sábado, 17 de abril de 2021

La Huella que Duele.

La muerte es una vida vivida.
La vida es una muerte que viene.
Jorge Luis Borges.

No morirá quien siempre
vive en la memoria de uno.
Farwel.

Y 'duelo' viene de doler y sí, hay huellas que las personas amadas -que han partido- nos dejaron y al recordarlas hacemos lo que llaman 'un duelo' y es lo justo puesto que ese día, el de su muerte, cambió nuestras vidas, recordarlas es nuestro deber aunque ese sentimiento de dolor -que siempre será eterno- nos traiga al presente su silueta al cerrar los ojos en medio del abrumador silencio de una noche cualquiera, lo más seguro es que nos va a dar mucha pena y mucho dolor... hasta el tiempo se detiene.

La inmortal "Marujita".

Somos el producto de nuestras historias por eso 'el olvido es hipócrita' se dice; la memoria es eso memoria y ante el duelo que no es de corto o largo plazo, ni mucho menos selectiva como algunos psicólogos pontifican, la verdad es que si no se recuerda a esa persona con amor o al menos con un gran cariño, llega el olvido indefectiblemente. Hay que saber hacer memoria y no es fácil, muchos de nuestros muertos se quedan por fuera de este mundo - literalmente- de memorias en una enorme grieta negra y allí vuelven a morir injustamente.

Y muchos de esos recuerdos de dolor jamás se superan, entonces hay que aprender a vivir con ellos aunque duelan y hasta que se vuelvan - en un momento dado- gratificantes y no en un sufrimiento permanente... una vez oí a mi madre hablar pasito con mi papá, muerto hacía muchos años y en su cara se reflejaba una hermosa sonrisa, sabrá 'Dios' de qué hablarían, prudentemente no le pregunté, pero me sentí "feliz" de ver que las huellas de mi viejo todavía Ella las caminaba. Y aunque toda pérdida es irreparable nos quedamos con sus recuerdos aunque nos duelan, es la herida que no se cura ni se curará jamás, que se abre frente a su cicatriz, es 'La Huella que Duele'. 

Las huellas de un dolor...

Son nuestros muertos que viven con nosotros y a cada rato vuelven a la vida invitados desde el subconsciente a caminar juntos a nuestro lado, lloramos juntos o reímos en instantes de felicidad, son nuestros fantasmas silenciosos, muy de nosotros y muy reales, aparecen o desaparecen en el silencio cómplice de esos momentos gratamente desquiciantes de la mano de los lugares una vez amados y vuelven a renacer con un olor (el perfume de su encanto) o con un sabor especial (muy especial en Ella) o una bella melodía como "esa es nuestra canción".

Sigilosamente se van hasta otro momento y en un eterno retorno, eso dignifica el duelo. Desde anoche pensaba en mi Mamá y que un año después de su partida, está más presente que nunca, la perdida de su presencia física es única en cada uno de sus hijos, pues cada quien la percibe de manera distinta en su impacto emocional ante lo naturalmente irreversible, solo nos queda una gratitud inmensa de amor por lo que Ella fue por todos nosotros y para nosotros.

No hay que dejarse atrapar de la nostalgia...

En su honor hoy cocinaré para sus nietos (mis hijos) y sus bisnietos (mis nietos) uno de sus magistrales Menús, de su "Recetario de Cocina" un plato que creo que lo inventó y que se volvió emblemático entre nosotros... su famosa "Cuajada de Pollo" rematado con su delicioso 'Aspic de Frutas'. Les contaba mientras cocinaba  y recordando gratamente lo que me refería Ella del abogado que se volvió un gran maestro culinario, Brillat-Savarín, quien en su 'Fisiología del Gusto' escribió por allá en el año de 1825: "El descubrimiento de un nuevo plato, hace más feliz a la humanidad que el descubrimiento de una nueva estrella." ¡Qué cierto!

Un gran abrazo en medio de un gran recuerdo...

Hortensio.

Lo prometido:

CUAJADA DE POLLO. página 55

 Ingredientes: (8 personas)

. Dos perniles y dos pechugas grandes cocinadas en hiervas.
.Una libra de queso campesino o cuajada.
. 6 huevos batidos a la nieve.
. 1 cucharada copetona de polvo de hornear.
. 2 cucharaditas de Maizena.
. 2 cucharadas de Maizena cocinadas en el caldo donde se cocinó el pollo.
.1 caja de hongos picados crudos.
. 2 cucharadas de alcaparras picadas.
. Un 1/4 de mantequilla derretida.
. 2 cucharadas de crema de leche.
. 2 onzas de mantequilla para engrasar el molde.
. 1 Taza de miga de galletas saltinas.
. Sal al gusto.

Procedimiento
Se cocina el pollo y se desmenuza grueso, se mezcla con el queso, los hongos, las alcaparras, la mantequilla derretida y la maizena cocida. Se revuelven los huevos a punto de nieve con el polvo de hornear y agrega por encima las otras dos cucharadas de maizena cruda.


Aparte se engrasa con bastante mantequilla una refractaria o plato hondo y se tapiza con abundante polvo de galleta y se vierte la mezcla procurando que no quede muy llena, pues ésta crece bastante.

Se cubre por encima con abundante miga, se ponen trocitos de mantequilla, y se mete al horno precalentado a 350 grados hasta que esté consistente y dorada.


Nota: Esta cuajada no se debe desmoldar; sacarla del horno a la mesa en una bonita refractaria y servirse muy caliente con una verdura y arroz.

***

Es espectacular y deliciosa... buen apetito y alcemos la copa en recuerdo de mi Madre, Maruja Márquez de Cepero Samper, la inmortal 'Marujita'.


Y así, de una forma cautelosa y discreta, cuidadosamente si se quiere, esos bellos recuerdos como llegan se van hasta otro momento y eso es lo que dignifica 'el duelo' que siempre será eterno y desde la noche de anoche y antes escribir estas letras de mi duelo, he pensado en los gratos recuerdos que nos dejo mi Mamá y los recojo con gratitud a la vida que vivimos aunque siempre, al mirar hacia atrás las huellas que dejaron sus enseñanzas ejemplares pienso que ellas duelen dulcemente y nos abren el camino expectante que nos conduce hacia la 'Gran Resignación'. 


A la espera de la "Gran Resignación"

De nuevo un abrazo fraterno...




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