llevarlos al sometimiento y al terror. Pero tenerle miedo al cambio es absurdo, G. Bernard Shaw, sentenciaba que "El progreso es imposible sin el cambio, y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada".
La violencia política y el miedo. |
Los traficantes del miedo apoyados por una 'prensa canalla' y comprometida de manera descarada, no impedirán que en Colombia pasemos de la apatía del autismo social ocioso y decadente liderada por una derecha epítome de todo lo que se agota y envejece, a la acción elegida como principio manifiesto de lucha contra la injusticia y la desigualdad. Y el miedo se revertirá para los que lo han utilizado por décadas y su temor será sin duda el de ser barridos del panorama político. El cambio es la esperanza de Millones de mujeres y hombres que desde el anonimato están luchando contra el miedo con toda la dignidad posible en medio de una economía infame, paupérrima y cruel.
Un abrazo de cambio sin miedos...
Hortensio.
Un por cierto: “El cambio que da toda revolución, comienza a nivel personal” como lo dijo en su oportunidad Farwel.
Entonces: Insistir, persistir y resistir; nunca desistir, es la fórmula... ¡Ojalá no se nos vaya a corromper la sal!
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