Hoy recibí la triste noticia de que un querido amigo amaneció muy enfermo en su convalecencia de una operación de la próstata, deseo con ferviente cariño que se mejore de su enfermedad. En éste plácido domingo pensé en la palabra, "Enfermo"... esa que proviene de la palabra latina compuesta in-firmus: derivada de firmus, que significa, firme, sólido, resistente, fuerte, estable y de In - que es un prefijo de negación, por lo tanto "Infirmus"quiere decir: 'no firme' -, indica que la persona no 'está firme' o que las personas eran incapaces de mantenerse firmes, activas, levantadas y o puestas de pie.
Los antiguos romanos decían al ver una persona decaída que estaba infirmus, que por padecer alguna dolencia grave tenía que quedarse postrada, tumbada o acostada en cama. Su significado ha llegado hasta nuestros días en la palabra castellana enfermo y sus derivados enfermedad, enfermizo, enfermera y enfermar. También Infirmus, se aplicaba a las personas, que aunque no estuviesen enfermas, eran débiles y endebles y no podían mantenerse firmes.
Del mismo latín firmus, derivan los verbos afirmar, firmar y confirmar, en su orden asegurar, dar fuerza, afirmar y corroborar. La firma como es sabido, es el nombre y apellido de la persona que pone su rubrica al pie de un papel o documento para darle fuerza y afirmar que es su nombre, darle autenticidad y declarar que aprueba su contenido.
Hoy he llegado a Tunja, mi ciudad amada... y lo que más me gusta de estar en Tunja, es poder decir que estoy en Tunja, se bien que es una simple expresión que me fascina como tantas otras que son tan nuestras, tan boyacences, como la 'fritanga' y la 'chicha de Runta' y el 'cosido boyacence' decir que lo mejor de todo viaje y de toda aventura es el camino de regreso, es un deseo innato y en mi caso es el regreso, ese que me lleva a Tunja, ese sueño del regreso y el camino añorado que toma su sendero desde "el puente de Boyacá" hasta su emblemática 'Plaza de Bolívar', es el disfrute de regresar a casa, la de mi abuela frente a San Ignacio, sin haber perdido el rumbo... y cuando pienso en que mis huesos o cenizas no reposarán en sus lares, un halo de tristeza recorre mi alma ausente y de nuevo pienso en el camino de regreso, ¿lo lograré...? tiene que ser así, como ese cuento que se presiente que acabará bien pues la medida del cariño por mi "ciudad amada" es la añoranza y yo oigo que el pasado me habla, me habla del regreso y eso haré... mi tiempo ya es ineludible y me da una saudade que ya no puedo contener.
Saudade: es una palabra portuguesa que no tiene traducción literal; significa "una profunda añoranza
de algo o alguien amado que ya no está y que quizá nunca vuelva".
Un abrazo de añoranza...
Hortensio.
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